Kate Middleton foto cirugía
La foto de Kate junto a sus tres hijos con motivo de la celebración del Día de la Madre. Foto: Instagram

Se suponía que la foto pondría fin a las especulaciones sobre la salud de Kate, la princesa de Gales. Pero la imagen manipulada desató por el contrario una avalancha de rumores y teorías de la conspiración que sacudieron la web.

La tormenta empezó después de que Kate admitiera que la foto oficial en la que aparecía sonriente junto a sus hijos el Día de la Madre estaba editada.

La  princesa pidió disculpas y la imagen fue retirada de circulación de las principales agencias de noticias, incluida AFP.

La ausencia de Kate de la esfera pública en el último tiempo y la falta de información oficial sobre su paradero venían generando todo tipo de especulaciones en las redes: que su matrimonio con Guillermo estaba en problemas, que la princesa se estaba recuperando de un trastorno alimenticio, o de una cirugía estética para levantarse los glúteos. Algunos se preguntaban incluso si estaba viva.

La «prueba de vida» llegó  el domingo, cuando el Palacio de Kensington publicó la polémica fotografía, supuestamente tomada por Guillermo.

Fue la primera foto oficial desde la operación abdominal de la princesa a mediados de enero, intervención de la cual no se conocieron detalles.

Pero rápidamente los usuarios, atentos al más mínimo desliz, empezaron a desmenuzar la imagen. Comenzaron a señalar sus inconsistencias, como el zíper desaliñado de la chaqueta de Kate.

Tras la retirada de la imagen por las principales agencias noticiosas, la princesa pidió disculpas en un comunicado. Pero no explicó por qué había editado la imagen, ni qué había quitado del cuadro.

«La moraleja de la edición de la foto es simple: cuéntalo todo», escribió el columnista del periódico The Guardian Simon Jenkins. «Llegado este punto, la privacidad no funciona. Alimenta rumores, chismes e invenciones».

Especulaciones sin fin sobre Kate

Y  eso fue exactamente lo que ocurrió: la web se inundó de memes intentado responder qué podía ocultar la realeza británica.

«Todas las familias esconden un secreto». Así decía una publicación que proliferó en la red X, que simulaba el afiche de un show de Netflix ficticio titulado «Una conspiración real. La desaparición de Kate Middleton».

El secretismo del Palacio y el manejo de las relaciones públicas del caso agravaron las especulaciones en torno a Kate, despertando interés incluso de quienes normalmente no siguen este tipo de asuntos.

Algunos se preguntaron si fue Kate quien editó la foto, como afirma la versión oficial.

Otros consultaron especialistas en jardinería para saber más sobre la planta que aparece en el fondo, levantando sospechas de que tendría demasiadas hojas para esta época del año en Inglaterra.

Los más escépticos pidieron explicaciones sobre el paradero de Kate, y algunos especularon con humor que habría dejado a su familia para hacer un curso intensivo de Photoshop.

Simpatizantes de la realeza intentaron frenar la avalancha diciendo que la princesa tiene derecho a su privacidad, pero estas súplicas parecen haber sido ignoradas.

Transparencia

La imagen manipulada de Kate irrumpe en un momento de gran preocupación sobre la información falsa o engañosa que se propaga en contenidos visuales, especialmente tras los enormes avances de las aplicaciones de inteligencia artificial (IA).

«Las personas sienten una desorientación generalizada, sospecha y desconfianza», afirmó el articulista estadounidense Charlie Warzel en la revista Atlantic Monthly.

«Como lo demuestra este fiasco de la foto real, la era de los ‘deepfakes’ no requiere una tecnología de IA generativa, basta con un simple Photoshop».

El episodio también llevó a muchos a preguntarse si la corona británica ha divulgado otras imágenes adulteradas en el pasado. Medios como CNN afirmaron haber iniciado una revisión de todas las fotos cedidas previamente a los medios por el Palacio de Kensington.

Y este clima de desconfianza en línea ha reavivado los pedidos para que haya una mayor transparencia, incluso entre los miembros de la realeza británica caracterizados por su discreción.

El mes pasado, el rey Carlos III, suegro de Kate, recibió elogios por hacer público su diagnóstico de cáncer.

Pero muchos especialistas en salud criticaron que no haya revelado qué tipo de cáncer enfrenta, información que podría haber incentivado a los británicos de a pie a hacerse chequeos preventivos.

«Si los miembros de la realeza quieren ser modelo de valores importantes para la nación, deberían empezar por revisar su relación con los medios, en favor de la transparencia y la honestidad», dijo en la red X Catherine Mayer, autora del libro Carlos: el corazón de un rey.

«Deberían oponerse a la desinformación, no contribuir a ella».


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