Foto: EFE

En la ciudad de Valencia España, una residencia para adultos mayores puso en marcha un sistema de «abrazos seguros» para los familiares que van a ver a los internos, después de tres meses sin tener contacto físico a causa de la pandemia por el nuevo coronavirus.

La iniciativa, que se puso en marcha en el hogar de ancianos Ballesol Valterna, consiste en el uso de un panel de plástico que se desinfecta después de cada visita, además de unas mangas desechables que permiten que, en un momento dado, se produzca esta señal de afecto.

El director del centro, Jesús Alcázar, explicó a la agencia de noticias Efe que los residentes tienen la posibilidad de usar el llamado «arco de los abrazos» al inicio o al final de la reunión para «su primer reencuentro cercano» con sus seres queridos.

De igual forma, el tiempo aproximado de la visita es de 30 minutos, deben utilizar tapabocas y sentarse a 2 metros de distancia, como una medida de protección.

«Cuando empezamos a retomar un contacto con mucha seguridad, como las visitas con distanciamiento, vimos que quedaba vacía una parte fundamental que es el abrazo«, señaló.

El responsable del establecimiento, también explicó que en la residencia, que cuenta con 150 internos, se combinan estos encuentros programados con videoconferencias.

En ese contexto, Alcázar añadió que estas alternativas se han aplicado en función de la valoración que hace la psicóloga del centro a cada uno de los residentes.

«Mientras podamos poner en práctica ingenio y medidas para que se produzcan estos encuentros familiares, que son muy positivos, lo haremos», concluyó Alcázar.

Información de Efe señala que la implementación del «arco de los abrazos» ha tenido una recepción positiva por parte de los parientes de los internos, quienes se sienten emocionados por «volverse a encontrar».

«Pasar de abrazar a mi madre todos los días a no hacerlo durante los últimos meses ha sido muy duro. Por eso poder besarla, tocarla y abrazarla de nuevo ha sido maravilloso», comentó Alfonso, hijo de Amapola, una de las residentes.

Por su parte, Pedro, otro de los familiares que disfruta de este peculiar invento, indicó que a pesar de mantener contacto telefónico con su madre cada semana, el poder tenerla nuevamente entre sus brazos ha sido muy satisfactorio, pues esperó mucho por ese momento.

Desde el inicio de la pandemia, las residencias de ancianos se convirtieron en uno de los principales focos de riesgo, por lo que muchos centros tuvieron que adoptar medidas de prevención, incluida la suspensión temporal de las visitas presenciales.


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