A dos años de su inauguración, y en medio de un escenario de pandemia, que ha cambiado vidas enteras en el mundo, el Bosque Bistró sigue creyendo en la autenticidad de sus espacios, la fusión inigualable de sabores poco conocidos -pero que exaltan la venezolanidad- y el nacimiento de un nuevo negocio: Pasteles Rex.

Algo que tiene claro el chef venezolano Iván García, dueño de El Bosque Bistró, es que el camino al éxito está siempre en construcción.

Este 2021, su calendario profesional marca dos años de haber inaugurado en Caracas el reconocido restaurante que supo cómo encontrar el equilibrio perfecto entre la creatividad gastronómica y la autenticidad de un país a través de sus olores, sabores y fusiones.

Sin embargo, para nadie es un secreto que Venezuela no solo atraviesa una situación políticosocial complicada; además está sumida en una grave crisis de salud debido al covid-19, y eso precisamente ha complicado mucho las cosas.

Él, sus emprendimientos y su entorno no son la excepción. Pero en medio de todo esto la premisa siempre fue, es y será: seguir reinventándose.

Nuevo modelo de negocio

Para empresario, de 27 años de edad, su irreverencia al cocinar, la magia de la naturaleza y su pasión por Venezuela han caracterizado su paso por la movida gastronómica del país.

Desde Mérida, donde nació su primer concepto de cocina artística, hasta Caracas donde lo cimentó por segunda vez, siempre ha podido desarrollar el amor por su arte sin complicaciones. Al menos hasta que comenzó la pandemia.

“A raíz de la crisiss sanitaria mundial, hemos tenido que buscar muchas alternativas para sacar el negocio a flote”, indicó.

Así es como, dentro del bosque de Iván García, nació un nuevo emprendimiento o high kitchen llamado Pasteles Rex, una marca “donde creamos cosas que pueden transportarse con servicio delivery y llegan en perfecto estado”.

Transportar la comida de El Bosque resulta imposible “porque primero nunca fuimos un restaurante que nació bajo ese concepto; además, nunca quisimos que el cliente disfrutara en otra parte que no sea el restaurant”. Sin embargo, Pasteles Rex les permite llegar a los hogares de sus comensales sin problema.

Hablan unos emprendedores: “En Venezuela hay que buscarle la vuelta a todo”

La idea siempre fue diferenciarse del resto de los restaurantes que manejan ese servicio y “una mejor oferta que, a su vez, combine con el restaurant; por eso, dimos cabida en nuestro menú a los desayunos inspirados en Mérida como pastelitos y pizca andina, huevos benedictinos, entre otros”.

Estos son los productos 5 estrellas del delivery del Bosque, que trabaja de martes a domingo, de 9:00 de la mañana a 9:00 de la noche.

Pastelitos Rex conecta con las raíces merideñas de García, pero al mismo tiempo cumple con las demandas y exigencias gastronómicas que hoy en día derivan del consumidor.

El cambio siempre es bueno

Para llevar es una frase que en un principio causó renuencia en Iván García, pero que tuvo que adaptar positivamente a la realidad.

“Nunca fuimos un restaurante que nació bajo ese concepto. El Bosque se diseñó con la iniciativa de que la gente pudiese venir a disfrutar dentro de sus instalaciones; ser parte de la atmosfera y de toda la energía que envuelve la experiencia”.

Y es que, en este restaurante en Los Palos Grandes predomina lo verde; posee paredes y techos pintados con delicados trazos en forma de pájaros y flores, e invita a dejarse llevar por la atmósfera mientras se saborea lo mejor de la cocina venezolana contemporánea.

“Lo del delivery ha sido un reto porque nuestra comida no se creó y tampoco se pensó para comerse fuera de aquí, pero cuando nos tuvimos que adaptar a este hecho lo asumimos con la responsabilidad que implica llevar un servicio exclusivo y de calidad a los hogares venezolanos”.

Sin embargo, siguen apostando porque la gente vaya al restaurant “a vivir la experiencia como es”, pues “comer en el bosque no es comer distinto porque somos diferentes a los demás; comer en el bosque es comer distinto por la forma en la que conceptualizamos la comida”.

¿Un Bosque nuevo?

Nunca se contempló. Es un concepto único e irreplicable, “no solo por el concepto sino por la idea. Hacer muchos bosques nunca fue ni será la intención”.

Iván García no concibe esta estructura como algo que pueda existir en dos o tres lugares más. Sin embargo, sí está manejando la idea de un nuevo concepto de comida venezolana pero fuera del país.

“Esto si es una propuesta de valor que nos interesa y queremos materializar porque uno encuentra demasiadas opciones venezolanas, pero con la excepción de que, en su mayoría, están enfocadas en la típica comida de calle: arepas, cachapas, tequeños”, destacó. “Pero para nosotros la importancia radica en resaltar comidas desconocidas, mientras se dan a conocer ingredientes poco usuales dentro de nuestra despensa”, aseveró. Precisamente eso es lo que quieren llevar a muchas partes del mundo.

Sacarle provecho a una Venezuela cultural e ir minimizando los efectos secundarios y la animadversión que está causando la migración, es un factor clave en esta decisión. “Queremos, más que nada, mostrarle al mundo lo que somos como país y como pueblo”, dijo.

El chef tiene claro que si en algún momento se va de Venezuela no será por una coyuntura social o política. “Me considero una unidad con sello hecho en Venezuela, así que, de cualquier forma, estando en el país o fuera de él, siempre voy a representarlo”, expresó.


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