Vectores

«Hay días en los que Valerie se siente bien, otros en los que no», advierte sobre la ausencia de la artista antes de la entrevista José Luis García artista, museógrafo y uno de los curadores de la muestra de la artista plástico nacida en Trinidad y Tobago, pero venezolana por naturalización. Valerie Brathwaite tiene 85 años de edad y, aunque hay días de días, no falta jamás su dedicación al arte y a la música.

El 24 de septiembre, luego de tres meses de preparación e investigación, la galería Espacio Monitor inauguró la individual Vectores para mostrar el trabajo más reciente de Brathwaite. Una muestra sobre el estudio constante de volúmenes, materia, formas orgánicas y color que contó con la curaduría de José Luis García, Lorena González Inneco (docente, crítica de arte y licenciada en Letras) y Luis Miguel La Corte (director de Espacio Monitor).

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Los curadores procuraron que la exposición presentara lecturas particulares de la obra de Brathwaite | Foto Ezequiel Carías

De entrada, el espectador intuye -además por el nombre de la exposición- que verá segmentos de la obra de Brathwaite. Sin embargo, la composición museográfica y curatorial plantea diferentes conceptos que dan lecturas particulares a las piezas.

La muestra no es una retrospectiva, sino una síntesis de su trabajo más reciente (incluso situado en septiembre de 2023) que dialoga con otras piezas de tiempos tan remotos como la década de 1950. Así, dibujos sobre papel, esculturas, cuadernos de anotaciones y un videoarte de García se podrán apreciar hasta la penúltima semana de noviembre.

«Quería hacer una especie de mini núcleos, capítulos independientes de esa obra de papel con intervalos o diálogos con esa obra de otras épocas. Entonces, hay alguna obras enmarcadas, las más antiguas, mientras que otras cuelgan con un soporte desnudo (piezas entre 2021 y 2023). Se trata de contraste y mimetización», dijo José Luis García.

Por su parte, la curadora afirmó que la investigación sobre Brathwaite fue como abrir un cofre de maravillas. «En todo lo que nosotros revisamos pudimos ver lo constante que es. Y entender cómo de ese gesto se transmite una forma generativa que se llena de color, que luego se hace volumen», agregó González Innecco.

Brathwaite comenzó su trabajo estudiando volúmenes del cuerpo humano, una práctica que derivó en el abstraccionismo | Foto Ezequiel Carías

Vectores

«La exposición partió de la premisa de que Valerie quería exponer su obra de papel, que es su trabajo más reciente; es su día a día. Queríamos también acercarlo a la contemporaneidad y al conocimiento de las nuevas generaciones», explica García. Una afirmación que se comprueba en Espacio Monitor, donde los curadores consiguieron -además de romper con el formato de caja blanca- instalar esculturas de Brathwaite de modo que sean apreciadas solo desde el punto de vista -aparentemente- bidimensional. Esto con el propósito de que la muestra, en efecto, resalte su trabajo en formato papel.

Además, Vectores propone -gracias a sus cuadernos de anotaciones- una mirada íntima al proceso creativo de Brathwaite. Uno que, coinciden los curadores, ella guarda con recelo, aunque la describen como purista dada su formación académica en escultura y arte puro.

En la muestra los curadores juntaron distintos formatos que trabaja la artista nacida en Trinidad y Tobago para hablar sobre sus obras más recientes| Foto Ezequiel Carías

Su trabajo comenzó en la década de 1950 en diferentes formatos (dibujo, esculturas y gráficas) hasta que en el año 2003 incorporó tela y esculturas blandas o Soft bodies. Sin embargo, anteriormente trabajó con metales como concreto, plata, bronce, cerámica, hidrocal y yeso, que denotan fuerza física en su obra. Además, aunque Vectores se centra en su obra más reciente, el trabajo en papel lo desarrolla desde sus inicios.

Vectores -al igual que el elemento matemático y físico- cuenta con dirección y sentido. Pero es cada visitante quien le da su propia lectura al trabajo curatorial y museográfico de la exposición. De entrada, una pared con una figura negra (creada digitalmente a partir de un dibujo de Brathwaite) sobre fondo blanco da la bienvenida. A un lado, además, tres obras coloridas de Brathwaite; perpendicularmente, un fragmento del texto curatorial sirve como abrebocas para lo que sigue.

«Cada pared desarrolla un discurso desde lo museográfico. Es una manera distinta de interpretar la obra con respecto a la anterior», comentó García. Además, explicó el también artista que su videoarte resultó de la digitalización y magnificación en alta definición de figuras dibujadas en sus cuadernos de anotaciones. «Es como entrar dentro de esos libros, casi a modo microscópico», señaló.

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Valerie Brathwaite no para de trabajar, incluso pasados los 85 años de edad, se mantiene creando | Foto Ezequiel Carías

«Lorena lo ve desde la incertidumbre; yo lo vi desde los vectores binarios que dieron paso a la ingeniería genética y que tienen que ver con la generación de la imagen en traslación», sentenció García, a quien le interesó el diálogo de la forma y la imagen, y cómo no están atadas a ninguna dimensión.

Miguel La Corte, el tercer curador de la muestra, explicó que se sintió encantado por la ratificación del valor de la trayectoria de Brathwaite para el país. Además, enfatizó en cómo ha sido recibida la muestra en Espacio Monitor. «Estamos encantadísimos de tener a Valerie aquí. Ha sido una exposición muy visitada, muy gratamente comentada. Ha atraído a un público masivo y espero que sea así hasta la penúltima semana de noviembre».

Entre arte y música

Otro tema de Vectores tiene que ver con el proceso creativo. Para García se trata de generar -a través de su obsesión y compulsión- una escritura o un lenguaje automático que guarda relación con su individualidad y desarrollo. «Yo no creo que Valerie se vea así», aclaró y además propuso que esta es su lectura personal.

«A ella no le gusta que la categoricen. Es decir, las acepta pero sabe que son tuyas», dijo García. Y luego González Innecco recordó que en un momento en el que ambas estaban en Espacio Monitor, Brathwaite le comentó a la curadora que nadie le había hecho una exposición como Vectores.

De hecho, propone García, que Brathwaite ha estado vinculada siempre al oficio del artista. «Yo pienso que que su obra se desprende y trasciende porque tiene componentes más allá del concepto, unos que subyacen. Muchas veces los artistas no están conscientes de eso», dijo acerca del proceso creativo.

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El color en la obra de Brathwaite trasciende y se consolida en su obra actual | Foto Ezequiel Carías

Con respecto a la música, la artista siempre trabaja con ella. Incluso, dijeron los curadores, cuenta con una especie de soundtrack para escuchar mientras trabaja. Además del jazz y el freestyle, disfruta de la música con ritmos tribales, incluso experimentales. Y no solo la escucha, Brathwaite es DJ desde hace décadas.

Justamente, la música fue el punto de partida para que González Innecco desarrollara su investigación curatorial a partir de mirar las obras de Brathwaite desde lo contemporáneo. La parte creativa, entonces, lo asocia con el aspecto musical. Ofreció como ejemplo que en los trazos de la artista reconoce una sensación sonora. Pero también, entendiendo el proceso a través de lecturas orgánicas y sonoras que reflejan «lo fragmentario, lo generativo, secuencial y lo que sugiere su trabajo. Su obra tiene ritmo y continuidad», sostuvo.

«Ella tiene esa conexión al ser DJ. Además, su nexo con la música lo conoce mucha gente. Es una leyenda. Intenté buscar elementos en scratch (que es ese giro que hacen los DJ en los discos para crear nuevas cadencias o collages sonoros). También, la oscilación de bajas frecuencias que es un accidente del sonido: aunque inaudible para nosotros, puede modificar elementos. Veo el scratch como impulso vital para crear figuras orgánicas», dijo González Innecco.

Siete décadas de Brathwaite

Oriunda de San Fernando (al sur de la vecina isla de Trinidad), Brathwaite contó con una familia que le permitió perseguir sus intereses artísticos. Luego de culminar sus estudios de secundaria en St. Joseph’s Convent de Puerto de España, la joven partió a Londres, Inglaterra. Primero, estudió en la ya extinta Hornsey College of Art y tras determinar que su rumbo eran en efecto las artes plásticas, continuó en la Royal College of Art de Londres. Posteriormente, estudió en la École des Beaux-Arts en París, Francia.

Una vez que completó sus estudios, Valerie Brathwaite regresó a Trinidad. Pero en 1969 se estableció en Caracas. Desde entonces, trabajó en su taller en Sebucán y, posteriormente, en Los Palos Grandes, donde reside. Además, colabora con el Taller de Artes Gráficas (TAGA) del país.

«El cuerpo fue un tema que le interesó -quizá por la escuela- estando en Londres y París. En esa época ya se notaba su interés por la forma más que por el contenido. Y esto devino en la abstracción. Normalmente, los artistas abstractos del siglo pasado comenzaban con lo figurativo y, tras un proceso de síntesis, llegaban a la abstracción, su lenguaje», añadió García.

Cada pared de la exposición se lee, a juicio de José Luis García, como una propia exposición | Foto Ezequiel Carías

Con respecto a su herencia trinitaria, García aclaró que no siempre el arte tiene que ser literal. «Ella se sobrepuso al patriarcado que había en Venezuela, a ser mujer, y ser mujer afrodescendiente. Pero Valerie tiene un carácter fuerte. Y es muy libre. Ella no respondió a las condiciones de mercado, sino más bien trata de crear por placer y no para complacer. Es un acto de resistencia y eso es admirable. Su discurso artístico se sobrepuso a cualquier condicionamiento».

La carrera de Brathwaite ha sido fructífera, incluso los curadores coinciden en que no hay una estimación -«es imposible determinar»- cuántas obras ha realizado en estas siete décadas de trabajo.

«Una de las cosas que me maravillaron fue su pulso vital; un gesto genuino y honesto de ella como artista. Y creo que eso se ve en su obra: es un gesto generativo y se ve en todos los elementos. Una evolución, siempre está en movimiento. Y ese pulso nos dio esta mirada transversal. Ella nunca se detiene. Y lo mismo pasa en su obra. El arte es una necesidad para ella», señaló González Innecco.

Su influencia en las artes plásticas

Vectores propone una lectura, un acercamiento a los diferentes períodos artísticos por los que ha transitado Valerie Brathwaite. Firme, consistente y con un lenguaje claro, su obra es motivo de inspiración para las nuevas generaciones de artistas.

«Ella es un gran referente en todos los sentidos. Y me parece que hay un poder fundamental en su trayectoria, que infunde respeto. Y es un honor poder participar con ellos en Vectores. Es poder observar la constancia y la honestidad consigo mismo; con la disciplina, con el ejercicio. Eso es lo más hermoso. Siete décadas de trabajo ininterrumpido. Ella trasciende como una artista fiel a sus principios, a su esencia como creadora, a su constancia y su introspección. Eso es admirable e inusual», dijo González Innecco.

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La exposición Vectores de Valerie Brathwaite estará en sala hasta finales de noviembre | Foto Ezequiel Carías

«Es una artista importante. Ha sido gestora y testigo de toda la evolución de las artes visuales en Venezuela desde los años 1970 hasta nuestros días. Ella ha exhibido en nuestros principales museos y galerías; y su aporte al arte moderno y contemporáneo en Venezuela ha sido magnífico. Esto se reitera en esta exposición. Y me entusiasmó ver todo eso reunido en un solo lugar. No es una retrospectiva, pero hay obras desde 1959 hasta el día de hoy. Es una artista genuina a la que motiva un interés absolutamente vital por las artes visuales y los problemas que plantean», puntualizó La Corte.

Para García, el impacto de la obra de Valerie Brathwaite en las artes plásticas venezolanas se percibe en las nuevas generaciones inspiradas por su obra. «Sobre todo los que trabajan la escultura o la cerámica, ellos la tienen como un referente».


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