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Foto Archivo

Tristeza, frustración, rabia, impotencia, aburrimiento, derrota. Sentimientos que los venezolanos experimentan día a día pero que se acentuaron, hace una semana, con el cese de operaciones de Directv en Venezuela.

Las opciones para entretenerse y, en ocasiones, sentirse acompañados en estos días de confinamiento son limitadas.

El entretenimiento es vital, sobre todo en estos momentos en los que todos permanecen en casa para evitar la propagación del covid-19. Distraerse ayuda a las personas a reconectarse con aspectos placenteros y ayuda a levantar el ánimo, explica Patricia López, psicólogo infantil. «Todo ser humano necesita recrearse siempre. Hacerlo ayuda a dormir mejor, previene  conductas depresivas, agresivas, alteraciones del sueño, del apetito e, incluso, de la función sexual», dice.

En Venezuela la televisión, especialmente por suscripción, es la principal fuente de entretenimiento en millones de hogares en los que, en muchos casos, el servicio de Internet es intermitente. Pero hace una semana dejó de ser así.

El pasado martes AT&T, compañía estadounidense dueña del proveedor de televisión satelital Directv, anunció el cese de sus operaciones en el país a través de un comunicado.

«Las sanciones del gobierno de Estados Unidos han prohibido la transmisión de los canales Globovisión y Pdvsa TV, ambos requeridos bajo la licencia para ofrecer el servicio de televisión paga en Venezuela. Ante la imposibilidad para la unidad de Directv de AT&T de cumplir con los requisitos legales de ambos países, AT&T se vio obligada a cerrar sus operaciones de televisión paga en Venezuela, una decisión que tomó el equipo de liderazgo de la compañía en Estados Unidos sin ninguna participación o conocimiento previo de Directv Venezuela», decía el texto.

La señal de Directv más que una ventana a la información, también era una fuente de entretenimiento, especialmente en zonas rurales y lugares remotos del país. De acuerdo con data proporcionada por la compañía, esta tenía 2.200.000 de hogares suscriptores, lo que se traduce entre 6 y 10 millones de personas beneficiadas con el servicio y que dejaron de disfrutarlo, explicó William Peña, periodista especializado en telecomunicaciones y tecnología.

Ahora las opciones son limitadas. Desde que la señal de Directv dejó de estar presente en millones de hogares, las personas han tenido que recurrir a otras alternativas de entretenimiento.

Javier Ramírez tiene 24 años de edad. Cuando no está estudiando, ve televisión por las noches antes de dormir o, incluso, cuando almorzaba. «No te das cuenta de lo mucho que distrae la TV hasta que no la tienes», dice.

Los más jóvenes no son los únicos afectados; los ancianos también sufren por la falta del servicio. Bárbara Hernández cuenta que su abuela, de 80 años de edad, veía novelas y noticias en la televisión. Sin embargo, ahora ocupa su tiempo en hacer crucigramas, sopas de letras y sudokus. «Creo que tendremos que enseñarle a usar Netflix y YouTube para que se entretenga», comenta.

A la falta de servicios básicos como el agua, la luz o, incluso, Internet, se le suma una nueva pérdida de las tantas que ha padecido el venezolano en los últimos años que ha visto, por ejemplo, el cierre de canales de televisión como RCTV, la desaparición de periódicos, la censura en medios de comunicación.

«Tantos golpes a la población permite prever dos reacciones, como mínimo: la cantidad de golpes doblegan a la gente por agotamiento, por falta de fuerzas para reaccionar o pudiera haber manifestaciones con expresiones de violencia, lo cual sería una gran inconveniencia en estos momentos», dice el psicólogo Leoncio Barrios.

La psicóloga Sophia Behrens asegura que la sociedad venezolana vive, día a día, cansada del estrés. Padece, según la especialista, del Síndrome de Burnout, estado de agotamiento físico, emocional o mental que tiene consecuencias en la autoestima. Se caracteriza por un proceso paulatino en el que las personas pierden interés en sus tareas, el sentido de responsabilidad y puede generar depresión.

“No distraerse supone no tener la oportunidad de desconectarse  de las demandas y obligaciones, de las ansiedades y frustraciones», explica Patricia López.

Para Barrios el entretenimiento es vital para que las personas tengan la oportunidad de separarse de sus rutinas y conflictos diarios. «Hay más hastío por la situación económica, la crisis de los servicios de primera necesidad y la falta de solución a los múltiples problemas. Ante ello, la distracción es más que necesaria», afirma.

Ante las circunstancias adversas que se viven en el país, el venezolano se ha convertido en un ciudadano que resiste ante cualquier problema, explica Berehns. Sin embargo, dice, siempre se presenta una nueva situación capaz de generar más estrés.

Barrios recomienda a las familias evaluar y conversar sobre otras opciones de entretenimiento e información a las que puedan recurrir ante la ausencia de Directv. «Que los niños participen en esa conversa, que todos sugieran ideas factibles de llevar a cabo», añade.

Esta semana un grupo de venezolanos se sumaron a una petición a AT&T en la plataforma Change.org para que active de nuevo la señal de la plataforma televisiva Directv en el país de forma libre. Sin embargo, la compañía aún no se ha pronunciado al respecto.

Ramírez cree que en seis meses todos se acostumbrarán a vivir sin Directv o recurrirán a otros servicios como Inter o Supercable. «Estoy seguro de que en un tiempo todos olvidarán esto y será como si no hubiese pasado nada. Es triste», afirma.

¿Y en el caso de los niños?

Sin colegio, sin poder salir a jugar con sus amigos y, ahora, sin televisión. Esta es la situación que vive la mayoría de los niños en el país desde hace una semana. Para algunos padres explicarles a sus hijos lo que ocurrió con Directv podría ser algo complicado; sin embargo, Patricia López, psicólogo infantil, recomienda hacerlo de una forma clara y sencilla.

«Mientras más pequeños son los niños, más difícil será que comprendan por qué algo que estaba ya no está, y mientras más grandes, será más difícil hacerles desprenderse de la idea de que podrían volver a disfrutar de  ese servicio», afirma López.

Sobre detalles de la suspensión de Directv, la psicólogo infantil recomienda dosificar y parafrasear la información dependiendo de la edad de los niños. «Es conveniente traducir la realidad que le vamos a mostrar de forma clara y suficiente, no más de lo que requiere cubrir su inquietud, pero tampoco menos, porque buscarán otras fuentes para saciar esa duda», asegura.

«Hay que ser respetuosos de la integridad del otro, un niño no procesa la información de la misma manera que un adulto», agrega López.

En estos momentos es importante conversar con los niños sobre las emociones que puedan surgir a partir de esta pérdida: tristeza, rabia, frustración, explica la especialista. También destaca que es necesario que los padres expresen su empatía e intenten junto con sus hijos buscar otras alternativas para distraerse.»Lo siguiente es pensar cómo obtener satisfacciones parecidas», agrega.

Además de las alternativas online, López también recomienda otras opciones menos digitales, como juegos de mesa, manualidades, lectura, escritura, artes culinarias, música, entre otras.

El confinamiento, por sí solo, genera ansiedad, tristeza, estrés y conductas depresivas. Si a esto se le suma la falta de opciones para distraerse, la situación empeora, especialmente si no se recibe ayuda profesional, dice López.

De acuerdo con un informe del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) y la organización Centros Comunitarios de Aprendizaje, dedicada a la protección y participación de los niños, niñas y adolescentes, el año pasado 88 niños y adolescentes se quitaron la vida, de los cuales 7 eran menores de 11 años, concentrando el mayor rango de suicidios en esta población infanto-juvenil entre los jóvenes de 15-19 años.

Ante esta situación, la especialista dice que es indispensable estar atentos al comportamiento de la familia, si hay síntomas de depresión en algún miembro y buscar ayuda profesional en estos casos. «Actualmente hay servicios gratuitos de ayuda médica y terapéutica de los que se puede recibir  apoyo en este momento», afirma.

El rol que desempeña la familia es vital. Además de los recursos materiales y económicos, los padres deben potenciar los aspectos emocionales en el hogar para ayudar a los niños a afrontar las dificultades sin dejarse abatir, explica López. «Si la visión del adulto es optimista, positiva, esperanzadora, así será el futuro del niño aunque las condiciones sean adversas, porque quienes pueden dibujar alternativas ante las demandas tienen tantas posibilidades de ser exitosos como opciones hayan ideado», finaliza.


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