Pelearon en la guerra civil española y los derrotaron. La batalla, los muertos, la cárcel y el exilio. Ese es el pasado de dos españoles, Javier y Manuel, que llegaron a Venezuela, son vecinos, y sus hijos, ambos nacidos en estos lares, son novios.

Son los años setenta y el mundo está pendiente de cada estertor de Francisco Franco. ¿Qué hará cada uno después de la muerte del tirano? Es un tema álgido para los viejos camaradas. Uno quiere quedarse. Ya en Venezuela son varias las décadas y España es tan solo un recuerdo: aquellas calles de la niñez, la plaza de juegos y los edificios que toman briosas formas en los recuerdos. Pero su vecino no. Para él este país es solo un lugar de paso.

Las cervezas en la tarde no son para relajarse. Más bien intensifican las más acaloradas discusiones. Cuánto influye la espera por la muerte de un hombre para que un vivo decida su destino. Regresar o no. Ver si la lucha valió la pena, la esperanza por ser parte de la reconstrucción.

La obra, que presenta el Grupo Actoral 80 desde ayer en el Trasnocho Cultural, fue escrita por Fausto Verdial y estrenada en 1991 bajo la dirección de José Ignacio Cabrujas. Aquella vez formaron parte del elenco Orlando Urdaneta, Tania Sarabia, Marisela Berti, Héctor Manrique, Martha Estrada y el propio Verdial. Ahora, en el escenario estarán Juan Carlos Ogando, Marcela Girón, Pedro Borgo y Stefany Frade, además de Estrada y Manrique, que también dirige.

La única diferencia es que en el pasado la reflexión sobre el mensaje de la obra no pasaba de la anécdota de un fenómeno que marcó el desarrollo de la Venezuela moderna, en este caso muy preciso, la emigración española. Ahora, casi 30 años después, el tema de la diáspora, el desarraigo, la nostalgia y el país desde la distancia rondan decisiones y deseos. La necesidad de pertenecer a un sitio para no sentirse un desplazado de tantas partes. 

“Creo que Fausto, sin saberlo, la escribió para este momento. Es una mera muy lúcida que tiene de tratar el tema de la emigración, desde la benevolencia, que era siempre el humor. Él era un mago en eso. Recordemos que fue uno de los guionistas de la época de oro de Radio rochela. Para mí era una obra muy emotiva, llena de pintoresquismo, pero nunca pensé que íbamos a vivir esto. Tengo nueve sobrinos y seis de ellos están afuera. Es un tema recurrente también en mi casa. Me preguntan cuándo nos iremos. Espero que la obra sea saludable, para ayudarnos a comprender esto que nos está pasando. Estamos aprendiendo a emigrar con enorme dolor”, dice Manrique.

Los hombros de América 

Trasnocho Cultural

Viernes: 6:00 pm

Sábado y domingo: 5:00 pm

Entradas: entre 112.000 y 145.000 bolívares


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