Los poemas del libro El próximo desierto describen la catástrofe de una ciudad afectada por problemas ambientales como la radiactividad, el calentamiento global y las tragedias naturales. “La gran zona de plástico del Pacífico ya comienza a disolverse por la acción de los isótopos”, dice uno de los versos.

Es un tema recurrente en la obra del escritor venezolano Santiago Acosta, de 35 años de edad, quien la semana pasada fue reconocido, por ese trabajo, con el III Premio de Literatura Ciudad y Naturaleza José Emilio Pacheco, convocado en México por la Universidad de Guadalajara, el Museo de Ciencias Ambientales del Centro Cultural Universitario y la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

El poeta, que recibirá el galardón –dotado de 10.000 dólares– el primero de diciembre en la FIL 2018, fue escogido entre 124 participantes provenientes de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, México, Perú, Portugal y Venezuela.

Acosta, vía telefónica desde Nueva York, no esconde que está sorprendido por la noticia. “Es tremendo que haya sido elegido por un jurado integrado por los poetas Tedi López Mills, José María Espinasa y Hernán Bravo Varela, respetable y de alto nivel. Tenía un buen presentimiento porque confiaba en la calidad de mi libro y porque el premio se ajustaba mucho a lo que estaba haciendo, pero igual me sorprendió muchísimo”, expresó.

El próximo desierto fue escrito por Acosta entre 2016 y 2017, y contiene 11 poemas de 5 o 6 páginas cada uno. El jurado señaló en el veredicto que en el libro “se construye con brillantez y originalidad una geografía de la catástrofe”. Además, destaca que la voz poética se involucra personalmente sin ejemplaridad moral y se expresa en tonos narrativos y periodísticos.

“Creo que mi libro intenta alcanzar cierta amplitud geográfica. Lo narrativo fue elaborado de manera consciente, mezclando el verso con la prosa. La parte periodística me parece que está relacionada con la investigación que tienen los textos, pues hice un estudio sobre fenómenos como el calentamiento global y las crisis de refugiados”, indicó Acosta, autor también de los poemarios Detrás de los erizos (ganador del V Concurso para Obras de Autores Inéditos de Monte Ávila Editores, en 2007), Cuaderno de otra parte y Mañana vendrán las piedras.

El escritor, licenciado en Letras por la UCV, que actualmente cursa el doctorado en Culturas Latinoamericanas e Ibéricas en la Universidad de Columbia, ha abordado la relación naturaleza-ciudad en trabajos anteriores como Detrás de los erizos. “Creo que el tema ambiental ha pasado desapercibido en la literatura venezolana, y eso que es un asunto que nos toca a nosotros de manera particular, pues estamos definidos por un sistema extractivo. Sacar de la naturaleza para venderlo afuera. Ahora pasamos de la Venezuela petrolera a una que extrae oro, coltán y diamante, y todo forma parte de la misma dinámica”, afirmó.

“Desde un punto de vista estético, siempre he sentido atracción por las imágenes que muestran cierta devastación, como los lugares abandonados, las carreteras destruidas, los horizontes contaminados. En El próximo desierto quise ir más allá de esa fascinación, para ver qué nos puede decir del futuro que nos espera”, añadió.

Considera que el aporte de la poesía en este tópico sería repensar cómo categorías como “naturaleza” y “ciudad” están vinculadas. “La poesía nos permite una forma de pensar para reorganizar nuestra manera de entender el mundo a partir de la crisis ecológica”, señaló.

El galardón se bautizó con el nombre de José Emilio Pacheco, Premio Cervantes 2009, porque el poeta mexicano tocó el tema de la relación naturaleza-ciudad. Acosta refirió que lo conoció personalmente en 2008 en Valencia, donde el autor le regaló un libro. “Es uno de mis poetas más queridos. Fue importante para escribir El próximo desierto”, señaló.

Acosta, que actualmente lee a escritores como el novelista Ben Lerner y el poeta Lewis Warsh, además del venezolano Lucas García, opina que la poesía venezolana se encuentra en un buen momento. “Creo que no solo hay buenos poetas, sino editoriales interesantes como Letra muerta. Me parece que la generación de los ochenta y los noventa es una comunidad que promete mucho”, dijo.

Próximos proyectos

Santiago Acosta nació en 1983 en San Francisco, Estados Unidos. Ocurrió de manera circunstancial. Sus padres vivían allá porque estaban estudiando. A los 3 años de edad lo trajeron a Caracas. Entre 2007 y 2011 dirigió junto a Willy McKey la revista El Salmón. En 2011 terminó la maestría en Literatura Venezolana en la UCV. Ese mismo año se fue otra vez a Estados Unidos para estudiar la maestría en Literatura Latinoamericana y Española en San Francisco State University.

Actualmente trabaja en su próximo poemario, titulado Archivo muerto. Y ya está en imprenta Mañana vendrán las piedras, un libro sobre la tragedia de Vargas en colaboración con el fotógrafo venezolano Efraín Vivas.


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