Las hojas de laurel se utilizan en la gastronomía, su sabor y aroma ayudan a sazonar carnes, pescados y sopas. Adicional a esto, el laurel puede ser utilizado en infusiones que ayudan a tratar otras afecciones del sistema.
Estas hojas las produce el árbol Laurus nobilis spp que puede llegar a medir 15 metros. Dentro de las curiosidades de la planta se encuentra que es dioico, es decir, tiene pie de planta femenino y masculino.
En cuanto a las características de las hojas, se conoce que pertenecen a los perennes, lo que significa que duran más de dos años, son aromáticas, redondas y verdes; cuando son más maduras se tornan de color oscuro. El fruto de esta planta es una baya de forma ovoide de color negro.
La planta se usa como símbolo de libertad. En las culturas griega y romana una corona hecha con laurel era el símbolo de la victoria y el prestigio, con esta se honraba a los poetas y guerreros.
Más allá de su valor simbólico, las hojas de laurel tienen grandes beneficios terapéuticos, esto gracias a sus componentes químicos como: cineol, linalol, eugenol y terpineol, además de glicéridos como ácido oleico, linoleico, palmítico y láurico.
La Fundación Española de la Nutrición resalta que esta planta es: «Buena para el sistema digestivo, estimula el apetito, las secreciones digestivas y los movimientos intestinales. También facilita la digestión, mejora y previene la acidez estomacal y los espasmos intestinales».
Adicional a esto se conoce que en el sistema respiratorio favorece la expulsión de las mucosas y es beneficiosa para casos de bronquitis y faringitis. En el sistema circulatorio, los ácidos grasos insaturados reducen el riesgo de enfermedades en el corazón.
Para el sistema reproductor, se conoce que esta planta ayuda a regular la menstruación. En infusión se puede tomar para favorecer el sueño, calmar el estrés y combatir el mal aliento.
Antes de consumir esta planta recuerde consultar con su médico de cabecera.