La ausencia este año de Game of Thrones , que no calificó para los Emmy por la demora en su estreno, ha convertido la categoría de drama en un duelo apasionante en la que compiten hasta cinco series nuevas con posibilidades: The CrownWestworldStranger ThingsThe Handmaid’s Tale y This is Us.

En los premios técnicos otorgados anoche, Westworld Stranger Things se llevaron cinco cada una y dejaron claro que son las favoritas para repartirse todo lo que Game of Thrones ha dejado temporalmente sobre la mesa.

El premio al mejor diseño de producción para The Crown puede indicar que es la tercera en discordia. Hay que recordar que la serie sobre la reina Isabel de Inglaterra ya venció a las otras dos (y a Game of Thrones) en los Globos de Oro, en enero último.

La batalla entre Westworld Stranger Things también es la punta de lanza de un duelo más general, entre HBO y Netflix . La plataforma por internet se ha puesto al lado del gigante de la televisión por cable este año.

El año pasado, HBO tuvo 94 nominaciones y Netflix era el segundo con 54. Este año, HBO tiene 111 y Netflix 91.

Tras una enorme apuesta de Netflix por el contenido propio, con gastos de 6.000 millones de dólares al año en series y películas nuevas, se codea con los grandes estudios de Hollywood.

Con los premios del sábado y el domingo, HBO lleva 19 y Netflix 16. Para hacerse una idea de la hegemonía de estas dos firmas, el siguiente es NBC con 9 premios (y 5 de ellos son de Saturday Night Live, no de series).

Solo hubo un punto político en las dos noches de ceremonia. La jefa de casting de Stranger Things, Carmen Cuba, se declaró especialmente orgullosa de recoger el premio como «norteamericana de primera generación hija de un inmigrante peruano».

Lo decía en el contexto de la decisión del Gobierno de Donald Trump de acabar con un programa que protegía de ser deportados a inmigrantes irregulares traídos por sus padres cuando eran menores. Cuba pidió «mantenerse juntos y pelear por la protección y la aceptación de nuestros vecinos».

Especialmente interesante este año era la categoría de documental. El gran triunfador es Enmienda 13, la historia de la opresión de los afroamericanos en Estados Unidos desde la esclavitud, dirigida por Ava Du Vernay para Netflix.

El documental se llevó cuatro premios y dejó a OJ: Made in America y a The Beatles: Eight Days a Week con dos premios cada uno (aunque el extraordinario documental de ESPN sobre OJ Simpson se llevó mejor dirección y mejor montaje).

Veep, la bandera de HBO en el género de comedia -que ya anunció su despedida tras su próxima temporada- ganó los premios de mejor casting, diseño de producción y fotografía para series de media hora de una sola cámara. 

Master of None, la revelación de Aziz Anzari en Netflix, ganó un premio al montaje. El domingo se la juegan con Atlanta (que ganó el Globo de Oro), y los clásicos Modern Family y Silicon Valley.

Big Little Lies se confirma como una de las series más cuidadas del año, con premios al vestuario, a la supervisión musical (la selección de canciones) y al casting, esa colección de mujeres de las que quieres saberlo todo.

El domingo, Big Little Lies se jugará el puesto de miniserie del año con The Night Of, otro casting monumental, con John Turturro y Riz Ahmed, que se llevó cuatro premios.

Una sucede en una cárcel, la otra en mansiones abiertas al Pacífico en la costa de California, y las dos son igual de asfixiantes. Y además están FargoFeudBette and Joan (con Jessica Lange y Susan Sarandon haciendo de las megadivas Bette Davis y Joan Crawford) y Genius (la serie de National Geographic sobre Albert Einstein).

En las categorías de mejores intérpretes invitados en drama fueron para Alexis Bledel (The Handmaid’s Tale y Gerald McRaney (This is us).

Un momento especialmente celebrado de estos Emmys menores fue el premio a la mejor actriz invitada en un programa de comedia para Melissa McCarthy. Su imitación huracanada de Sean Spicer, el ex portavoz de la Casa Blanca de Donald Trump, en Saturday Night Live, ha sido una sensación, al mismo nivel que la imitación del presidente que hace Alec Baldwin.

El Spicer de McCarthy, con el pelo aplastado, el ceño fruncido y gritando enfurecida a los periodistas es una de las imágenes televisivas del año en Estados Unidos, justamente premiada.

En la categoría de actor invitado en comedia el vencedor fue Dave Chapelle por su participación también en Saturday Night Live en el primer programa que se emitió tras la elección de Trump.

En total, Saturday Night Live, gracias al momento político de Estados Unidos, se llevó cinco premios.

Aparte, el mejor especial de variedades fue el Carpool Karaoke de James Corden y la mejor dirección de programa especial de variedades fue para Glenn Weiss por la realización de los Oscar.

Sí, esos. Weiss es el director también de la gala de los Tony y de los propios Emmy, el próximo domingo.


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