Roald Dahl
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La eliminación de contenidos supuestamente ofensivos de los libros del novelista británico Roald Dahl ha desatado un feroz debate.

En la nueva edición de su obra, que incluye el clásico «Charlie y la fábrica de chocolate», se han borrado o modificado referencias al género, la apariencia y el peso de los personajes.

Los albaceas y editores de Dahl (1916-1990) dijeron que las novelas se han actualizado para adecuarse más al público moderno.

Pero la decisión ha incomodado a numerosas personas.

A algunos les parecen bien los cambios y otros se han pronunciado en contra, entre los que destaca el primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak.

El portavoz de Sunak afirmó que las obras de ficción deben «preservarse y no retocarse».

Tomando prestada una palabra que Dahl inventó para jugar con el lenguaje, el portavoz del primer ministro dijo: «Cuando se trata de nuestro rico y variado patrimonio literario, el primer ministro está de acuerdo con el gran gigante bonachón BFG en que no debemos gobblefunk (volvernos locos) con las palabras».

Gritos de «censura»

Entre los que criticaron los cambios se encuentra el autor Salman Rushdie.

«Roald Dahl no era un ángel, pero esto es una censura absurda», publicó el autor de «Los versos satánicos» en su Twitter. «Puffin Books y los encargados del legado de Dahl deberían estar avergonzados».

Algunas de las ilustraciones de Quentin Blake, basadas en algunos de los personajes de Roald Dahl | QUENTIN BLAKE

La empresa The Roald Dahl Story Company alegó que cualquier edición surgida de su proceso de revisión, en curso desde 2020, fue «pequeña y cuidadosamente considerada».

El autor de His Dark Materials («La materia oscura»), Philip Pullman, le dijo a BBC Radio 4 que sería mejor «dejar que se desvanezcan» los libros de Dahl que reescribirlos si se consideran ofensivos.

«Si Dahl nos ofende, que se agote», exhortó Pullman. «Lean a todos estos autores maravillosos que escriben hoy, que no reciben tanta atención debido al enorme peso comercial de personas como Roald Dahl».

No opina lo mismo la poeta y autora india-británica Debjani Chatterjee, que considera «algo muy bueno que los editores estén revisando su trabajo».

«Creo que se ha hecho con bastante sensibilidad», le dijo al Servicio Mundial de la BBC.

Puso como ejemplo el cambio de la palabra «gordo» por «enorme» en los textos y aseguró que el nuevo término «es aún más divertido«.

¿Que ha cambiado?

  • Al personaje Augustus Gloop, de «Charlie y la fábrica de chocolate», ahora se lo describe como «enorme» (enormous). La palabra «gordo» (fat) ha sido eliminada de todos los libros, según el diario británico The Telegraph.
  • Mrs Twit, de los Twits, ya no es «fea y bestial» (ugly and beastly), sino simplemente «bestial».
  • En el mismo libro, «una extraña lengua africana» (weird) ya no figura como extraña.
  • Las palabras «loco» y «desquiciado» también se han eliminado como resultado de un énfasis en la salud mental, informó el periódico.
  • Una amenaza de «noquearla al piso» (knock her flat) en «Matilda» pasó a ser «darle una buena reprimenda» (give her a right talking to).
  • También se han cambiado las referencias a los colores: el abrigo del BFG ya no es negro; mientras que Mary en The BFG ahora se queda «tiesa como una estatua» (still as a statue) en lugar de «blanca como una sábana» (white as a sheet).
Keith Daley interpreta a Augustus Gloop y Sara Wayne a la señora Gloop en una producción de 1999 de «Charlie y la fábrica de chocolate».

¿’Un homenaje’ o ‘cambiar el espíritu’?

El autor de libros para niños John Dougherty le dijo a BBC Radio 5 Live: «No hay razón por la que el BFG no deba tener una capa negra. Eso me parece absurdo».

«Y Augustus Gloop, por ejemplo, el punto central del personaje es que tiene un sobrepeso enorme porque no deja de comer, es glotón».

«Ahora», puntualizó Dougherty, «podría existir el argumento de que en el mundo de hoy eso es ofensivo».

«Pienso que si decides que es así, la única solución es retirar el libro de impresión. No creo que uno pueda decir ‘cambiemos las palabras de Dahl, pero mantengamos el personaje'».

Kate Clanchy, una exmaestra que revisó sus propias memorias luego de ser criticada por algunas descripciones, dijo que los libros para niños deben tratarse con un cuidado especial.

«Augustus Gloop es un personaje codicioso. Seguirá siendo moralmente codicioso y su codicia moral será incorrecta, tengamos o no muchas referencias sobre lo gordo que es, lo que creo que puede ser molesto», le dijo a 5 Live.

«Siempre hemos actualizado los libros para niños. Es un tributo a la forma en que estos libros se están convirtiendo en mitos… que los hemos adaptado de nuevo».

Laura Hackett, editora literaria adjunta de The Sunday Times, dijo que continuará leyendo sus copias originales de los libros de Dahl a sus hijos en «toda su gloria completa, desagradable y colorida».

«Creo que el tipo de maldad es lo que hace que Dahl sea tan divertido», le dijo a 5 Live. «Te encanta cuando, en ‘Matilda’, Bruce Bogtrotter se ve obligado a comerse todo el pastel de chocolate, o le encierran en el Chokey [un dispositivo de tortura], eso es lo que les encanta a los niños.»

«Y eliminar todas las referencias a la violencia o cualquier cosa que no sea limpia, agradable y amigable, supone eliminar el espíritu de esas historias».

«Para que disfruten los niños de hoy»

Muchos de los libros de Dahl también han sido llevados al cine | GETTY IMAGES

Los libros fueron enmendados tras ser revisados por lectores sensibles que buscan contenido potencialmente ofensivo.

La Roald Dahl Story Company trabajó con las editoriales Puffin e Inclusive Minds, un colectivo que trabaja por la inclusión y la accesibilidad en la literatura infantil.

Un portavoz de The Roald Dahl Story Company afirmó que quería «asegurarse de que todos los niños sigan disfrutando de las maravillosas historias y personajes de Roald Dahl».

«Al publicar nuevas tiradas de libros escritos hace años, no es inusual revisar el lenguaje junto con otros detalles a actualizar, como la portada y el diseño de las páginas«, señaló.

Y agregó: «nuestro principio rector en todo momento ha sido preservar las historias, los personajes y la irreverencia y espíritu incisivo del texto original».

Dahl, que murió a los 74 años en 1990, sigue siendo uno de los autores infantiles más populares de Reino Unido, y Netflix compró los derechos de sus obras en 2021.

Pero los comentarios antisemitas que realizó a lo largo de su vida lo convirtieron en una figura muy problemática.

En 2020 su familia se disculpó públicamente por el «dolor duradero y comprensible causado por las declaraciones antisemitas de Roald Dahl».


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