Ricardo del Búfalo Venecadencia

Ricardo del Búfalo lleva tiempo haciendo comedia musical sobre temas políticos y relacionados con la crisis que vive Venezuela. Muchos lo conocen por sus rutinas de stand up o por las canciones informativas, que se hicieron populares durante el apagón nacional que afectó al país en el primer trimestre de 2019. Sin embargo, desde hace un par de años tenía ganas de hacer algo diferente. Quería dejar un registro de cómo es ser venezolano en la época de Nicolás Maduro. Todo con humor. Y así nació Venecadencia, el primer álbum del comediante barquisimetano.

El concepto de Venecadencia es un homenaje al libro Memorias de un venezolano de la decadencia, de José Rafael Pocaterra. Poco a poco, Del Búfalo fue incorporando al disco elementos que hablan de la decadencia del país para componer las canciones. Desde la crisis económica («Qué duro es el amor en comunismo»), pasando por las constantes fallas de servicios básicos («Monte y culebra»), hasta las eternas peleas de la oposición («Mis marines») son algunos de los asuntos que trata el comediante en sus canciones. «Traté de tocar la mayoría de temas relacionados con nuestra decadencia, por eso lo tenía en mente desde hace dos o tres años, desde que lancé mi primer EP, Por eso estamos como estamos, tenía pensado lanzar un long play», cuenta.

Esta no es la primera vez que el comediante hace música. En 2018, Del Búfalo lanzó Por eso estamos como estamos, un EP acústico en el que aborda temas políticos y hace crítica. Sin embargo, reconoce que en Venecadencia hay una evolución musical con respecto a su proyecto anterior, pues se aventuró a probar géneros como el hip hop, merenguetón y blues, entre otros. «Una de las principales diferencias es que este disco tiene más instrumentos, musicalmente es un poco más complejo que el EP, y, por supuesto, las letras. Siento que en el tema de letras hubo un avance con Venecadencia. Hay hasta chistes musicales por allí escondidos que espero que algunas personas los agarren».

Venecadencia

Aunque ponerle música y humor a una tragedia como la que vive Venezuela puede ser complicado, Ricardo Del Búfalo dice que trata de hacerlo desde sus propias experiencias, desde su dolor para poder hacerlo con legitimidad y sin ofender a nadie. «Hay canciones que pueden ser muy duras como ‘Sentimiento nacional’, que trata de un deseo de querer irse, pero de alguna manera la gente se ríe porque lo ven reflejado en mí. Yo funjo como el clown, tú te ríes del clown porque fracasa. Entonces, la canción, a pesar de que habla de un tema muy trágico, es uno de los temas que más da risa en vivo», afirma.

«Creo que hablar de una situación tan dura y dolorosa como la venezolana no se puede hacer en serio, hay que hacerlo con humor. Creo que es una manera de poder resistir a eso», añade.

Hay temas muy dolorosos de los que quisiera hablar pero que, a veces, prefiere no tocar porque podrían malinterpretarse. Sin embargo, quiere dejar un registro de todo, para que cuando alguien en 20 o 30 años quiera saber cómo era vivir en la época de Maduro pueda escuchar durante media hora el sentir de esos tiempos. “Es importante decir que hubo pobreza en 93% en la población, pero ¿cómo hablar de eso? Intenté hacerlo a través de ‘Qué duro es el amor en comunismo’, en el que hablo de que no hay plata y lo difícil que es salir. Desde ese punto de vista yo quisiera decir: ‘Mira, vivimos en el tiempo más pobre de nuestra historia’, pero hay que buscar la manera de hacerlo con humor. Contar una historia de alguien que pueda dar risa, pero que yo también pueda tener la legitimidad de hablar de ella. Así como Rubén Blades puede contar la historia de Pedro Navaja, yo poder contar la historia de alguien que era muy pobre con humor y que la gente no sienta que me estoy burlando de esa persona», reflexiona.

Aunque Del Búfalo ha intentado incluir los temas que considera importantes, asegura que ha tenido que autocensurarse por precaución. De hecho, decidió sacar del disco una canción que hablaba sobre un amor entre una PNB y un GNB en una marcha de la oposición, porque cree que necesita mucho contexto. «He sentido temor, me he autocensurado, me han censurado también. Pero aún así debo seguir hablando y cantando», dice.

El proceso creativo de los temas que le dan forma a Venecadencia fue particular. Algunas canciones tardaron años en escribirse y en el proceso fueron mutando, mientras que otras se escribieron muy rápido. Sin embargo, el comediante asegura que el disco no sonaría como suena sin la ayuda de Alejandro Díaz, productor musical, y sin el apoyo de amigos y colegas que participaron en Venecadencia, como Alejandra Otero, David Comedia y Nanutria, entre muchos otros. «Siento que el aporte de cada uno hizo especial al disco y está su sello en él. Es bonito porque hace que no sea solo mío, sino que lo convierte en una colaboración con varios amigos a quienes quiero», dice.

Más que una canción, Ricardo del Búfalo tiene momentos favoritos de cuando estaba trabajando en el disco. Las que recuerda con más cariño son «Qué duro es el amor en comunismo», porque grabaron la percusión con monedas y billetes, o «Sentimiento nacional», en la que tocó el cuatro. «Recuerdo con cariño es ‘Eres tú’ porque la hice en el apartamento de Manuel Rángel con él y Jhoa Beat, eran días en los que nos reuníamos a tocar la canción, cambiarle cosas, meterle instrumentos y echar broma. Eran días muy divertidos».

Para el comediante, Venecadencia representa un antes y un después en su carrera porque tiene un grado de complejidad más alto que sus trabajos anteriores, lo que le genera un poco de presión para sus próximos proyectos. «Para mí es bonito poder tener este registro pero, al mismo tiempo, me genera mi propia barra de que el próximo disco tiene que ser mejor y eso me tiene muy angustiado. También es algo que me emociona porque sé que en el futuro me voy a exigir más», afirma.

El comediante considera que, aunque existe un estado de desánimo general por la situación del país, las personas quieren seguir escuchando sobre ese sentimiento. Y la mejor forma de hacerlo es con humor. «Yo creo que esto no solo es mi sentir, sino el de mucha gente, a las que les gusta saber que no están solas. Por eso intento provocar risas, no para evadir, sino para que nos ayude a soportar».

Aunque a Del Búfalo le apasiona la música, no tiene en mente dedicarse solo a ella, pues no cree que «sirva para eso». Sin embargo, si surge la oportunidad, le gustaría probar suerte como compositor.

Que la situación actual del país esté tan presente en los proyectos del comediante es algo que lo desgasta, asegura. Por eso, en ocasiones opta por mantenerse alejado de las redes sociales para descansar. Pero la comedia también es una forma de escape. «Poder reírme de las cosas que me pasan me ayuda bastante a seguir teniendo fuerzas. También me ayuda mucho ver cosas relacionadas con otros países, entretenerse con películas, series y demás, escuchar música de artistas que me gustan… Eso me va llenando de emociones positivas».

Aunque Ricardo Del Búfalo ha pensado en irse de Venezuela, dice que no lo ha hecho porque considera que su lugar está aquí. «En el momento que sienta que debo irme, o me vea obligado a hacerlo, optaré por esa vía. Hasta ahora he tenido la fortuna de no hacerlo, a diferencia de muchos que se fueron porque no tuvieron otra opción».

Cree que a los jóvenes les importa poco la política y no los culpa, dice que la crisis es muy dura como para estar pendientes de cosas que se sienten tan ajenas como la Constitución. Pero cree que es importante que se interesen. «La política no es solamente lo que dicen o hacen los políticos, sino la construcción del país que vivimos y viviremos, la educación de nosotros o de nuestros hijos, el modelo político y económico que nos gobernará en el futuro. Hay que participar activamente en esas discusiones y decisiones, debemos elegir a las personas que se comprometan con el futuro que queremos para nuestro país. Pero como ahora como no hay confianza en el sistema electoral, no podemos elegir libremente. Entonces, nos queda construir tejido social, redes de solidaridad y ayuda, difundir y comunicar derechos humanos para tener una juventud consciente de sus derechos y que sea fuerte para resistir o adaptarse a los cambios del porvenir. Eso también es política».


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