Ecuación de la felicidad
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La felicidad es una de las emociones más deseables y buscadas por los seres humanos. Pero ¿qué es la felicidad y cómo se mide? Estas preguntas han sido objeto de investigación por parte de muchos científicos en diferentes campos, incluyendo la psicología y la neurociencia.

La ecuación de la felicidad fue creada por el neurocientífico inglés Robb Rutledge en 2014. Esta ecuación es capaz de ofrecer una perspectiva única sobre cómo se puede entender y mejorar nuestra felicidad.

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Publicaron un estudio en la revista científica Nature titulado «A computational and neural model of momentary subjective well-being» (un modelo computacional y neuronal del bienestar subjetivo momentáneo).

La investigación consistió en un experimento donde los participantes jugaban un juego de azar, mientras los investigadores monitoreaban sus respuestas emocionales y su actividad cerebral. Los resultados del estudio llevaron a Rutledge y su equipo a desarrollar la ecuación de la felicidad. Esta es una fórmula matemática que representa la relación entre los factores que influyen en nuestra felicidad.

Desde entonces, la ecuación de la felicidad ha sido objeto de numerosos estudios e investigaciones en diferentes campos, incluyendo la psicología, la neurociencia y la economía. La ecuación ha demostrado ser una herramienta valiosa para comprender mejor qué nos hace felices y cómo podemos mejorar nuestra felicidad en nuestras vidas cotidianas.

 

Los cuatro factores que influyen en nuestra felicidad

La ecuación de la felicidad propuesta por el neurocientífico inglés Robb Rutledge se basa en cuatro factores principales:

  1. Expectativas: esto se refiere a nuestros anhelos de lo que sucederá en el futuro. Si nuestras expectativas son altas y se cumplen, nos sentimos felices. Si nuestras expectativas son bajas y se cumplen, no sentimos mucha emoción. Pero si nuestras expectativas son altas y no se cumplen, nos sentimos decepcionados y tristes.
  2. Recompensa: se refiere a la cantidad de retribución que obtenemos por una determinada acción o evento. Si la recompensa es alta, nos sentimos felices. Si la recompensa es baja o inexistente, no sentimos mucha emoción.
  3. Incertidumbre: cantidad de duda o desasosiego que rodea a una situación. Si es muy incierta, nos sentimos ansiosos o nerviosos. Si la situación es predecible, nos sentimos más seguros y felices.
  4. Control: factor referido a la cantidad de dominio que tenemos sobre una situación. Si tenemos un alto grado de control, nos sentimos más felices. Si no tenemos control o sentimos que estamos siendo controlados por otros, nos sentimos menos felices.

Un estado emocional dinámico

La ecuación de la felicidad de Rutledge se basa en el hecho de que la felicidad no es un estado emocional estático, sino que es dinámico y está influenciado por múltiples factores. Cada uno de estos factores puede variar de persona a persona y de situación a situación, lo que significa que lo que hace feliz a una persona puede no hacer feliz a otra. Además, explica por qué algunas personas experimentan una mayor felicidad en situaciones de alta incertidumbre, como los deportes extremos, mientras que otras pueden sentirse más felices en situaciones más seguras y controladas.

La ecuación también puede ayudar a las personas a entender por qué a veces experimentan una «falsa felicidad» cuando sus expectativas son bajas y se cumplen, pero luego se sienten decepcionados cuando se dan cuenta de que podrían haber logrado más.

 

La utilidad de la ecuación de la felicidad

En términos prácticos, la ecuación de la felicidad puede ser útil para las personas que buscan mejorar su bienestar emocional. Al comprender cómo influyen los diferentes factores en su felicidad, pueden hacer cambios en sus vidas para maximizar los factores que les brindan más felicidad y minimizar los que les causan infelicidad.

En general, la ecuación de la felicidad de Rutledge sugiere que la felicidad es una función de la recompensa y las expectativas, moderada por la incertidumbre y el control. Estos factores pueden influir en nuestra felicidad en situaciones tanto cotidianas como importantes en la vida.

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Además, la ecuación de la felicidad de Rutledge puede tener aplicaciones prácticas. Por ejemplo, ayudar a las personas a comprender mejor qué los hace felices y qué no, y cómo pueden ajustar sus expectativas para aumentar su felicidad. También puede ayudar a los psicólogos y terapeutas a diseñar tratamientos más efectivos para problemas de salud mental relacionados con la felicidad, como la depresión o la ansiedad.

Su revolucionaria ecuación no solo permite entender qué es lo que nos hace sentir bien; sino, además, realizar predicciones correctas y mejorar.

En resumen, la ecuación de la felicidad de Rutledge ofrece una nueva perspectiva sobre cómo podemos entender y mejorar nuestra felicidad. Si bien la ecuación no es una solución mágica, puede proporcionar una herramienta valiosa para ayudarnos a explorar y mejorar nuestra vida emocional.


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