Grupo de Boston Fuerza Vecinal
Foto: @PresidencialVen

Un grupo de políticos y lobistas con viejos lazos con Venezuela trabaja para forzar un cambio sustancial en la política de la Casa Blanca hacia el régimen de Nicolás Maduro, revelóABC. Según la información, en el centro de esas gestiones está el llamado Grupo de Boston.

«Se trata de una vieja reunión informal de legisladores de ambos países en la que estaban tanto Nicolás Maduro como su mujer, Cilia Flores, que hoy se ha convertido en una especie de comisión que efectúa propuestas de entendimiento entre el régimen, la oposición y el poder estadounidense, y que ha logrado mediar para la excarcelación en años recientes de algunos estadounidenses que habían sido encarcelados arbitrariamente por el chavismo en Venezuela», explicó el diario español.

Cambio de gobierno de EE UU

La llegada de Joe Biden al poder ha propiciado un cambio en las actitudes oficiales en Washington hacia Venezuela.

Con Donald Trump la postura generalizada era de no negociación con el régimen y el requisito para una negociación y unas elecciones era la salida de Maduro del poder.

«Los viejos mediadores demócratas, que esperaban mantener influencia y poder bajo un mandato de Hillary Clinton, quedaron apartados temporalmente. Ahora, esos demócratas no solo tienen el control de la Casa Blanca, que manda en la diplomacia, sino también de las dos cámaras del Capitolio», indicó ABC.

Por lo tanto, las voces que ahora marcan la política estadounidense hacia Venezuela han sido miembros de ese Grupo de Boston o, en su defecto, han trabajo con él en algún momento.

John Kerry

El reportaje recuerda que John Kerry, quien fue el segundo secretario de Estado con Obama, es ahora enviado especial para el cambio climático, y fue miembro del Grupo de Boston y participó en una reunión en la que estuvo el propio Maduro en Massachusetts hace dos décadas.

Añade que con Kerry sirvió en la diplomacia estadounidense el embajador Thomas Shannon, quien defendió y facilitó reuniones con el chavismo con el apoyo del expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero.

De igual forma, Shannon es hoy en día un muy influyente lobista en Washington, que ha representado, entre otros, al gobierno de Alberto Fernández en Argentina, quien a su vez ha ofrecido a la Casa Blanca sus servicios de mediación y diálogo con el chavismo.

Grupo de Boston

El actual coordinador del Grupo de Boston es Pedro Díaz Blum. Se trata de un exlegislador venezolano que en su día coordinó la parte venezolana de esa misma formación.

«El nombre de Blum y del Grupo de Boston surge en numerosas conversaciones en Washington hoy en día cuando se habla de posibles soluciones a la crisis venezolana, después de que la política de mano dura de Trump no diera los resultados esperados, incluido el fallido pronunciamiento del 30 de abril de 2019», dice el reportaje.

Blum fue a Washington tras las elecciones presidenciales que ganó Biden en noviembre, y según informó Emili J. Blasco en ABC, antes se vio con Maduro en Venezuela.

En la capital estadounidense, Blum se vio con Gregory Meeks, otro viejo integrante del Grupo de Boston que como representante demócrata preside la Comisión de Exteriores de la Cámara de Representantes.

«Desde entonces, según ha sabido ABC de fuentes con las que se vio Blum entonces, este propuso que la prioridad del nuevo gobierno estadounidense y su recién logrado control de las dos cámaras del Capitolio fuera resolver la crisis del sector petrolero», añade.

Propuesta para el sector petrolero

ABC recordó que hace apenas un mes, el Grupo de Boston y Blum hicieron circular un documento con una propuesta concreta para Biden sobre el sector petrolero venezolano.

Se trata de una carta de cuatro páginas de cuya existencia informó el portal Argus Media y a la que pudo acceder el periódico español.

La misiva propone reactivar las ventas de petróleo y canalizar los ingresos a una cuenta de depósito en garantía para pagar programas humanitarios que estén supervisados por Naciones Unidas. El Grupo de Boston estima que así se podrían generar unos 50.000 millones de dólares al mes a partir de un nivel predeterminado de petróleo distribuido por las empresas mixtas de Pdvsa.

Esa propuesta llegó a Meeks en el Capitolio, al departamento de Estado, a la Casa Blanca y al régimen venezolano.

«Lo que subyace a esa propuesta, y un objetivo ulterior, es normalizar de nuevo las vías de comunicación entre el régimen chavista y Washington, tras los años en que Trump reconoció únicamente a la oposición liderada por Juan Guaidó como representante legítimo de los venezolanos», indica.


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