Una mujer con un vestido rojo que le llega hasta las rodillas pasea entre el público con un vaso de leche. Sonríe y lanza miradas pícaras. Sus movimientos son precisos e hipnotizantes. La tensión se quiebra cuando ofrece cigarros a cambio de dólares, todo en un estridente, imperfecto e hilarante inglés, lo que provoca una carcajada por parte del público. “I am Kassandra”, grita.

Así comienza Kassandra, monólogo dirigido por Daniel Dannery e interpretado por Sara Valero, producido por Skena Grupo Teatral y la compañía La Productora, que revisita el mito de Cassandra, la hija del rey de Troya caída en desgracia y sin patria luego de la conquista de Aquiles, reseñado por el portal cultural El Teatro.

Kassandra se presenta en La Íntima, pequeños espacio de Suka Bar, en el Centro San Ignacio, todos los sábados de marzo, en tanto se pueda presentar a pesar de la falla eléctrica registrada desde el jueves 7 de marzo. La selección del lugar obedece a una sugerencia de Sergio Blanco, el autor de la obra, quien propuso la medianoche como hora para la representación. Pero la realidad del país no lo permite: como consecuencia de la inseguridad Valero subirá a escena a las 8:00 pm.

“Cuando leí Kassandra conecté de inmediato. Es un personaje migrante, de paso, que constantemente se busca la vida yendo y viniendo porque su hogar fue destruido por una guerra. Me vino a la mente la dura circunstancia de migración que viven los venezolanos”, explica Dannery, ganador del Premio Marco Antonio Ettedgui 2018, que otorga la Fundación Rajatabla. El director agrega: “La obra es una oda a la esperanza en medio de la situación nacional. Te lleva por toda su historia, que es una gran tragedia, para decirte que vivas tu vida” en una entrevista exclusiva El Teatro.

La deconstrucción del mito griego de La Ilíada tumba del pedestal de divinidad y clasicismo a los personajes homéricos para bañarlos de crudeza, cotidianidad y erotismo.

Fiel a sus raíces griegas, la de Kassandra es una tragedia de la que no puede escapar. Es la maldición del destino, siempre presente en los dramas helénicos. Sin embargo, en su afán de lograr una ruptura de pleno carácter político, la protagonista da un esperanzador mensaje que pretende, como dice Daniel Dannery, promover resiliencia en la audiencia.

Por otro lado, la obra no se conforma con revisar la literatura clásica helena, sino que hace una crítica y pone a la luz las condiciones de vida de la comunidad LGBTI menos favorecida en el país. Además, la pieza de Blanco ha contado con el apoyo de organizaciones no gubernamentales que luchan para detener la violencia en contra de las mujeres.

“Hemos logrado el aval de las asociaciones Unión Afirmativa, La Red Naranja, Cepaz, la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa y Fundamujer, con las que haremos labor social ya que pretendemos estrenar Kassandra  en barriadas y comunidades populares, además de hacer foros con mujeres que han sido víctimas de la violencia”, asevera el director. La intención, también, es llevarla a distintos bares de Venezuela.

Con información de El Teatro


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