La penitenciaría italiana Bollate es casi como cualquier otra. ¿La diferencia? Tiene su propio restaurante, atendido casi exclusivamente por los internos de la prisión.El negocio en cuestión se llama InGalera (en la cárcel) y su objetivo es reincorporar a los convictos a la sociedad. De acuerdo con un artículo del diario New York Post, por trabajar ahí ganan hasta mil euros al mes.El chef, Ivan Manzo, no es interno, pero ha trabajado en restaurantes de lujo, como el hotel Principe di Savoia, en Milán. InGalera se encuentra a 20 minutos de esa ciudad. Sirve cocina italiana gourmet. Un plato principal en el sitio puede costar 12 a 20 euros.Web: www.ingalera.it


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