Raphael
foto Archivo

La pandemia no impidió que Raphael volviese por Navidad al principal escenario de Madrid y no con un perfil bajo, sino con un concierto que contó con más de 5.000 personas en el público. El evento, altamente criticado por la asistencia masiva de personas, contó con invitados de primer nivel, como Manuel Carrasco y Pablo López.

Desde que en marzo estas las gradas del Wizink Center de Madrid recibieran a 10.000 personas para disfrutar de Camela, ningún otro evento en España recibió tanto público. Eso sí, se intentó cumplir con todas las medidas y precauciones sanitarias activadas.

«Qué felicidad más grande tenerles enfrente. Esta noche es muy importante para mí y sé que para muchos de ustedes también, que esto empiece a rodar», certificó  el protagonista de la noche. La panorámica del recinto alentaba la esperanza de recuperar la vieja normalidad.

La excusa bien merecía esta puesta de largo: celebrar los 60 años en la carrera de Raphael, un aniversario que hace solo unas semanas motivó el lanzamiento del disco Raphael 6.0. El disco  versiona con dúos de altura canciones ajenas igualmente míticas, como «Resistiré», «Se nos rompió el amor» o el «Me olvidé de vivir» que popularizó Julio Iglesias.

La presentación

Él nunca se olvidó de vivir, precisaba en un charla con Efe el artista nacido como Rafael Martos, que lo que sí ha hecho a menudo durante su carrera es emerger como el «Ave Fénix». En el concierto saltó a las tablas, fiel a su estilo, de riguroso negro pero dando espacio a la fantasía con una chaqueta de lentejuelas.

Tras ese tema atípico extraído de su álbum del mismo nombre publicado en 1992, apostó con doble lectura por el momento que estamos atravesando. El artista no tardó en hacer suya otra de las joyas de su último álbum, «Vivir así es morir de amor», de Camilo Sesto.

Donde no le llega ya la voz a los complejos quiebros y sostenidos de este tipo de canciones hercúleas lo suple la formidable banda que lo acompaña en estas citas. Una quincena de músicos, incluido un cuarteto de cuerda y una sección de viento metal, lo acompañaron.

Cerca de una treintena de temas tuvo oportunidad de escuchar a lo largo de las dos horas y quince minutos de concierto de esta noche. No faltaron sus grandes éxitos, como los potentísimos  «Digan lo que digan» y «Mi gran noche», o como «Yo sigo siendo aquel» y «Estuve enamorado».

Invitados especiales

Entre medias llegó el turno de la primera visita de la velada, Manuel Carrasco. «Yo lo quiero y lo admiro mucho», dijo del superventas onubense, junto al que por primera vez en vivo ha compartido ese citado «Me olvidé de vivir».

Sin dejar de ser Raphael, hubo otras muchas oportunidades de verle hacer suyas piezas de fuera de su repertorio, de fuera de esta parte del mundo. Incluso, como «Vida Loca» de Pancho Céspedes y «Alfonsina y el mar» de Mercedes Sosa.

En algunos casos la celebración fue tanto para la interpretación como para el tema en sí, como sucedió con «Se nos rompió el amor» que se quedó huérfano sin Rocío Jurado. Luego de este tema rindió tributo con «Adoro» a Armando Manzanero, ingresado actualmente por culpa del covid-19.

No ha faltado a la cita Pablo López, que para el último disco le hizo un tema a la medida. En ese tema quiso el malagueño incluir a modo de guiño la base percusiva de «El tamborilero». Un estilo habitual e imprescindible en sus compromisos navideños.

Preocupado por proporcionar un broche de altura, el último tramo comenzó con su colosal «En carne viva», con un apoteósico final.


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