Un abandono, reclamos, la culpa y dos visiones de un mismo hecho que ocurrió hace muchos años provocan una discusión entre dos mujeres que no logran llegar a un acuerdo. Sus gestos delatan angustia.

Diana Volpe y Haydeé Faverola están sobre un escenario oscuro tratando de convencer, cada una, de que su verdad es la única verdad.

Son ellas las protagonistas de El cuarto de atrás, la más reciente pieza del dramaturgo Ricardo Nortier, que se estrena hoy en La Caja de Fósforos. “Te quedas de pie todo este momento infinito, mirando el cuarto de atrás sin atreverte a entrar”, le reclama una a la otra. Allí, en esa habitación, un hombre que siempre tose se mantiene oculto.

La trama de la obra se centra en los acontecimientos de una noche que cada una de las mujeres vivió en ese cuarto de distinta manera, pero del que no se sabe nada.

Ricardo Nortier deja un espacio para que el espectador pueda construir la historia a partir de su experiencia y de lo que percibe de la puesta en escena. “Se le puede dar distintas lecturas. Todos hemos pasado por una situación que nos cuesta resolver y ello nos provoca un sentimiento de culpa. Ese cuarto de atrás puede ser nuestro subconsciente”, dice.

El lenguaje corporal es un elemento fundamental en el montaje. Las frases a medias, los juegos de palabras y la necesidad de imponer cada una su versión del acontecimiento crean tensión y suspenso en un ambiente en el que la angustia se refleja en el rostro de las protagonistas.

Diana Volpe confiesa que para poder proyectar lo que requiere el guion es necesario sentirlo. “En una obra como esta no puedes fingir que algo te está pasando, pues si no es muy evidente. Un buen trabajo depende de que nosotras podamos transmitir lo que nos está ocurriendo más allá de las palabras. Lo que nos suscita y lo que imaginamos que vivimos tiene que estar ahí, cada gesto debe ser real”. Destaca que los ensayos las dejan agotadas debido al compromiso y la concentración que se requiere.

Ambos personajes hablan de un estado de sopor que las ha estado acompañando durante años. No duermen bien, sufren de insomnio, sus pensamientos no dejan de divagar. Más de una docena de vasos de vidrio que están ubicados frente a ellas representan las imágenes del inconsciente y los pensamientos desordenados en sus mentes.

La concepción de la obra como una trama de múltiples interpretaciones representó un reto para los involucrados. “Ricardo tiene su idea del cuento, pero él no la quiso imponer. Haydeé y yo creamos nuestra historia. No importa tanto qué paso, sino dejar claro que fue algo muy grave, lo que ocasionó una ruptura”, expresa Volpe.

A pesar de que la pieza fue pensada como un hecho aislado a la situación del país, Nortier considera que puede relacionarse desde una mirada positiva para invitar a la reflexión. “Nos acostumbramos a ver lo que pasa afuera y actuamos de forma reactiva. Hay personas que en su lucha por imponer un punto de vista pueden generar violencia en busca de eliminar la tensión. La obra invita a una introspección”.

El cuarto de atrás

La Caja de Fósforos

Concha Acústica de Bello Monte

Del 2 de junio al 9 de julio

Horario: viernes, 7:00 pm; sábado y domingo, 6:00 pm

Entrada: 1.500 bolívares


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