A la hora del baño, es importante regular la temperatura del agua de acuerdo a cada persona y sus necesidades. Se tiende a escuchar que el agua fría ayuda a tener una piel más firme y la caliente es buena para la relajación.

El dermatólogo Luis Ortiz indicó a Magacín que lo mejor para el cuerpo es bañarse con agua ni muy fría ni caliente si no a temperatura templada.

“El agua excesivamente caliente no es necesaria, esa no es la temperatura normal de la piel. Hacerlo ocasionalmente puede ser terapéutico, pero tenemos bacterias que necesitamos en la piel y que el agua caliente mata. El agua muy fría tiende a disminuir la circulación porque se contraen los vasos sanguíneos. El agua templada es la mejor opción”, aseguró.

Otro de los mitos que desmintió el experto es que si se permanece mucho tiempo bajo el agua, la piel se hidrata. Por el contrario, aseguró que estar mucho tiempo sumergido en agua puede, más bien, provocar deshidratación.


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