Lady Di
Foto Archivo

Darren McGrady fue el chef personal de la reina Isabel II durante 11 años y luego fue el cocinero de la princesa de Gales por cuatro años más. En una entrevista radial el cocinero de 58 años de edad reveló un conmovedor detalle de la trágica noche en que Lady Di murió.

McGrady sirvió a la icónica princesa desde finales de 1992 hasta el día en que perdió la vida, el 31 de agosto de 1997. El Daily Mail señala que, en una entrevista con la emisora australiana KIIS 106.5 FM, el cocinero confesó por qué Lady Di era un miembro real tan especial.

«Desde su separación del príncipe Carlos en 1992 me convertí en su chef personal. Venía de servir a la reina desde 1983, de hacerle cuatro comidas al día, acompañarla a las visitas reales, y ahora estaba frente a la princesa más famosa de todo el Reino Unido», recordó McGrady.

El cocinero aseguró que se quedó «boquiabierto» cuando la conoció, y sintió en primera persona aquel efecto «magnético»del que hablaban todos los que intercambiaban miradas con ella. «Diana venía a comer a la barra de la cocina, preparaba un plato para ella, ordenaba lo que usaba mientras hablaba conmigo; y eso era algo muy poco común en alguien de la realeza», contó el chef.

Esos gestos de cercanía hicieron que McGrady sintiera mucha admiración por la princesa. Confesó que el día en que Lady Di murió en el trágico accidente de auto en París, él tenía la cena lista y los platos ya estaban puestos sobre la mesa.

«Estaba allí, con la comida servida, esperando que ella regresara. Todo ese tiempo en que la esperé fue horrible, era muy extraño que no llegara a la hora, y luego supe la peor noticia», reveló conmovido.

Lady Di y su lucha con los trastornos alimenticios

En otra entrevista reciente con la revista culinaria Delish, McGrady contó cómo fue la lucha de la princesa contra la bulimia: «Ella ya estaba recuperada cuando la conocí, y durante sus últimos años de vida tuvo una gran reconciliación con la comida y era muy saludable».

Su cambio de alimentación influyó en la gastronomía del palacio, ya que desaparecieron los grandes banquetes de comida y planificó otras alternativas más sanas. «Empezó a hacer ejercicio y buscó que sus alimentos fueran libres de grasas. Ella me decía: ‘Tú cuida las grasas y yo cuidaré los carbohidratos en el gimnasio'».

«Es un error pensar que no le gustaba comer. ¡Sí le gustaba! Ella recuperó su vida», aseguró. Y reveló que sus platos favoritos eran los morrones rellenos, al igual que las berenjenas, y que amaba el budín de pan como postre.


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