Shakti Maal y Eliú Ramos son actores. Actores cansados de hacer castings, de esperar a que los llamaran, de buscar oportunidades sin éxito. Pero querían seguir actuando. Abandonar nunca fue una opción. Trabajaron en algunos proyectos. Ella actuó en la adaptación cinematográfica de la novela de Eduardo Sánchez Rugeles, Jezabel, a cargo de Hernán Jabes. Él tuvo un papel en Simón, celebrada ópera prima de Diego Vicentini. No fue suficiente, querían algo más, algo diferente. Propio.
Se conocieron haciendo teatro en Caracas. Años después tuvieron una relación a distancia. La crisis y la falta de oportunidades los llevó a emigrar a Bogotá, donde vivieron dos años. No les fue bien. Producto de una depresión, Eliú decidió probar suerte en Miami. Al poco tiempo, Shakti, que estudiaba cine en Colombia, lo siguió. Al llegar trabajaron en lo que podían, lo que salía. Desde meseros hasta conductores de Uber. Tenían que pagar la renta. Siempre intentando actuar, pero no conseguían oportunidades.
Cansados de esperar, se plantearon la idea de hacer una serie sobre ellos mismos. Una sitcom sobre su vida en pareja. La idea de ficcionar su relación les gustaba, les parecía divertido. “Queríamos que nos llamaran para hacer algo como The Office o Seinfeld, pero nadie nos iba a llamar para eso. Por eso decidimos hacer nuestro propio proyecto”, dice Shakti.
Hacer una serie propia los entusiasmaba. De inmediato, pusieron manos a la obra para darle forma al proyecto. No contaban con el apoyo de grandes estudios como HBO o Netflix ni sabían cómo presentarles su idea. Sólo contaban con su experiencia, una cámara y sus redes sociales. “Teníamos todo listo, sólo nos faltaba el medio para mostrarlo. Lo único que teníamos eran nuestras redes sociales y decidimos hacer nuestro sitcom ahí”, cuenta la actriz.
La serie cambió de forma o, mejor dicho, de formato. Pasó de ser una serie pensada para televisión a una de sketches en redes sociales. De lo horizontal a lo vertical. “Desde hace rato yo tenía ganas de hacer algo en redes, pero no sabía qué. Cuando llegó la idea de la sitcom pensaba que era más para televisión, pero también quería hacerla en vertical. Estaba empeñado en eso y se lo decía a Shakti”, recuerda Eliú.
Comenzaron, entonces, a ficcionar su vida como pareja en Instagram. Ambos eran los protagonistas, guionistas y directores de los sketches, en los que presentaban situaciones cotidianas de forma divertida. Poco a poco, fueron ganando seguidores, que disfrutaban, interactuaban y compartían su contenido. Aunque no era su intención, se convirtieron en creadores de contenido. “Nosotros no pretendíamos hacer una vida en redes sociales o vivir de ellas. La idea inicial era hacer la serie en redes para mostrar nuestro trabajo como actores y más adelante poder hacerla en horizontal, que todavía sigue en los planes. Pero todo eso abrió una puerta que no esperábamos que es la de la creación de contenido y que nos enamoró totalmente”, asegura Maal, quien reconoce que al principio la idea de hacer contenido en formato vertical no la entusiasmaba tanto.
La idea del podcast llegó después. No era parte del plan. Surgió por el interés de sus seguidores en sus vidas detrás de las cámaras. En los sketches son personajes, aunque haya ciertas similitudes con su vida. Es ficción, comedia. Ahora, querían conocerlos. “¿Y si hacemos un podcast?”, propuso Eliú. Ya era el momento de que los conocieran. “La gente comenzó a pedirlo y ya era momento de que nos conocieran, no sólo como seres creativos, sino como personas también”, dice Shakti. Así comenzó La pareja más aburrida del mundo, un espacio en el que, por más de una hora, Shakti y Eliú hablan de todo y nada, de su vida, sus opiniones o, simplemente, de lo que el club de los aburridos (sus suscriptores de Patreon) les propongan.
El podcast comenzó hace poco más de un año y ya Shakti y Eliú han cumplido algunas de las metas que se trazaron al inicio como, por ejemplo, dedicarse sólo al proyecto. No fue sencillo. En el camino hubo mucho esfuerzo y sacrificios para lograrlo. Al principio, ambos dividían su tiempo entre sus trabajos formales, el podcast y los sketches. “Siento que hay una percepción de que todo el crecimiento ha sido rápido, pero la verdad es que ha sido mucho trabajo”, afirma Eliú, quien en noviembre dejó su empleo en una agencia de marketing para dedicarse a La pareja más aburrida del mundo.
Comenzaron a hacer los sketches y el podcast por diversión. No esperaban vivir de eso, no pensaban que sería posible hasta que el proyecto, poco a poco, comenzó a crecer. “Arrancamos el proyecto sólo para empezar a hacer algo en redes cool” dice el actor. Poco a poco, llegaron más suscriptores al proyecto, tanto en YouTube como en Patreon, plataforma de micromecenazgo para proyectos creativos. Fue entonces cuando se dieron cuenta que algo interesante estaba pasando. “Una vez que lo olimos, dijimos ‘Ah, mira, esto está pasando. Vamos a poder vivir de esto’”, recuerda Shakti.
Dedicarse sólo al podcast no fue una decisión que se tomaron a la ligera. En cuanto vieron que era una posibilidad real, se sentaron a planificar lo que querían hacer y cómo lo lograrían. “Nos organizamos y dijimos ‘esto va a pasar así y estas son las metas que tenemos que cumplir’ para que el 1° de diciembre Eliú deje la oficina”, cuenta Shakti. “Y lo logramos antes”, añade.
Aunque estaban decididos, también tenían miedo. Aún sienten miedo, miedo de que todo cambie. Es un temor que, aseguran, no desaparecerá. “Es un miedo que no se va a ir nunca y hay que hacer las paces con eso. Nosotros vivimos en una incertidumbre constante”, dice Eliú. Pero el temor no los paraliza. Todo lo contrario, los impulsa a enfocarse más en el crecimiento del proyecto. “Nosotros trabajamos en el podcast pensando en cómo hacer para que no sea un podcast más”, asegura el actor.
Pese al temor y la incertidumbre, los actores no cambiarían dedicarse a su proyecto por nada. Están felices. “Cuando llegué a Estados Unidos trabajé de todo y en ese momento, más allá del cansancio, me sentía un poco muerta por dentro porque no estaba siendo creativa. Estaba triste y sentía que era infantil de mi parte porque tenía que trabajar para pagar la renta. Es importante hacer lo que te haga feliz. En este momento, no cambiaría lo que hago por nada del mundo porque me siento más viva que nunca”, asegura Maal.
Aunque el crecimiento del podcast ha sido rápido, Eliú considera que ha sido proporcional al trabajo que han realizado para lograrlo. “Al principio decidimos hacer uno o dos sketches a la semana, creamos un cronograma, empezamos el podcast. Estábamos cansados, era mucho trabajo. Yo iba a la oficina todos los días y cuando llegaba grabábamos durante tres horas y editábamos el fin de semana. Era la única manera”.
“El crecimiento a nivel mediático y en redes sociales ha sido rápido, pero cuando comenzamos a hacer los sketches ya teníamos unos 15 años de trayectoria cada uno. Todo ese background nos daba la suficiente experiencia para agarrar al toro por los cachos y la madurez suficiente para enfrentar todo. Teníamos un terreno ganado desde un lugar, a pesar de que era algo nuevo por el formato”, agrega Shakti.
Con el podcast, Shakti y Eliú han descubierto dinámicas. Para ellos la creación de contenido en internet es algo nuevo, al igual que interactuar con una comunidad de personas interesadas en lo que dicen. “Creo que es una de las cosas más bellas porque, además, es lo más nuevo y lo que más estamos aprendiendo ahorita”, cuenta el actor. Cuando graban ya no se sienten solos. “Al principio sentía que sólo éramos Eliú y yo en el mueble de nuestra casa con Tintán (su perro), pero con el feedback de la gente de la comunidad que tenemos, ya estoy sentándome a hablar con amigos. Incluso, me sé algunos de los nombres de los más recurrentes”, agrega Shakti.
Además de una comunidad que los apoya y los acompaña, el podcast también les ha regalado un espacio en el que pueden ser ellos mismos, sin máscaras. “Siempre somos lo más transparentes posibles, que es incluso liberador. Al principio me pasaba que limitaba mis opciones, me censuraba, pero luego me empecé a soltar y me dije: ‘mis opiniones también son válidas y estoy segura de ellas, y si alguien opina lo contrario, no pasa nada’. Eso no quiere decir que luego no pueda cambiar de opinión. Siento que el podcast, a nivel psicológico, tuvo un efecto positivo en mí que agradezco mucho. Me siento una persona más libre y feliz”, asegura Shakti.
Más allá de la dedicación, planificación y constancia que requiere, muchos subestiman el arte de la conversación, dice Eliú. “Todo el mundo siente que puede conversar una, dos o tres horas sin parar, pero una cosa es hacerlo con dos birras con tu mejor amigo y otra cosa es hacerlo a las 9 de la mañana con un montón de cosas que hacer cuando no tienes cabeza para conversar y aun así te tienes que poner en un mood de ‘vamos con todo’. Además, no puede haber huecos, tiene que ser interesante y divertido no solo para ti sino para los que te verán”.
Con el crecimiento del podcast, los sketches comenzaron a evolucionar. Ya no eran solo Shakti y Eliú. Hasta ahora, han participado María Gabriela De Faria, Christian Mcgaffney, Elba Escobar y Mariaca Semprum, entre otros. Les gustaría tener más invitados. “Queremos, además, que los sketches comiencen a ser más internacionales y que sean para el latino en Estados Unidos (…) Si me preguntas cuál es mi invitado soñado, creo que podría ser Marcello Hernández (comediante de Saturday Night Live) y al día siguiente Adam Sandler”, dice Eliú entre risas.
Para la pareja, trabajar juntos no ha sido un problema. Todo lo contrario, los ha ayudado en su relación. “Es algo que ambos hemos visto en casa desde pequeños. Mis papás trabajaron juntos siempre en su compañía de teatro y en el caso de Eliú pasaba algo similar. Es algo que ambos vimos en casa desde pequeños como algo positivo. Me cuesta mucho entender a la gente que ve negativo trabajar en pareja. Para nosotros nunca ha sido un problema, más bien ha sido un apoyo muy grande para nosotros y nuestra relación”, asegura Shakti.
Ambos consideran que hacen buen equipo y se complementan. “Manejamos un balance en las decisiones muy arrecho porque yo estudié Comunicación Social y Shakti cine. Ella tiene una capacidad muy buena para observar, aprender y replicar cosas muy arrechas con su cámara y en la edición, mientras que yo soy al que le gusta cagarse en todo, o sea, si todo el mundo está diciendo no se hacen series en vertical, yo lo hago en vertical”, dice Eliú.
Aunque actualmente se dedican a la creación de contenido, no se cierran a la idea de actuar en algún proyecto para cine o televisión. Eso sí, su prioridad es el podcast. Si se les presenta un papel lo suficientemente bueno y que no interfiera con La pareja más aburrida del mundo o los sketches están dispuestos a aceptarlo. “En este momento no estamos haciendo castings ni los estamos buscando. Si a cualquiera de los dos nos llamaran para hacer una película y podemos seguir además con nuestro podcast, lo haríamos. No estamos buscando papeles, pero no estamos cerrados a hacer otros proyectos en la actuación”, dice Shakti.
“Entendemos que cualquier cosa que pase por fuera y que alimente nuestro proyecto es bien recibida, pero si es algo que pondrá en pausa el podcast, entonces no. Nuestra prioridad es nuestro podcast”, insiste Eliú.
La pareja siente que desde que comenzó a grabar sketches han actuado más que nunca. “Desde que emigré he actuado más con La pareja más aburrida del mundo que cuando recién llegué. Siento que estoy demasiado activa a nivel actoral porque estoy actuando todas las semanas”, dice Shakti, quien asegura que si a alguno se le presenta una propuesta para actuar será, probablemente, producto de su trabajo en el podcast. “Si alguien nos llama para ofrecernos una oportunidad increíble probablemente será fruto de este proyecto, porque vio los sketches o nos vio en el podcast. Hoy en día tu portafolio principal son tus redes sociales y te saldrá más trabajo si te muestras ahí”, afirma.
Aunque para los actores la prioridad es su proyecto, eso no impide que ambos puedan hacer cosas por separado. “Queremos hacer cosas que tienen que ver con el podcast, pero también cosas en solitario. Por ejemplo, yo hago stand up y tengo rato haciéndolo”, dice Eliú, que en diciembre abrió un show de José Rafael Guzmán en el Carnegie Hall, en Nueva York, y otro en el Fillmore, en Miami.
A Shakti y Eliú les gustaría mudar el podcast de la sala de su casa a un estudio en el que puedan recibir invitados. “Nos gustaría ir saliendo del trabajo artesanal que hemos hecho con el podcast, que lo hacemos en nuestra sala con nuestras lamparitas y nuestras cosas. Eso es muy bello, pero sentimos que poco a poco tiene que ir evolucionando. Sería increíble tener un estudio donde podamos recibir invitados pero sin que se pierda esa energía de que es la casa de La pareja más aburrida del mundo”, desea Eliú.
Entre los planes también está trasladar a La pareja más aburrida del mundo a los escenarios. “Vienen un montón de cosas como el show en vivo de La pareja y eso nos da muchísima emoción. La idea es que el show en vivo comience este año en Estados Unidos”, cuenta el actor.
Pero, más allá del podcast, los sketches, los shows en vivo o cualquier proyecto que pueda surgir, la meta de Shakti y Eliú es llevar la vida de La pareja más aburrida del mundo a la televisión. “Nuestro plan inicial era hacer una serie grande, horizontal, y sigue estando en los planes y va a pasar…esto más bien nos ha dado mucha experiencia porque ahora estamos seguros de que la vamos a dirigir nosotros mismos, sabemos que eso no va a pasar”, dice segura Shakti.