Alzheimer etapas
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Latinoamérica es una de las regiones que se ha visto más afectada por enfermedades de demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer en la que se atraviesan varias etapas. Para el año 2050 los casos aumentarán desde los más de 7.8 millones de personas a 27 millones de pacientes aproximadamente.

El Alzheimer es una de las demencias más comunes. En esta enfermedad las conexiones de las células cerebrales se degeneran y mueren, lo que finalmente ocasiona pérdida de memoria, degeneración cognitiva y confusión.

En la actualidad se realizan gran cantidad de experimentos que intentan encontrar un tratamiento permanente o progresivo para el Alzheimer. Sin embargo, todavía no se llega a resultados determinantes, por lo que algunos medicamentos y estrategias de control pueden mejorar los síntomas temporalmente.

Teresa Gómez-Isla, Neuróloga y Directora de la División de Memoria en el Hospital General de Massachusetts, mencionó durante una conferencia que “Las lesiones cerebrales inician mucho antes de que una persona tenga su primer olvido, una década antes. Lo cual quiere decir que para el momento en el que una persona empieza a desarrollar síntomas ya hay un daño cerebral irreversible. Por eso cada vez más se desarrollan terapias dirigidas a atacar esas lesiones cuya consecuencia va a ser que se empiecen a perder neuronas, conexiones y que la función cerebral comience a fallar”.

¿Cuáles son las etapas?

Los expertos han dividido las etapas de la enfermedad en tres: etapa temprana, Alzheimer moderado y etapa final.

En la etapa temprana del Alzheimer, la persona puede desenvolverse de forma independiente. Es posible que pueda conducir, trabajar y participar de actividades sociales. A pesar de esto, la persona puede sentir que tiene episodios de pérdida de memoria, que incluyen olvidarse palabras familiares o la ubicación de objetos cotidianos.

El Alzheimer moderado generalmente constituye la etapa más prolongada y puede durar muchos años. A medida que la enfermedad avanza, la persona con Alzheimer requerirá un mayor nivel de atención.

Finalmente, en la última etapa de esta enfermedad, las personas pierden la capacidad de responder a su entorno, de llevar adelante una conversación y, eventualmente, de controlar los movimientos. Todavía pueden decir palabras o frases, pero la comunicación se torna difícil.

A medida que la memoria y las habilidades cognitivas empeoran, es posible que ocurran cambios significativos en la personalidad y que las personas necesiten mucha ayuda con las tareas diarias.

Métodos para tratarlo

En este sentido, cabe resaltar que aunque esta enfermedad no tiene un tratamiento curativo, si existen otros métodos que retrasan la progresión del Alzheimer. Gracias a estudios recientes se sabe que cuatro de cada diez casos que se diagnostican de esta enfermedad se pueden prevenir.

Según Gómez-Isla, para prevenir el Alzheimer es necesario poner especial atención a factores de ritmo cardiovascular. Por ejemplo, la hipertensión, la obesidad, el colesterol alto y la diabetes, que también son malos para el cerebro e incrementan el riesgo de que una persona sufra demencia. “Lo que hemos aprendido es que si cuidamos nuestro corazón, cuidamos el cerebro y disminuimos el riesgo de sufrir demencia”, mencionó.

Lo que dice un estudio de Harvard

Un estudio asociado a la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, mostró que la acumulación temprana de proteínas tau y amiloide-β puede interrumpir la conectividad cerebral muchos años antes de que se observen los signos de deterioro, como la pérdida de memoria u olvidos recurrentes.

Los hallazgos pueden conducir a estrategias para ayudar a detectar la enfermedad de Alzheimer de manera temprana y evitar las etapas siguientes de la enfermedad.

En su investigación, los científicos utilizaron tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés) para tau y amiloide-β. También tomaron una resonancia magnética funcional (fMRI). La idea era estudiar cómo las patologías de la enfermedad de Alzheimer se relacionaban con la conectividad de las regiones y redes cerebrales. Se hizo el estudio en individuos de una familia numerosa de más de 6.000 miembros vivos con prevalencia de la enfermedad en Colombia.

“Sin embargo, no sabíamos cómo las conexiones del cerebro responden a la acumulación de estas proteínas muy temprano en el proceso de la enfermedad, incluso antes de los síntomas”, explicó Yakeel Quiroz, autor principal del artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.


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