Al menos 20% de los latinoamericanos consume algún medicamento para poder dormir pero este les provoca un sueño artificial y poco reparador, lo que repercute en su calidad de vida, señaló el Instituto Mexicano de Medicina Integral del Sueño.

«Estas son solo estimaciones, pero el consumo de medicamentos para conciliar el sueño es más frecuente de lo que se cree», dijo a Efe el doctor Reyes Haro Valencia, director del IMMIS.

El insomnio, explicó el experto, es un trastorno del sueño que se caracteriza por la dificultad de dormir cuando hay condiciones para hacerlo.

Aunque también, se puede decir que hay insomnio cuando la persona despierta en la noche y le cuesta trabajo volver a dormir, si no puede dormir, si duerme menos de seis horas o si se siente mal como consecuencia de dormir mal.

En todos los casos, aseveró el médico, es necesario conocer la causa para poder tratarla, sin embargo, generalmente los pacientes no suelen acudir con el profesional correcto, son mal medicados y, en los peores casos, se automedican.

«Es muy común en la práctica médica la preescripción del medicamento sin saber qué es lo que realmente lo ocasiona», aseguró.

Indicó que el problema es preocupante porque de acuerdo con el estudio Platino, estudio realizado en cuatro ciudades de Latinoamérica, 42% de las mujeres y 25% de los hombres padecen insomnio.

El problema, acotó Haro Valencia, es que las personas piensan que se pueden acostumbrar a dormir poco y cuando quieren dormir bien se ayudan de te o alimentos que creen les pueden ayudar.

Al no conseguirlo, recurren a cualquier farmacia donde les recomiendan »remedios para dormir, supuestamente naturales». Y cuando estos ya no funcionan más llegan con el médico general, con neurólogo o psiquiatra que les dan los medicamentos controlados. »Sin embargo, esto disminuye las etapas del sueño», aseguró.

Al respecto, precisó que existen cuatro etapas del sueño: dos ligeras y dos profundas, y son justamente estas últimas las más importantes.En ellas, apuntó, se da la restauración física donde se fortalece el sistema inmunológico, el cerebro se restaura y se logra un equilibrio emocional.

Sin embargo, cuando una persona recurre a las pastillas, estas etapas de sueño se hacen artificiales y de mala calidad, por lo que no será reparador y la persona se sentirá afectada.

Además, explicó, el uso prolongado de este tipo de medicamentos puede llevar a que el organismo presente dependencia y, posteriormente, resistencia a sus efectos, por lo cual requerirá de dosis más altas.

Es por ello que lo más importante, dijo, es encontrar la causa del insomnio. Entre ellas pueden estar el estrés, las preocupaciones, que llevan al insomnio primario, pero también el ronquido y síndromes como el de piernas inquietas.

«Es necesario tratar la causa y encontrar una estrategia para dormir mejor. Si es necesario medicamento, está bien, pero no hay uno que funcione si no va de la mano» de otras prácticas, dijo.

En ese sentido, el especialista dijo que para tener un buen nivel de sueño se debe realizar ejercicio de manera regular tres veces por semana, tener horarios regulares para acostarse y levantarse, dormir lo más cercano a siete horas diarias y respetar esto incluso en fines de semana.

También evitar descansos diurnos prolongados, reducir ingesta de líquidos e irritantes antes de dormir, así como no consumir alcohol ni nicotina.

Aunado a ello, aislar la luz de la ventana y aparatos electrónicos es lo mejor para evitar el insomnio y conseguir un buen nivel de sueño, concluyó. 

Con información de Efe


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