Kotas

Una misa cargada de risas, de salidas con doble sentido. Un sacerdote que con sus particulares carcajadas provoca lo mismo en sus feligreses. Un padre polaco que habla perfecto español con una marcada (y divertida) influencia mexicana. Adam Kotas es el cura que se convirtió en un éxito en TikTok, que encanta a muchos y que provoca malestar en otros.

El padre Kotas desde su pequeña iglesia ubicada en Las Vegas, Estados Unidos, ha generado una comunidad en redes sociales, la cual desde sus teléfonos disfruta de las particulares homilías del cura: algo así como stand-up comedy religioso. Es el mismo padre que hace poco más de un año se separó de la Iglesia Católica Romana para unirse a la Iglesia Católica Nacional Polaca y que con su decisión no solo ha provocado roncha, sino que también una curiosidad sobre sus motivos.

La diferencia entre ambas iglesias data de una separación de fieles, hace aproximadamente 100 años. Quienes fundaron la Polaca no estaban de acuerdo con la dirección de la Romana. En ambas se practican los sacramentos y protocolos católicos, pero no están en comunión una con otra. Sobre este tema ahondaremos más adelante.

Mientras tanto, en la iglesia dirigida por el padre Kotas esta es una de las escenas más curiosas y también divertidas que se gozan: el cura después de la misa toma a una bebé en brazos. Su madre se la da para que haga su presentación oficial a los fieles de la comunidad y ante Dios e inicia el siguiente diálogo:

-¿Tenemos a quién para presentar?

-Danet.

-¿Danet? Antes les daban nombres muy bonitos como Conchita, o Cuca, o Chinta. O mi nombre favorito, ¿saben cuál es? Chona. Y ahorita les dan Danet. Bien gringa que le pusiste su nombre. Pueden ponerse cualquier nombre, el nopal siempre se nota.

El padre provocó carcajadas entre los fieles que asistieron a dicha misa, pero no fue la única vez. Las ocurrencias de este particular sacerdote han hecho las delicias de los feligreses, gracias a esa cercanía que muestra desde el púlpito, además de que Kotas utiliza una jerga muy al estilo mexicano, pues aprendió y perfeccionó su español mientras fue seminarista en tierras aztecas.

El padre Adam Kotas constantemente comparte detalles de su vida privada con sus feligreses. En esta imagen se ve feliz en compañía de su abuelita, quien lo visitó desde Polonia. (Facebook)

Además de TikTok, otras plataformas como Facebook, Instagram y por supuesto YouTube se han vuelto por igual su escaparate. El mensaje de Dios que Kotas comparte no tiene filtros y él aprovecha la virtualidad para repartirlo parejo a quien lo quiera escuchar.

Internet le sirve para transmitir sus misas, algo que comenzó a hacer en la pandemia. Pero, además, ha ido más allá, al mostrar cómo oficia algunos de los sacramentos, como matrimonios y bautizos, y hasta su participación en fiestas de quinceañeras. También comparte con sus seguidores las actividades que hace en la iglesia para recaudar fondos, entre ellas vender tamales, algo que disfruta y en lo que pone, literalmente, las manos en la masa.

“Con la ayuda de la tecnología y algunas personas buenas y generosas, pude instalar una cámara y equipo de computadora decentes en mi parroquia; mi ministerio en línea fue bien recibido y también hice estudios bíblicos en línea durante la pandemia en inglés y español”, detalló el popular sacerdote en su sitio web oficial.

“Utilizo el humor y el don de mi risa bulliciosa e infecciosa para sacar a las personas de cualquier situación deprimente o ansiosa en la que se encuentren”

—  Padre Adam Kotas

Los números de las cuentas de redes sociales del padre Kotas muestran su popularidad. En Facebook lo siguen más de 84.000 personas, en TikTok tiene más de 400.000 (pero hay varias cuentas no oficiales sobre él que tienen más seguidores) y en YouTube tiene una comunidad con 289.0000 suscriptores.

Frases como “Y ese fue el sermón ‘perrón’ para ustedes”, o “Hello, hello, soy el padre Adam Kotas”, son virales en las plataformas y poco a poco, entre vacilón y seriedad, el cura se ha convertido inevitablemente en toda una sensación.

“Utilizo el humor y el don de mi risa bulliciosa e infecciosa para sacar a las personas de cualquier situación deprimente o ansiosa en la que se encuentren. Dios me ha dado muchos dones y uno de ellos es una habilidad única para tranquilizar a las personas y hacerlas olvidarse de sus problemas cuando vienen a la iglesia para reabastecerse de combustible y revitalizarse para seguir adelante, ¡Para seguir caminando!”, explicó el religioso en el perfil de la Iglesia Católica Nacional Polaca.

“Bien saben, ustedes casados, que el sexo en el matrimonio es como la Coca-Cola: comienza regular, después se pasa a ligth, luego al final termina con cero. Al final es como: ‘juntos como hermanos”, dijo en una homilía.

En otro video recordó cuando una mujer que compró una imagen de la virgen Rosa Mística para pedir quedar embarazada, le reclamó porque después de dos meses no había tenido respuesta.

“La señora no solamente no estaba casada, sino que no tenía hombre. Entonces yo le dije: ‘¿tú quieres que la Rosa Mística sola te embarace?’ No eres la virgen María, amor. Ocupas a un hombre. La receta es Rosa Mística y un hombre”.

Vida de fe

El baile es una de las actividades que más goza el padre Adam Kotas. En esta boda no dudó en ir a la pista con la novia. (Facebook)

El sacerdote, quien nació en Polonia el 15 de noviembre de 1984, se unió desde muy joven a los caminos de la iglesia. Su gran inspiración, como la de muchos católicos de su país, fue el papa Juan Pablo II, también polaco.

Según su biografía, Kotas creció en un pequeño pueblito en el que todos luchaban en medio de la represión comunista y la inmensa pobreza, pero donde siempre se ayudaban unos a otros; eran una comunidad.

“No teníamos agua, ni baño en la casa. Todos dormíamos juntos en una habitación y una cama durante los largos inviernos amargos”, recordó Kotas.

Fueron esos tiempos de lucha y sufrimiento los que formaron el carácter de Kotas y los que también, inspirado por la fe, lo llevaron a tomar el sacerdocio.

Doy gracias a Dios por esta experiencia de pueblo pequeño. Salí del pueblo pequeño, pero el pueblo pequeño no ha salido de mí. Por eso siempre trataré de cuidar de los pequeños”, agregó en su sitio web.

La dura vida en Polonia llevó a la familia de Kotas a emigrar a Estados Unidos. La ciudad de Chicago fue la que los albergó. Ahí estudió en una escuela con programa bilingüe para niños que, como él, no hablaban inglés; la mayoría de sus compañeros eran inmigrantes polacos.

También compartió con otros pequeños que llegaban de México y otros países latinoamericanos. “Fue una hermosa experiencia cultural en la que pude relacionarme con niños que se veían diferentes a mí pero que tenían las mismas aspiraciones, anhelos y problemas que yo. Puede que no hayamos podido comunicarnos verbalmente, pero en el comedor o en el patio de recreo todos podíamos hablar el idioma del amor mientras jugábamos juntos”, recordó.

En el apogeo del papado de Juan Pablo II, Kotas sintió el llamado: quería ser sacerdote y por eso entró al Seminario Preparatorio Arzobispo Quigley en el centro de Chicago. Además de su preparación católica, también se graduó en licenciatura en Filosofía y Español. Sus estudios los complementó con una Maestría en Divinidad y otra en Artes en Estudios Religiosos.

Contra la institucionalidad

Kotas recuerda que desde pequeño sufría de afecciones respiratorias, entre ellas asma, un tema que más adelante en su vida le afectó mientras ya ejercía el sacerdocio y que, curiosamente, influyó en su separación de la Iglesia Católica Romana.

El padre Adam Kotas se ordenó como sacerdote de la Iglesia Católica Romana en el 2010. En el año 2021 renunció y se unió a la Iglesia Católica Nacional Polaca.

El primer ministerio que le fue asignado a Kotas como cura fue en la ciudad de Crescent, en el norte de California. “Ahí puede llover 100 días seguidos y hay grandes periodos de tiempo sin lluvia. Ese era un ambiente muy deprimente, especialmente porque sufro de asmas y alergias horribles”, narró el cura.

En ese tiempo se convirtió en una “máquina de mocos,”, según dijo. Su salud se vio deteriorada y por esa razón pidió el traslado a un clima seco y árido. Ese cambio lo llevó por primera vez a Las Vegas en el 2015 donde se desempeñó como vicario en la parroquia St. Joseph Husband of Mary.

Kotas estaba feliz de la vida en la nueva iglesia. No solo su salud mejoró, sino que logró afianzar la comunidad de fe con diferentes actividades religiosas en las cuales participaban los feligreses. Sin embargo, comenzaron los problemas.

El padre habló abiertamente sobre los problemas que vivió por culpa de la “envidia”, según explicó. La buena relación del cura con la comunidad fue mal vista por otros colegas, quienes lo culparon por “llevarse a la gente a su iglesia”.

El sacerdote Adam Kotas realiza sacramentos católicos bajo las órdenes de la Iglesia Católica Nacional Polaca. (Facebook)

“Me dijeron ‘quieres agradarle a la gente y haces cosas para hacerte querer’. Parece que eso no eran características deseables para un vicario parroquial”, contó.

Por cuestiones técnicas fue devuelto a California tres años después. Allí fue asignado al condado de Lake, donde la pobreza y las drogas reinaban.

“Cuando me enviaron allí me dijeron que me mantuviera alejado de las redes sociales, no se me permitió transmitir ninguna de mis misas o estudios bíblicos para que la gente de Las Vegas no tuviera acceso a ninguna de mis enseñanzas o ministerio”, explicó.

Renuncia a la Iglesia Católica Romana

Durante tres años, Kotas trató de mantenerse sano pese al clima californiano. Contó que en ese tiempo estuvo al borde de un colapso mental porque se sentía abusado psicológica y espiritualmente por las presiones de sus superiores.

Estas revelaciones las hizo el cura en su sitio oficial para aclararle a la opinión pública su decisión de renunciar a la Iglesia Católica Romana y unirse a la Iglesia Nacional Polaca, ya que sentía que la primera lo estaba obligando a dejar el sacerdocio.

“La institución abusó de mí, como de tantos otros. Cuando salí de Las Vegas no me quedó otra opción que regresar a California o enfrentar la expulsión”, expresó.

Luego de tres años de estar en California, Kotas se incorporó a la nueva iglesia. Fue designado como sacerdote de la Diócesis de Buffalo-Pittsburgh. Esta acción llevó a la Diócesis de Santa Rosa, California, a prohibirle realizar cualquier sacramento o ministerio a nombre de la Iglesia Católica Romana.

“Es muy triste para mí que tantos ministros del Evangelio sean ‘moralistas amargados’ que arrojan reglas y reglamentos a la gente, pero se olvidan de seguirlos ellos mismos, por eso rezo todos los días ‘Dios, sálvame de las personas religiosas’

Las redes sociales son la vitrina para que el padre Adam Kotas comparta el mensaje de Dios por medio de divertidos videos. (Facebook)

”Fueron las personas religiosas y la religión las que crucificaron a Jesús y han sido la religión y las personas religiosas las que han abusado de mí de tantas maneras, por lo que he abandonado la religión (…) Soy libre y en esta libertad he elegido ejercer el ministerio en una iglesia libre, la Iglesia Católica Nacional Polaca”, agregó Kotas en su declaración.

Actualmente funge como pastor en la iglesia Divina Misericordia, en Las Vegas.

Fuertes señalamientos

Después del anuncio de Kotas de que se alejaba de la Iglesia Católica Romana, las autoridades ecleciásticas expresaron su posición al respecto.

La Arquidiócesis de Chicago publicó una explicación sobre la relación que existe entre ambas iglesias. Resumieron que desde hace más de 100 años hay disputas sobre la manera en que la Iglesia Católica es gobernada, lo que provocó la separación.

“Católicos romanos insatisfechos dejaron la iglesia y fundaron la Iglesia Católica Nacional Polaca”, se explica. También dejaron en claro que la Nacional Polaca no está en “completa comunión” con la Católica Romana, lo que significa que sacramentos como el bautismo, la confirmación y la eucaristía son válidos pero no lícitos cuando se celebran en la Nacional Polaca.

La Iglesia Polaca afirma que en 1996 se llegó a un acuerdo aprobado por el Vaticano (con Juan Pablo II a la cabeza) en el que se validan los sacramentos ejercidos en su jurisdicción.

La reconciliación entre ambas iglesias se ha estado trabajando desde hace varios años con el fin de forjar una nueva unidad.

Sin embargo, la Iglesia Católica Romana, a través de las autoridades californianas, dejó en claro y de manera pública que el padre Adam Kotas no puede ejercer el sacerdocio ni realizar sacramentos a nombre de su iglesia.

Después de la separación, el padre ha seguido dando misas y haciendo su trabajo ministerial bajo las órdenes de la Iglesia Católica Nacional Polaca. Sigue con su particular sentido del humor dando sus sermones, haciendo reír a sus feligreses y llevando alegría a donde va, pero además también ha aprovechado esa “libertad” para realizar fuertes señalamientos a la Iglesia Católica Romana.

Específicamente en dos de sus videos virales, el padre Kotas denunció dos abusos. Uno de ellos lo vio mientras fue seminarista y del otro fue víctima directa, según reveló.

Kotas contó que mientras estudiaba en Chicago lo enviaron a vivir una experiencia pastoral en una parroquia en México y ahí fue testigo de que un sacerdote dormía con un joven en su habitación. Cuando confrontó al religioso sobre esta situación e hizo la denuncia respectiva, afirma que le respondieron que en México aquello era ”algo normal”, que era un tema cultural que él como polaco no iba a comprender.

Después de esta respuesta Kotas se fue de ese lugar, pues sintió que su fe fue afectada.

Años después, cuando vivía su primera experiencia en Las Vegas, le dijeron que debía de estar apegado a cierto sacerdote para que no lo devolvieran a California. Ese padre llevó a Kotas a un viaje, donde dice que fue abusado sexualmente después de que su compañero le puso algo en una bebida.

“Se aprovechó de mí sexualmente. Eso me dañó mucho. Es algo de lo que yo nunca quiero hablar. Es algo tan feo cuando te tocan o te hacen cosas sin tu permiso”, contó Kotas en un video.

Cuando se quejó con las autoridades recibió una respuesta que nunca esperó. “Me dijeron tú eres un adulto. O sea, me culparon a mí”, agregó.

En los últimos meses la popularidad del padre Kotas ha ido en aumento, no solo por las revelaciones que ha hecho, sino porque sigue ejerciendo su ministerio a partir de la cercanía y de la risa, algo que muchos feligreses que se habían alejado de las iglesias agradecen y alaban en redes sociales.

El padre Kotas es toda una personalidad ya que de alguna manera el mensaje que desea compartir cala, gracias a las pequeñas pantallas y los mensajes que entre amigos y familia se comparten con el sacerdote carcajeándose a más no poder.


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