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Tener una buena alimentación ayuda al cuerpo a trabajar correctamente. Si se consumen los nutrientes necesarios, cada uno de los órganos podrá realizar su función. Además, una sana ingesta de comida puede prevenir ciertas enfermedades.

Una de las partes más importantes del cuerpo es el cerebro, pues gracias a él se realizan funciones vitales como respirar, comer y dormir. Por si fuera poco, con este órgano se perciben estímulos, olores, sabores, entre otros.

El cerebro también se encarga de ayudar con los recuerdos. Pero tener una alimentación rica en alimentos grasosos, así como azucarados, puede afectar al cerebro y a la memoria, sobre todo a la de corto plazo.

CogniFit menciona que la memoria a corto plazo es aquella que permite recordar una cantidad limitada de información por un período corto de tiempo. Los alimentos altos en grasa y azúcares pueden inflamar una parte del cerebro que está relacionada con esta. Además, este tipo de productos están relacionados con alteraciones bioquímicas en el cerebro.

La peor grasa para la memoria

Healthline menciona que una de las peores grasas para el cerebro son las grasas trans producidas industrialmente. Estas se encuentran en la manteca, margarina, pasteles y galletas preempaquetadas. Un estudio publicado en Science Direct demostró que las personas que consumen este tipo de grasas pueden tener un mayor riesgo de padecer alzhéimer, deterioro cognitivo y empeorar su memoria.

Por otra parte, los alimentos que contienen altos niveles de azúcar, como postres procesados y bebidas azucaradas o deportivas, además de aumentar el riesgo de padecer diabetes y subir de peso, también pueden aumentar la posibilidad de padecer alzhéimer o demencia.

Las recomendaciones

Aunque todos estos alimentos altos en grasa pueden afectar la memoria y el cerebro, hay algunos que son buenos. Se recomienda incluir en la dieta alimentos ricos en silicio, un mineral que se encuentra en la avena, manzanas y pepino.

Otros alimentos recomendables para el buen funcionamiento de la memoria y el cerebro son los ácidos grasos poliinsaturados como el omega-3, que se encuentra, sobre todo, en el salmón, la sardina y el aceite de oliva. Este tipo de grasa ayuda a la plasticidad cerebral, un proceso que realiza conexiones entre neuronas para que produzcan un intercambio de energía llamado sinapsis.

Para que la memoria a corto plazo y el cerebro funcionen correctamente también se debe incluir en la alimentación carbohidratos como el arroz o la pasta. Estos son importantes para que las neuronas del cerebro obtengan energía y así se produzca una adecuada actividad. Por último, son buenos los cítricos, huevos y legumbres.

Todos estos alimentos contienen vitaminas que garantizan la construcción de células nuevas, además de oxigenar el tejido cerebral. También es recomendable incluir carne roja, que es una fuente de vitamina B12; y nueces, las cuales contienen omega-3.


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