El Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) afirma que una dieta saludable debe proporcionar las cantidades adecuadas de nutrientes a través del consumo de distintos alimentos. Las proteínas, los hidratos de carbono, las grasas, las vitaminas, los minerales y el agua como nutrientes tienen diversas funciones energéticas y reguladoras, cuyo consumo debe cubrir las necesidades del cuerpo humano.
Uno de los grupos de alimentos más completos desde el punto de vista nutricional son las legumbres. Ricas en vitaminas y minerales, de moderado contenido energético, son una de las principales fuentes vegetales de proteínas, lo que la convierte en una interesante opción para todos los públicos. Garbanzos, lentejas, guisantes o judías tienen un bajo contenido en grasa ya que tan solo aportan tres gramos de grasa por cada 100 gramos de producto, y están compuestos mayoritariamente por ácidos grasos insaturados.
Si bien los platos tradicionales en los que se incluyen legumbres podrían tener un alto contenido energético, cabe destacar que no son las legumbres las responsables del alto nivel calórico de estos, puesto que aportan alrededor de 350 kcal por cada 100 gramos de alimento. Son los acompañamientos del plato, como puede ser el chorizo, la morcilla, los refritos… y los tamaños de las raciones, los que pueden incrementar las calorías consumidas en estas comidas.
Un informe de la Fundación Española de la Nutrición (FEN), recoge que la población española consume tan solo una ración semanal de este alimento, frente a las 3-4 recomendadas. Las recomendaciones indican que debemos consumir una ración de entre 60-80 gramos de legumbre seca de tres a cuatro veces a la semana durante todo el año.
Desde la FEN indican: «Es importante que las legumbres formen parte de nuestra dieta de forma habitual, porque nutricionalmente este grupo de alimentos resalta tanto por su composición, como por su bajo coste y su fácil almacenamiento».