Trump China
Foto: EFE

El amplio triunfo de Alberto Fernández en las primarias presidenciales despertó en Washington el temor a una nueva era de tensión y roces en la relación bilateral con Estados Unidos, un aliado clave para el gobierno de Mauricio Macri, que le dedicó especial atención, energía y tiempo a la primera potencia global en su estrategia de «reinserción en el mundo» de la Argentina.

Ese eventual retroceso en el vínculo en una presidencia de Fernández y Cristina Kirchner cobró relevancia porque el gobierno de Donald Trump jugó un papel clave para que la Argentina pudiera acceder al financiamiento del Fondo Monetario Internacional, que le otorgó al país el mayor préstamo de su historia, inocuo, aún, para terminar de contener la debacle económica y revertir la crisis en el país. La oposición ha dicho que quiere renegociar el acuerdo con el Fondo.

«Estados Unidos espera continuar nuestra sólida asociación con Argentina. Nuestro compromiso mutuo para promover la seguridad, la democracia, la prosperidad económica y los derechos humanos continuará guiando nuestra política y relación», dijo un vocero del Departamento del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, ante la consulta de La Nación sobre los resultados de las primarias.

«Alberto Fernández intentará construir puentes con la Casa Blanca, aunque solo sea para mantener su apoyo en el FMI. Pero eso será un desafío. Incluso si Cristina mantiene un perfil bajo, el gobierno de Estados Unidos verá estas elecciones como un profundo retroceso para un aliado crítico», dijo Benjamin Gedan, que lidera el Argentina Project en el Centro Woodrow Wilson.

«La Argentina ya no estará alineada en la política de Venezuela, el principal problema de Estados Unidos en América Latina. Además, en el pasado, los kirchneristas han encendido a su base provocando conflictos y tensión con Estados Unidos, y es difícil imaginar que Alberto Fernández alienaría a esos votantes al acercarse al presidente Trump», señaló.

Para Gedan, si los resultados se replican en octubre, la relación bilateral volverá a ser «muy difícil».

En Washington se prevé que uno de los principales efectos del giro político en la Argentina sería un nuevo debilitamiento del Grupo de Lima, y de la estrategia de maximizar la presión internacional sobre el régimen de Nicolás Maduro a favor del gobierno interino de Juan Guaidó. Fernández se ha alineado con la postura del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en México, que aspira a encontrar una solución negociada a la crisis. De hecho, se ha negado a calificar de dictadura a Venezuela.

Macri se preocupó por estrechar los lazos con Washington durante su gobierno, en un esfuerzo por reconstruir la relación bilateral luego de años de distanciamiento con el kirchnerismo. La relación con Washington fue un pilar de la política económica y de la política de seguridad del gobierno, que forjó una estrecha cooperación en la lucha contra el narcotráfico con las agencias federales estadounidenses.


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