Willem Dafoe
EFE/ María Traspaderne

Willem Dafoe es aún más expresivo, si cabe, en persona. Al reír, su boca se expande de lado a lado y sus profundos ojos azules se abren hasta límites insospechados. En una entrevista con EFE, el actor estadounidense, con más de cien películas a sus espaldas, repasa su carrera, su forma de afrontar el cine y los directores que le marcaron.

A Dafoe le paran por la calle por su papel de duende verde villano en las cintas de Spiderman, pero su registro de personajes no tiene límites: Jesucristo con Martin Scorsese, sargento Elias Godrin con Oliver Stone, Van Gogh con Julian Schnabel y otras decenas de papeles que le definen como uno de los actores más prolíficos y versátiles de Hollywood.

Willem Dafoe
Foto EFE

Recibe a EFE una tarde apacible en los jardines del lujoso hotel La Mamounia. Está en Marruecos para asistir al Festival Internacional de Cine de Marrakech, acompañado de su esposa, la directora italiana Giada Colagrande.

Dafoe, de 68 años de edad, atiende solícito a la prensa y no ríe, se carcajea ruidoso. La entrevista comienza con un repaso a sus números.

—145 películas…

—Me sorprende a mí. ¡De verdad, es mucho! (ríe). Pero a veces son papeles muy pequeños, que te comprometen una semana, y a veces son sustanciales, de seis meses. Es como mirar atrás a tu vida a cierta edad y decir: ¿cómo puede ser que haya llegado a ser tan viejo? Es un sentimiento singular.

—Y ha trabajado con incontables directores: Wes Anderson en cinco ocasiones, David Lynch…

—… con Abel Ferrara he trabajo mucho, con Paul Schrader, he trabajado también con mi mujer. Suelo repetir, por razones obvias. Tenemos complicidad, ellos me entienden, yo les entiendo… pero la historia no se ha acabado, aún tenemos mucho por hacer.

—También con Martin Scorsese. ¿Qué cree que le hace único?

—Es un cineasta comprometido. Vive y cultiva sus películas. Es un estudioso del cine. Cuenta la historia de que era un chico asmático que creció en el teatro para evitar las avenidas de Nueva York. Es una pasión para él, es un modo de mirar, un modo de vivir. Cuando trabajé con él hace muchos años, no paraba de hablar de cine y mi conocimiento del cine comparado con el suyo era nulo.

Al recordar esa conversación con el director estadounidense de 81 años de edad, que también iba acudir al Festival de Marrakech pero canceló su presencia a última hora, Dafoe estalla de nuevo en risas y sus ojos se vuelven a agrandar. Recupera la seriedad preguntado por un personaje que le gustaría abordar.

Willem Dafoe
Foto EFE

—Es una pregunta que me han hecho mucho y nunca se qué responder. Quizás así explico algo sobre cómo encaro las cosas. Yo no se nada de un personaje hasta que llego a él. Esto puede sonar un poco esquivo, pero es así. Miro el guión y me pregunto: ¿quiero hacer estas cosas?. No lo elijo porque quiera exhibirme, sino porque pienso que aprenderé algo, que disfrutaré con ello o que me hará pensar en las cosas de otra manera.

—Su película The Florida Project (en la que fue nominado por cuarta vez al Oscar) llega como una crítica a las desigualdades sociales. ¿Cree que los actores tienen cierta responsabilidad a la hora de denunciar las injusticias?

—Es también importante para un actor ser irresponsable, porque si eres demasiado responsable, tu imaginación se estrecha. Siempre intento que mis experiencias sean lo suficientemente transparentes para vivirlas con la gente y juntos ser mejores, más tolerantes y más útiles, tener una mirada más amplia sobre el mundo y un corazón más grande. Cuando hice The Florida Project no pensaba en el valor político o social que tenía, pensaba: ‘estoy viviendo con esta gente que vive de determinada manera, quiero vivir con ellos y contar esa experiencia’.

Dafoe tiene en el tintero varias películas por estrenar, como Beetlejuice 2 de Tim Burton, Nosferatu de Robert Eggers o Poor Things con Yorgos Lanthimos. Le cuesta elegir alguna porque, afirma, «no puedes tener favoritas».

Pero se confiesa «muy emocionado» con Poor Things. «Creo que es una película preciosa». Y con una segunda cinta rodada con Lanthimos. «Se iba a llamar ‘And’, pero creo que van a cambiar el título», revela sobre este proyecto.

Y no son las únicas. «Hay otras películas que van a salir», dice Dafoe, que insiste en no decantarse por ninguna porque «cada película es diferente: la haces, la sacas y después tienen su propia vida».


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