Hay una cuenta que no había sacado Frank Quintero, la de los cuarenta años que cumple en 2016 su primer disco: Después de la tormenta, un aniversario del que se percataron sus amigos. En esa época Los Balzehaguaos era la agrupación que lo acompañaba.No es urgente para él realizar alguna celebración, no lo ha pensado. Lo que sí tiene en mente son los conciertos que ofrecerá el fin de semana en Caracas, que titula De vuelta a casa. Hace dos años se presentó por última vez en la ciudad, en el Teatro Santa Rosa de Lima. Ha venido varias veces desde entonces, pero exclusivamente a espectáculos privados.De festejar su carrera, le gustaría reunir a músicos como el guitarrista brasileño Ricardo Silveira, el bajista argentino Guillermo Vadalá o el baterista estadounidense Abe Laboriel Jr. para formar ?una superbanda?. ?El fin de semana estaré sin mi grupo. Tocaré varios instrumentos y solo invitaré a Hiyanú Alcántara, corista que ha cantado conmigo en los últimos años?, afirma el cantautor, que además de las guitarras tendrá en escena un piano acústico, otro eléctrico y un pedal loop. ?Como el que usa Ed Sheeran?, destaca con entusiasmo el músico nacido en noviembre de 1952. El artista quiere interpretar el sábado y el domingo temas que considera no son tan famosos, esos que pasaron inadvertidos en buena parte de las emisoras radiales. Seguramente también toque algún clásico, pero con otros arreglos. Se refiere a ?El navegante?, ?No me atrevo a sentir? o ?La visión de una gaviota?. De Natural (2015) pide a los venezolanos prestar atención a ?Cuestión de fe?. Quintero quería hacer una gira en Venezuela que iba a llamarse Cinco noches, cinco estrellas porque iba a llevarse a cabo en hoteles. ?Pero no conseguimos disponibilidad en muchos, entonces decidimos aplazarla para septiembre?, cuenta por teléfono desde Miami, donde reside. En enero falleció un gran amigo del cantante: Pablo Manavello, quien trabajó en alguno de sus discos y con quien emprendió varios proyectos de otros artistas de la oleada pop de los noventa. Ambos tocaron en el primer disco de Kiara, por ejemplo.?Fuimos compañeros de cuarto en Boston cuando estudiamos en Berklee. Soy muy reservado con este tema, pero creo que hay manera de comunicarse cuando una persona quiere hablar con otra. Mi computadora tenía problemas y trataba de salvar la información del disco duro. Entonces se abrió un mensaje que él me había enviado. Me decía que quería darme un abrazo?, recuerda con la voz entrecortada el intérprete. Manavello es uno de los entrevistados en un documental que prepara Quintero sobre la música latinoamericana. También tiene registros de Jorge Spiteri, Iván Loscher e Ilan Chester. El cine le apasiona y le gustaría desarrollar más obras. Es el guionista de este trabajo que espera proyectar en salas. Boris Izaguirre será el conductor del filme, para el que aún busca director. ?Las nuevas generaciones no conocen que el camino que seguimos nosotros lo abrieron personas como Chelique Sarabia o José Luis Rodríguez. Acaba de morir Edgar Alexander y me quedé con las ganas de hacer un tributo. Este documental es para rendirles honor a ellos, a todas las generaciones de artistas, desde Caracas a Argentina. Para fines de este año debe estar listo?.Se emociona también cuando recuerda haber conocido a Sydney Pollack. Asegura que fue en 2004, cuando el pianista Don Grusin convocó en Los Ángeles a varios músicos para una jam session que quedó registrada en el disco The Hang. ?Él estaba entre el público y se acercó. Dijo que le habíamos alegrado el día?. El cine está entre sus próximas metas. Le gustaría desarrollar más proyectos, escribir libros, ampliar a través de franquicias la escuela de música que abrió en Miami ?Quintero Music Institute? y ahondar mucho más en conocimientos filosóficos y religiosos. ?Me encantan esos temas, así como la física cuántica?.  Plazas de toros y Poliedro  Frank Quintero ha ofrecido conciertos en centenares de lugares, pero recuerda con especial atención aquellos que realizó en el Teatro Las Palmas en los años setenta. ?En ese escenario hice varias veces lo que presentaré en Caracas el fin de semana?, dice. También menciona los que protagonizó en el Teatro París, que luego fue rebautizado comoLa Campiña. ?El último concierto con Los Balzehaguaos lo hicimos ahí. Después, los espectáculos en el Poliedro marcaron un antes y un después, así como la gira de 1985 para promocionar La calle del atardecer, que se realizó en plazas de toro. Era un momento en el que estaba muy influenciado por la parafernalia y la pirotecnia. Teníamos explosiones, luces de bengala. Con el paso del tiempo te das cuenta de que la esencia es la música, aunque eso fuera chévere?, señala el compositor. De vuelta a casaCentro Cultural BOD Sábado 9, 7:00 pm Domingo 10, 5:00 pm Entrada: entre 7.840 y 10.80 bolívares


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