Un video subido a TikTok por @classashley capturó la atención de millones en la red social.
Los niños poseen una percepción aguda del entorno, a menudo atribuida por los entusiastas de lo paranormal a una sensibilidad especial que los adultos no poseen. Un caso reciente en Estados Unidos parece validar esta teoría, al menos en cuanto a la capacidad de una pequeña para detectar algo extraordinario en su propia casa.
Un breve video subido a TikTok por Ashley Massis Class, más conocida como @classashley, capturó la atención de millones al revelar un inquietante descubrimiento en su granja de más de 100 años de antigüedad.
En el clip, que superó las 8 millones de reproducciones, Massis explica cómo su hija le había advertido repetidamente sobre los “monstruos” que escuchaba detrás de la pared de su dormitorio. “Escucho demasiados crímenes reales como para no pensar que había un cuerpo”, comentó la madre, reflejando el temor inicial de encontrar algo macabro.
Sin embargo, la realidad fue tan sorprendente como terrorífica, aunque por razones completamente diferentes. Una exploración más detenida, ayudada por una cámara térmica que mostraba el interior de la pared, reveló la fuente de los misteriosos sonidos.
Un enjambre de aproximadamente 50.000 abejas zumbando activamente detrás de la estructura.
Massis compartió posteriormente otro video mostrando los insectos volando alrededor de la habitación tras remover una sección del muro.
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“De qué están hechas las pesadillas… Toda la situación me atormenta”, confesó la madre después de descubrir la verdad detrás de las afirmaciones de su hija.
La publicación generó una amplia variedad de reacciones entre los usuarios de TikTok, desde el espanto hasta la solidaridad con experiencias similares.
Comentarios como “Sinceramente preferiría tener monstruos en el muro en vez de 50 mil abejas” y “Creí que era un hombre viviendo en tu muro. Me alivia que sean abejas” reflejan el impacto del insólito descubrimiento.
Otros usuarios compartieron anécdotas propias, desde encuentros con mapaches en el ático hasta un techo que se derrumbó cubriendo una habitación de abejas.