«Unas 2.000» piezas de arte fueron robadas del Museo Británico, si bien algunas ya han sido devueltas, indicó el sábado el presidente de la prestigiosa institución cultural, un día después de la dimisión de su director.
En el cargo desde 2016, Hartwig Fischer anunció el viernes su renuncia con efecto inmediato, tras la revelación de una serie de robos en las colecciones del museo a lo largo de años.
En declaraciones a la radio BBC, el presidente del museo, el exministro conservador George Osborne, dijo el sábado que desconocía el número exacto de piezas sustraídas, pero dio «una estimación de unas 2.000».
Aunque «es una cifra muy provisional», agregó.
Entre los artículos desaparecidos, pequeñas piezas no expuestas de la reserva del museo y algunas sin catalogar, se incluye joyería de oro, piedras semipreciosas y cristales de colecciones que abarcan desde el siglo XV antes de la era cristiana hasta el XIX d.C.
Osborne también afirmó que el museo había empezado a «recuperar algunas de las piezas robadas, lo cual supone un rayo de esperanza».
Fundado en 1753, el British es mundialmente conocido por incluir en sus colecciones piezas como Piedra de Rosetta (fragmento de una estela egipcia que permitió descifrar los jeroglíficos a inicios del siglo XIX) y los Mármoles del Partenón.
A mediados de agosto, el museo anunció que había despedido a uno de sus empleados, presunto responsable de los hurtos, y denunciado objetos «robados o dañados». La policía de Londres dijo el jueves que un hombre había sido interrogado, pero hasta el momento no hubo detenciones.
El museo «debe acelerar el proceso que ya está en marcha para establecer un inventario completo», aseveró el presidente de la institución.
La noticia de los robos «dañó la reputación del Museo Británico», lamentó Osborne.
«Creemos que hemos sido víctimas de robos durante un largo período y, francamente, se podría haber hecho más para evitarlo», dijo.