la Neumonía
Foto Archivo- Suben a tres las muertes en Argentina por una neumonía de origen desconocido.

La neumonía es un tipo de infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones. Estos están formados por pequeños sacos, llamados alvéolos, que se llenan de aire al respirar. Los alvéolos de los enfermos de neumonía están llenos de pus y líquido, lo que hace dolorosa la respiración y limita la absorción de oxígeno.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la neumonía es la principal causa individual de mortalidad infantil en todo el mundo. Se calcula que la neumonía mató a unos 920.136 niños menores de 5 años en 2015, lo que supone 15% de todas las defunciones de niños menores de 5 años en todo el mundo.

La enfermedad puede propagarse por diversas vías. Los virus y bacterias presentes comúnmente en la nariz o garganta de los niños, pueden infectar los pulmones al inhalarse. También pueden propagarse por vía aérea, en gotículas producidas en tosidos o estornudos.

Además, puede propagarse por medio de la sangre, sobre todo en el parto y en el período inmediatamente posterior.

La mayoría de los niños sanos pueden combatir la infección mediante sus defensas naturales, pero los niños inmunodeprimidos presentan un mayor riesgo de contraer esta enfermedad. El sistema inmunitario del niño puede debilitarse por malnutrición o desnutrición, sobre todo en lactantes no alimentados exclusivamente con leche materna.

La presencia previa de enfermedades como sarampión o infecciones de VIH asintomáticas también aumentan el riesgo de que un niño contraiga neumonía.

Prevención y tratamiento

La prevención de la neumonía infantil es un componente fundamental de toda estrategia para reducir la mortalidad infantil, según la OMS. La inmunización contra la Hib, neumococos, sarampión y tos ferina es la forma más eficaz de prevenir la infección.

Una nutrición adecuada es clave para mejorar las defensas naturales del niño, comenzando con la alimentación exclusiva con leche materna durante los seis primeros meses de vida; además de prevenir eficazmente la enfermedad, reduce su duración.

También puede reducirse el número de niños que contraen la infección corrigiendo factores ambientales como la contaminación del aire interior  y fomentando una higiene correcta en hogares hacinados.

En cuanto al tratamiento, la neumonía causada por bacterias puede mejorar con antibióticos. El antibiótico de elección es la amoxicilina en comprimidos dispersables. La mayoría de los casos de neumonía requieren antibióticos por vía oral los cuales suelen recetarse en centros de salud.


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