Páez

La cuarentena ha generado manifestaciones emocionales y aumento de la vulnerabilidad emocional que requieren intervención psicológica. De acuerdo con investigaciones recientes, los tratamientos y terapias online han demostrado eficacia similar a los realizados en sesiones con pacientes en el ámbito presencial.

Sobre esta narrativa habla la experta Sodely Páez Delgado, psicólogo y psicoanalista venezolana, quien acumula una invaluable experiencia en la atención a través de recursos tecnológicos y, desde hace algunos años, forma parte del staff de Psicodiaspora, red de profesionales de la salud mental integrada por psicólogos y psiquiatras venezolanos, quienes ofrecen apoyo  a población migrante de todo el continente, que requiere atención y acompañamiento psicológico alrededor del mundo.

También ofrece atención en línea en forma independiente, así como desde la plataforma Tu Terapia en Línea y del servicio de atención de la Sociedad Psicoanalítica de Caracas.

Egresada como Licenciada en Psicología de la Universidad Central de Venezuela (1985), es MS en Psicología Clínica (1988) y formación a nivel experto en la Sociedad Psicoanalítica de Caracas (1999). Profesora titular de los posgrados en Psicología Clínica y Psiquiatría del Centro de Salud Mental del Este, El Peñón, Caracas. Ha conducido grupos de estudios de psicoanálisis, teóricos y clínicos y ha sido supervisora, ad honorem, de los postgrados de Psicología Clínica del Hospital Universitario de Caracas, Hospital Militar, Universidad Católica Andrés Bello y de la Universidad Central de Venezuela.

También fue miembro del comité editorial de la revista de la Sociedad Psicoanalítica de Caracas y editora  por dos periodos de la revista de la Sociedad Argentina de Psicoanálisis, durante su estancia de siete años en ese país, donde, además, fue profesora a nivel de postgrado, profesora de la Catedra de Salud Mental del 1er Año de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y parte de la Cátedra Freud de la Sociedad Argentina de Psicoanálisis.

Actualmente desarrolla su actividad profesional en la ciudad de Miami, Estados Unidos, donde atiende la entrevista.

-¿Esta circunstancia la ha llevado a probar la terapia en línea o previamente había utilizado herramientas tecnológicas para su práctica profesional?

-Desde hace más de  una década me ha venido sirviendo de los dispositivos digitales para conducir tratamientos online. Ahora son muchos y más sencillos de usar. Creo que los venezolanos , debido a las circunstancias de los últimos años, hemos sido pioneros. Nos resulta fácil y cómodo, acostumbrados y obligados al principio a sostener los tratamientos del sinfín de venezolanos que se vieron forzados a emigrar desde hace casi 20 años ya. Primero me tocó atender desde mi propio país pacientes que migraban y luego, a partir de mi propia migración en 2010, pacientes que quedaban o me eran referidos desde cualquier lugar, Ya no hay fronteras, los pacientes que recibo hoy en día pueden ser de cualquier parte del mundo. Antes solo teníamos el teléfono, luego el Skype, alguna que otra forma de video llamada, pero ahora contamos con el FaceTime que me permite atender pacientes hasta en Australia o China, el WhatsApp, el Zoom y muchos más. La verdad es que son herramientas de enorme utilidad pese a las resistencias iniciales de algunos y de la propia Asociación Psicoanalítica Internacional que ahora no han tenido más remedio, por la cuarentena mundial, que acceder a ellas.

-¿Cuál ha sido la experiencia como psicoterapeuta en línea en tiempos de coronavirus?

-Mi experiencia ha sido en realidad diversa. El movimiento intrapsíquico que esta pandemia ha provocado ha sido sumamente intenso y nos ha obligado, a los diferentes profesionales de la salud, a investigar, compartir nuestras experiencias, pensar entre todos las mejores respuestas  a las infinitas interrogantes por ella generada así como a brindar contención específica a personas que se han visto dominadas por el miedo y la ansiedad este enemigo invisible y potencialmente mortífero ha provocado. Es una cosa muy rara la que estamos viviendo con el covid-19 y obviamente angustiosa por lo peligroso que es este virus. De manera que en medio de esta situación tan  complicada, la terapia online ha sido nuestra gran aliada. Gracias a la tecnología, hoy la psicoterapia está al alcance y disposición de la mayoría y en estos tiempos.

-¿Qué inquietudes y situaciones han afectado más a la población atendida en la situación de cuarentena?

-En mi experiencia y en la de algunos colegas el miedo,  la ansiedad y la depresión son las manifestaciones clínicas más recurrentes, bien sea por agudización de  sintomatología preexistente o por reacción critica aguda y especifica. En casi todos, el temor es al contagio, la amenaza de muerte propia o de un ser querido, la pérdida económica, de empleos, despidos, todos peligros ciertos y realistas. Están los problemas inherentes al confinamiento indefinido decretado en todo el mundo: conflictos de pareja exacerbados,, tensiones entre padres e hijos, frustración, agresividad, perdida laboral, dificultades económicas , etc. Hay que destacar que en esta crisis es muy esperable que todos estemos preocupados, ansiosos, en una medida u otra, pero el problema lo vemos cuando el miedo, la ansiedad y la tristeza se convierten en una constante, exceden la capacidad de razonamiento lógico del individuo, interfiere en las relaciones con los otros y en el propio bienestar, se tornan inmanejables, y escalan hacia las crisis de ansiedad, pánico o depresión. Antes de esa escalada ya es necesaria la ayuda terapéutica.

La cabaña

-Desde la perspectiva de salud mental, ¿cómo afectará a las relaciones y vínculos sociales la actual circunstancia de distanciamiento impuesta por el Covid-19?

-Sé que hay mucho optimismo en muchos profesionales y gente de todas partes acerca de las consecuencias o el después del covid-19: que vamos a ser mejores personas, más solidarios, empáticos, que sacaremos un gran aprendizaje de todo esto para la humanidad y para el planeta, que esto ha sido una lección para nuestra omnipotencia… Yo soy más escéptica. Creo en la compulsión a la repetición, en que nos cuesta mucho cambiar modos, vínculos, patrones, resolver conflictos, traumas y que eso es posible solo gracias al trabajo analítico, personal. Por supuesto que existe una fuerza de voluntad y una pulsión de vida que nos llevan a crear y a sobreponernos a toda adversidad pero creo también, sin hacer futurología, que podemos hacernos más temerosos y suspicaces los unos de los otros y que el miedo al contagio del virus podría extrapolarse a otros miedos, al contacto humano ,a la intimidad. A quedarnos cómodos en nuestras casas trabajando aislados con el síndrome de la cabaña que ya algunos han observado.

-¿En qué consiste el síndrome de la cabaña que menciona?

-El síndrome de la cabaña ha sido detectado recientemente por algunos psicoanalistas y refiere al acostumbramiento a la casa, a no salir y condensar en un mismo espacio diferentes lugares y ámbitos de la vida: laboral, social, familiar, recreacional, etc. Son manifestaciones habituales en gente que ha pasado mucho tiempo en situaciones de aislamiento.Para muchas personas que ahora sienten miedo o rechazo a la idea de salir a la calle. Todo es ahora online.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!