Pantin

La poeta venezolana Yolanda Pantin, que recoge este viernes en Granada, en el sur de España, el XVII Premio de Poesía Federico García Lorca, aseguró que, en un mundo «tan cambiante y tan rápido», el lugar de la poesía «sigue siendo frágil pero esperanzador, porque lleva algo profundamente humano».

Antes de la entrega del galardón, que acoge esta tarde el patio del Ayuntamiento en un acto con formato más reducido que en años anteriores, Pantin recordó en declaraciones a Efe las palabras del uruguayo Eduardo Milán, quien veía a los poetas «dentro de una cueva, con una vela encendida, intentando resguardar algo».

La premiada ha asegurado que, en un contexto en el que el mundo se ha podido enfrentar a «lo desconocido» y haber «cambiado para siempre», el lugar de la poesía sigue siendo frágil pero al mismo tiempo esperanzador.

«La poesía lleva algo profundamente humano, esa vela que decía Eduardo Milán que no puede apagarse, para iluminarnos dentro de una cueva», indicó.

Pantin ha asegurado que recibe el Premio Lorca con emoción porque este significa para ella «la culminación o el cierre de un capítulo»: «No esperé jamás en la vida recibir este galardón y poder llevármelo para Venezuela», sentenció.

También explicó que, para ella, supone una inmensa responsabilidad porque en la nómina de premiados anteriores «el listón es muy alto» y entre ellos se encuentra el también venezolano Rafael Cadenas.

El Premio Lorca, que nació siendo el de mayor cuantía económica en su género y que actualmente está dotado con 20.000 euros, reconoce el conjunto de la obra poética de un autor vivo que, por su valor literario, constituya una aportación relevante al patrimonio cultural de la literatura hispánica.

La entrega del galardón a Pantin se produce además un día después de que se haya fallado la decimoctava edición del premio, que ha correspondido este año al madrileño Luis Alberto de Cuenca.


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