Algo más de un centenar de ONG, entre ellas, Human Rights Watch y Amnistía Internacional, advirtieron este jueves sobre la necesidad de que las tecnologías de vigilancia digital, que algunos gobiernos están usando para frenar el coronavirus covid-19, respeten los derechos humanos.
Estos grupos indican que se calcula que 24 países están utilizando servicios de localización de móviles debido a la enfermedad y 14 se están sirviendo de aplicaciones para trazar contactos entre personas o vigilar cuarentenas.
HRW denuncia que gobiernos como los de China y Rusia están aumentando su capacidad de vigilancia y restringiendo derechos por el coronavirus pero sin una base médica que justifique las acciones.
Mientras tanto, apunta que en Estados Unidos las autoridades están trabajando con el sector privado para analizar datos de movimiento de personas de una forma que, a menudo, no representa de manera justa a las distintas comunidades, en especial a las minorías y a gente que vive en condiciones de pobreza.
«El covid-19 es una crisis sanitaria sin precedentes, pero los gobiernos no pueden usar el virus como una tapadera para introducir una vigilancia digital intrusiva o generalizada», advirtió en un comunicado, Deborah Brown, especialista en derechos digitales de HRW.
Cualquier medida, subrayó, debe tener una base legal firme, ceñirse de forma estricta a los objetivos de salud pública e incluir salvaguardas frente a posibles abusos.
Problemas de derechos humanos
La organización informa que algunas de las medidas de vigilancia digital que se están proponiendo podrían cambiar de manera importante la relación entre gobiernos y ciudadanos, y erosionar, así, la confianza en las autoridades, además de representar problemas de derechos humanos.
«Los Estados no pueden, simplemente, ignorar derechos como la privacidad y la libertad de expresión en nombre de la respuesta a una crisis de salud pública», reza la declaración conjunta firmada por las ONG.
En esta señalan una serie de condiciones que deben cumplirse en todo momento, entre ellas, que cualquier programa de vigilancia usado para el coronavirus se proporcione, que sea limitado en el tiempo, que los datos no se usen para otros fines y que haya garantías para que no puedan ser utilizados contra minorías o colectivos marginados.
Entre otros, el secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su preocupación por el hecho de que el uso de la tecnología para combatir el coronavirus pueda aprovecharse para otros fines.
«Uno de los riesgos es naturalmente que esta enfermedad cree mecanismos de control de las sociedades que pueden ayudar a dictaduras, lo que naturalmente, tenemos que (poder) evitar en el futuro», señaló Guterres en una entrevista esta semana.