La Paciencia: Vidas de perros, la nueva novela de Mirco Ferri

Vidas de perros de Mirco Ferri es un libro pleno de emocionalidad y vivencia. En efecto, una de las cosas que caracteriza a esta novela, que recién publica el sello Oscar Todtmann Editores, es la forma amena cómo el protagonista narra su propia vivencia y su metamorfosis, en una perfecta analogía con los cambios del país en el que están inscritas, así como de las vidas de los canes que le acompañaron durante el viaje a través de la temporalidad.El tono intimista con el que Ferri aborda el relato es de una potencia tal que muy pronto me vi atrapado por el texto, al igual que presa de sentimientos característicos de la venezolanidad ?a pesar de que nunca se hace referencia explícita al país?. Este trabajo es, sin lugar a dudas, una narración conmovedora.Las anécdotas de la pieza van siendo elaboradas a partir de la década de los cincuenta y a través de ellas se va representando el proceso modernizador de un país que tenía, si se quiere, matices muy de lo familiar y de lo ingenuo. A través de escenas hermosamente construidas se van desplegando personajes de grato sabor. Asimismo, está muy bien hecha la representación de cómo irrumpió la izquierda subversiva en los años sesenta, hasta llegar a la toma del poder por parte de esos grupos que se dio en la forma de un hibrido entre fascismo y neocomunismo bajo el emblema de Socialismo del Siglo XXI. De modo que esta novela se suma a las nuevas tendencias narrativas en Venezuela que ponen de manifiesto el descalabro que han significado los tiempos del chavismo: el desmontaje del Estado, la diáspora de  venezolanos, el deterioro moral y el descalabro continuado, entre otros males.La verosimilitud de los personajes de décadas pasadas es sumamente bien lograda, así como los paralelismos obvios con las diversas administraciones del período democrático. A todas luces este relato es un viaje no solo iniciático del protagonista, sino en su totalidad en lo referido a la experiencia vital. Además, las analogías y los sentimientos propios que despiertan los perros en los seres humanos tienen un tono muy de carácter trascendente.La representación de los afectos y la vida de pareja está muy bien resuelta, al igual que ciertas sutilezas que tienen que ver con las dinámicas en ese sentido, tanto de lo masculino como de lo femenino. La verosimilitud de los territorios de la interioridad es uno de los logros estructurales de este trabajo y denotan a un narrador con una conciencia excelsa, no solo del fenómeno literario y estético, sino de lo humano per se.El lector también agradecerá la resolución formal del artefacto hecha con gran fluidez y basada en construcciones muy concisas y sin rebuscamientos innecesarios, lo cual resultó en una elegante edición. Incluso, la deliberada omisión de los nombres de los referentes, tanto espaciales como temporales, incide en un mayor énfasis en cuanto a la intriga de la novela. Esa deliberada omisión implicó un retrato magistral de los algunos momentos históricos de la nación, una historia caracterizada por la singularidad y lo inédito.No obstante, la forma cómo el autor resuelve la narración es de una intensidad muy impactante en la que echa mano de recursos de corte avant garde. El creador aquí construye una escena final  que expresa de manera simultánea la derrota para la ciudadanía que ha sido este período y el experimento político que se impuso, tiempo en el que un grupo de oportunistas liderados por un carismático militar golpista nos sumieron en un pastiche de dictadura, violaciones de derechos humanos y atropello generalizado al ciudadano. Entonces, la gran reflexión y el llamado de Mirco Ferri con Vidas de perros es a rescatar nuestros propios valores y nuestra propia identidad y a asumirnos como individuos y como nación en medio de la emergencia adversa, de modo de convertir al tiempo por venir en una victoria del civilismo y la democracia.Asistimos con Vidas de perros a una pieza clave de la narrativa del cutting edge venezolano.Vidas de perrosMirco FerriOscar Todtmann Editores.Caracas, 2015.