Carlos Ruiz Zafón llegó a un fin, el de la saga literaria que comenzó en el año 2001 con La sombra del viento. Desde entonces se convirtió en un escritor exitoso, de millones de libros vendidos, que genera emoción en sus seguidores cada vez que anuncia alguna novedad.

Editorial Planeta publicó en España, en noviembre de 2016, El laberinto de los espíritus, la cuarta y última entrega de la serie titulada El cementerio de los libros olvidados, que también incluye El juego del ángel (2008) y El prisionero del cielo (2011).

Cada tomo de esta tetralogía está interconectado, cada trama ambientada en la ciudad española de Barcelona, el lugar del imaginario de su mundo, ese que todos han conocido a través de sus páginas y que luego confirman o refutan cuando visitan esa ciudad.

Desde niño ha estado fascinado con las novelas de fantasía. “Mi afición a los dragones viene de largo. Barcelona es ciudad de dragones, que adornan o vigilan muchas de sus fachadas, y me temo que yo soy uno de ellos. Quizás por eso, por solidaridad con el pequeño monstruo, hace ya muchos años que los colecciono y les ofrezco refugio en mi casa, dragonera al uso. Al día de hoy ya son más de 400 criaturas dragonas las que hacen mi censo, que aumenta cada mes. Además de haber nacido en el año, por supuesto, del dragón, mis vínculos con estas bestias verdes que respiran fuego son numerosos. Somos criaturas nocturnas, aficionadas a las tinieblas, no particularmente sociables, poco amigas de hidalgos y caballeros andantes, y difíciles de conocer”, indica en su página web oficial Ruiz Zafón, a quien muchos medios consideran, entre ellos el diario El País, “el escritor español más leído en todo el mundo después de Cervantes”.

En El laberinto de los espíritus la historia se ambienta en los años cincuenta, en la que Daniel Sempere se encuentra bastante afectado por la misteriosa muerte de su madre, Isabella. “Justo cuando Daniel cree que está a un paso de resolver el enigma, una conjura mucho más profunda y oscura de lo que nunca podría haber imaginado despliega su red desde las entrañas del régimen. Es entonces cuando aparece Alicia Gris, un alma nacida de las sombras de la guerra, para conducirlos al corazón de las tinieblas y desvelar la historia secreta de la familia. Aunque a un terrible precio”, adelanta la sinopsis del libro que ya se puede conseguir en el país.

—¿Una triste despedida cerrar una saga? ¿Qué sintió cuando terminó de escribir la última palabra?

—Nada de tristeza, al contrario. Sentí la satisfacción del trabajo terminado, de haber podido concluir un proyecto en el que invertí mucho esfuerzo, ilusión y tiempo; de verlo acabado exactamente como siempre lo soñé.

—Han dicho que es el escritor español más leído después de Cervantes. ¿Cuánta envidia le ha valido el éxito alcanzado?

—La envidia concierne a quien la siente, no a quien la recibe. Creo que hay pocos modos más miserables y ridículos de arruinar la propia vida que entregarse a envidiar a los demás y a intentar hacerles de menos. Yo, desde luego, sigo por mi camino y no me entretengo a considerar si hay a quien le duele que las cosas me hayan ido bien en mi profesión.

—Después de la euforia de La sombra del viento, ¿temió no tener el mismo éxito con los libros posteriores? 

—No. No elegí esta profesión esperando éxitos o euforias porque la literatura no suele depararlos. Y de hecho me doy por afortunado porque todos los libros que he publicado han tenido muy buena acogida y no tengo motivo de queja alguno.

—¿Sigue negado a que la historia plasmada en estos libros llegue al cine o a la televisión?

—Eso de negarse parece que implique que uno tenga la obligación de transformar los libros en otra cosa. No es que me niegue, es que no es algo que me haya interesado hacer, pero sin dramatismo alguno.

—Ha escrito más libros, pero para muchos es el escritor de La sombra del viento. ¿Cómo se lleva eso?

—Que a un escritor haya personas que lo asocien con alguno de sus libros es lo más habitual y no creo que haya que llevarlo de modo alguno. Y, al menos en mi experiencia, quien me ha leído no me considera el autor de un solo libro sino de muchos, pero tampoco tiene nada de malo. A Cervantes, que es infinitamente más conocido que yo, se le conoce como el autor de El Quijote y a García Marquez de Cien años de soledad. Y así sucesivamente. Lo malo es cuando los lectores no le conocen a uno por nada.

—Se le hizo fácil ponerle punto final a la historia de Daniel Sempere y su familia con este libro. ¿Es realmente un final?

—Sí, es un final. Siempre dije que este era un cuarteto de novelas y cumplí con el plan.

—Cerrada entonces la rueda con El laberinto de los espíritus, ¿cuál de los cuatro libros es el que más ha disfrutado hacer y cuál el que más le gustó releer, si es que se relee?

—Releo todo un millón de veces porque reescribo todo un millón de veces, si no más. El que más disfruté del cuarteto fue este último, porque de algún modo es el que cierra todo un ciclo de trabajo y en el que, para mí y creo que para los lectores, llega la recompensa a toda la tensión narrativa acumulada durante años.

—Quizá más de uno esté tentado a crear una ruta turística a partir de La sombra del viento hasta El laberinto de los espíritus. ¿Lo apoyaría?

—Hace ya muchos años que existen en Barcelona rutas turísticas sobre mi obra literaria. Ni lo apoyo ni lo censuro. Es algo que no tiene que ver conmigo y que no me parece mal.

—15 años después de La sombra del viento, ¿le importa lo que dice la crítica?

—La gran mayoría de la crítica de todos mis libros alrededor del mundo ha sido siempre muy positiva y generosa, pero sobre todo me importa lo que pienso yo.

—¿Qué tiene planeado ahora? ¿Se animaría a escribir otra saga?

—Seguir trabajando y aprendiendo. No me he planteado otras sagas. Cada proyecto es diferente y marca qué forma debe tener.

—¿Qué fue lo más difícil y satisfactorio de toda esta experiencia?

—Difícil fue poder realizar un proyecto con todo el potencial que siempre había soñado que tuviera y satisfactorio comprobar que, al final, así fue.

Otras obras

Carlos Ruiz Zafón, nacido en Barcelona en 1964, es mayormente conocido por ser el autor de los cuatro libros de la saga El cementerio de los libros olvidados, todos ellos best sellers, que lo han hecho uno de los autores españoles más conocidos en los años recientes. Sin embargo, también es responsable de La trilogía de la niebla, integrada por El príncipe de la niebla (1993), El palacio de la medianoche (1994) y Las luces de septiembre (1995). También es el escritor de Marina (1999) y Rosa de fuego (2012).

Se calcula que el autor suma 25 millones de lectores en el mundo.

Entre los reconocimientos que ha recibido están el Borders Original Voices Award y el New York Public Library Book to Remember. En España le han concedido el Premio de la Fundación José Manuel Lara y el Premio Protagonistas.

En 2007, la revista colombiana Semana incluyó La sombra del viento entre los 100 mejores libros publicados en los últimos 25 años.

LA CIFRA

700.000

ejemplares fue la primera tirada de El laberinto de los espíritus, obra que fue publicada en noviembre del año pasado por Editorial Planeta


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