En un pequeño local de la calle Toledo, cerca del Rastro, se encuentra la que para muchos es la tienda más bonita de todo Madrid. Fundada en 1860, lo que sí es seguro es que estamos ante una de las más antiguas. Casa Vega puede presumir de ser la alpargatería con más historia de España y, por extensión, del mundo entero, pues la alpargata es un artículo típicamente español.
Por ponerlo en perspectiva, Casa Vega nació en un Madrid donde aún no existían las Galerías Preciados ni el posterior El Corte Inglés. El ultramarino más antiguo de España, «La Confianza» en Huesca, abrió sus puertas en 1871. La que podría ser la relojería-joyería más antigua de España –«El Cronómetro» de Sevilla– no empezó hasta 1901.
Era una España muy distinta de la actual. Cuando nació Casa Vega en la calle Toledo 57, donde aún se encuentra, reinaba en España Isabel II. Los camisas rojas de Garibaldi ocupaban Nápoles y se acaba el final del Reino de las Dos Sicilias. Abraham Lincoln ganaba las elecciones norteamericanas, convirtiéndose en el primer republicano en alcanzar la presidencia de los Estados Unidos. La Asamblea de Carolina del Sur declara disuelta su Unión con el resto de los Estados Unidos y se originaba la Guerra de Secesión.
En 1860, el mismo año que Casa Vega, nacieron el compositor Isaac Albéniz, Antón Chéjov, escritor y dramaturgo; María de las Mercedes de Orleans, futura reina de España; Gustav Mahler, músico y director de orquesta austríaco. Son las últimas décadas del Imperio Español que comenzó en 1492 y se dio por finalizado en 1898 con la pérdida de Cuba y Filipinas. En Madrid, en 1860 nace Casa Vega como taller de cordelería, alpargatería, trabajo del cuero, fibras vegetales y algodón ante la necesidad de elaborar calzado y guarnicionería para milicias, agricultores, cazadores y ganaderos, principalmente.
Hoy, superada una pandemia y todo tipo de vicisitudes, Casa vega es uno de los escaparates más fotografiados de todo Madrid. Fiel al estilo de las tiendas de dulces británicas o las boutiques de ropa delicada de París, este local va camino de ser una postal más de la capital de España.
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Los vestigios más antiguos de la existencia de la alpargata se remontan a hace 4.000 años y se encontraron en Albuñol, Granada, según apunta la web de Casa Vega.
El calzado de esparto se alternaba con los útiles de guarnicionería, equitación y caza, así como con las lonas y la cordelería. «Lo que comenzó como una tienda taller que perseguía satisfacer las necesidades de caballistas, agricultores y ganaderos –recoge la página web de la tienda– es hoy una marca centenaria renovada que ofrece una seleccionada propuesta de alpargatas, bolsos y accesorios intemporales de impecable factura.