La raíz del regaliz es una de las drogas más antiguas que existen. Prácticamente todas las grandes culturas asiáticas y europeas hacen referencia a ella y a su uso. Reseñó Cocina y Vino.
En la medicina china, esta planta se conoce desde hace aproximadamente 200 años a.C. Era considerada una sustancia fortalecedora de músculos y huesos, así como suavizante cutáneo y antídoto eficaz.
Los egipcios utilizaban las raíces para las enfermedades de las vías respiratorias superiores, mientras que los griegos y romanos la empleaban para el asma, las úlceras cutáneas y para combatir la sensación de sed.
La raíz de la planta contiene ácido glicirrícico, sustancia 50 veces más dulce que el azúcar. En la raíz en polvo se encuentra hierro y los dulces del regaliz aportan más de 8 mg de este mineral por cada 100 g.
Es buena para la tos, problemas digestivos, en especial úlceras, y del hígado, anemia, artritis y náuseas. Sirve además para las afecciones respiratorias, incluso actúa como antiácido natural, pues la glicirricina tiene propiedades que aparte de mejorar la secreción de mucosa estomacal disminuye las de ácidos gástricos.
Pero se debe considerar que tomarlo en abundancia durante mucho tiempo puede causar hipertensión. Deben evitarlo las mujeres embarazadas y las personas hipertensas.