Feijóo
Foto JAVIER SORIANO / AFP

Alberto Núñez Feijóo tomó en 2022 las riendas de la derecha española con el objetivo de devolverla al poder, pero este viernes una mayoría de diputados certificó su fracaso al rechazar investirlo como presidente del gobierno.

Con el viento a favor en las encuestas durante meses, el líder del Partido Popular (PP, conservadores), de 62 años de edad, llegó a dar por sentada su llegada al palacio de La Moncloa, en reemplazo del socialista Pedro Sánchez.

Pero a pesar de que ganó las legislativas del 23 julio, su victoria fue pírrica, pues incluso con el respaldo de la extrema derecha de Vox y un par de pequeños partidos regionales, no logró sumar una mayoría suficiente para ser investido.

Ante una derrota prácticamente asegurada, Feijóo defendió el martes que «ni siquiera la presidencia del gobierno justifica los medios», al acusar a Sánchez de estar dispuesto a ceder a las demandas de los independentistas catalanes para mantenerse en el poder.

«Llámenlo fracaso si quieren, pero ya no hay posibilidad de triunfo para ningún candidato, aunque logre la presidencia, porque no existe ningún éxito posible en el engaño», agregó este viernes desde la tribuna del Congreso al reconocer que no iba a lograr articular una mayoría suficiente.

Ambigüedad con Vox

Con fama de moderado desde sus inicios, Feijóo acabó pagando su ambigüedad hacia el partido de extrema derecha Vox, con el que el PP gobierna en diferentes regiones y municipios desde las elecciones locales de mayo.

Un acercamiento que movilizó a la izquierda en las legislativas de julio y después le impidió obtener apoyos parlamentarios de partidos regionales reñidos con la extrema derecha ultranacionalista.

Elegido jefe de los conservadores en abril de 2022 tras una de las peores crisis internas del partido, Feijóo cometió también una serie de errores que le complicaron el final de la campaña, donde en ocasiones exhibió una excesiva confianza y rechazó participar en un debate con los principales candidatos.

En la recta final volvieron a aparecer unas imágenes que ya perturbaron su mandato como presidente de Galicia, en las que aparece compartiendo momentos amistosos con Marcial Dorado en los años noventa, conocido en la época como contrabandista de tabaco y luego condenado por tráfico de drogas.

En un contexto de inestabilidad política en España, analistas advierten sin embargo que no hay que considerar que Feijóo está completamente derrotado.

«Todo parecía indicar que con los resultados de las elecciones Feijóo ya había perdido su momento y que sería desplazado de la presidencia del PP», pero «tiene margen aún», estima Oriol Bartomeus, politólogo de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Esa segunda oportunidad podría llegar pronto si Pedro Sánchez tampoco logra ser investido en las próximas semanas, lo que abocaría a una repetición de las elecciones, probablemente en enero.

Feijóo previsible y pragmático

Nacido el 10 de septiembre de 1961 en la aldea de Os Peares, Feijóo es hijo de un albañil y de una dependienta de una tienda de alimentos.

Cursó Derecho en la Universidad en Santiago de Compostela, con la vista puesta en ser juez, pero cuando su padre se quedó sin trabajo se hizo funcionario público en 1985.

Sus primeros pasos en política los dio en 1991 en el gobierno regional de Galicia, junto con un futuro ministro de Sanidad que lo llevó con él a Madrid en 1996.

En la capital, dirigió varias instituciones públicas antes de regresar a su tierra en 2003 como director regional de Obras Públicas. Tres años después, asumió la presidencia del PP regional y en 2009 se convirtió en presidente de Galicia, cargo que ostentó durante 13 años.

Con un estilo que la revista femenina Yo Dona del diario El Mundo describió como «más bien austero», Feijóo es muy discreto sobre su vida privada.

Eso no le impidió confesar a la publicación ser muy feliz por haber sido padre a los 55 años, «en el último minuto del partido».

A veces se le puede ver por las calles de Madrid con su pareja Eva Cárdenas, su hijo Alberto y su perra Cata.


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