Foto Cortesía

Una flor inspiró a la directora y guionista venezolana Efterpi Charalambidis a escribir la historia de su segundo largometraje, Qué buena broma, Bromelia. La idea de crear un personaje que llevara el nombre de la flor se le ocurrió cuando estaba en el Festival de Cine Venezolano de Mérida, en 2009. Charalambidis presentaba su primera película, Libertador Morales, el justiciero, cuando se fijó en la bromelia que decoraba el lugar. Entonces, comenzó a pensar en palabras similares y de repente se le ocurrió: ¿Qué pasaría si le pasara una buena broma a Bromelia? El resto de la historia lo fue pensando poco a poco hasta dar con la sinopsis de la primera película venezolana que llega a la cartelera en 2022.

La película cuenta la historia de Bromelia, interpretada por Irabé Seguias,  quien desde pequeña ha soñado con encontrar al amor de su vida. Sin embargo, a sus cuarenta años, no se ha casado. Se dedica a confeccionar vestidos de novia en la tienda de su mamá, Rosario, interpretada por la primera actriz María Cristina Lozada. Bromelia pasa sus días cosiendo ajuares, lidiando con el conflicto de ser una solterona mientras sus dos hermanas menores, Violeta y Margarita, interpretadas por Sandra Yajure y Jariana Armas, respectivamente, están casadas y tienen hijos.

“La historia se me ocurrió cuando reflexioné sobre mi situación particular como mujer que ya había pasado los cuarenta años. Pensé en mis amigas contemporáneas. Se me ocurrió crear un personaje que estuviera en ese momento de su vida donde hace un recuento de quién es y lo que ha logrado. Allí surgió la premisa: Bromelia, la protagonista, se siente sola. En su cuadro familiar es la única que no está casada ni tiene hijos”, comenta Charalambidis.

Un día aparece en la tienda de vestidos Pedro Cedeño, un vendedor  de telas interpretado por Rolando Padilla. Luego de hacer negocios con él, Bromelia se enamora y cree que es el amor que tanto ha anhelado. Pero Pedro demuestra que no es el compañero de vida que ella esperaba; y la noticia de su embarazo de un niño con síndrome de Down desarma sus sueños de mujer feliz. Bromelia se ve entonces en una situación que exige un cambio de rumbo, un tipo de vida que no esperaba y que desafía sus valores.

La maternidad y el rol de las mujeres

Uno de los temas que más le interesó abordar a la directora fue la maternidad a edad avanzada. Después de los cuarenta años, explica, el reloj biológico comienza a alertar a las mujeres que ya no pueden tener hijos. Es una edad, además, en la cual las estadísticas apuntan a una mayor probabilidad de  tener un hijo con condiciones especiales.

En la película, Bromelia se enfrenta a su madre y a sus creencias para dejarle un mensaje a las mujeres: no necesariamente hay que casarse y tener hijos para sentirse realizadas. “Quizás ese es un cuadro al que nos hemos acostumbrado. La misma Bromelia se enfrenta a eso, tiene ese deseo por dentro y quiere materializarlo, ya sea de la forma más clásica o de otra más rebelde. Como mujeres a veces tenemos ese mismo deseo, queremos tener hijos pero, ¿qué pasa si no los tienes de la manera más tradicional? ¿Hay otras opciones? ¿Adoptarías? ¿Considerarías que no necesariamente necesitas tener hijos para sentir que cumpliste tu misión en esta vida?”, reflexiona la directora.

Que buena broma Bromelia
Poster de la película | Foto Cortesía

Qué buena broma, Bromelia invita a las mujeres a reflexionar sobre su rol en la sociedad y transmite un mensaje feminista en cuanto muestra la inconformidad del personaje ante las expectativas que le impone su familia. “Nos habla de una necesidad de la mujer de buscar su propia vía de independencia y autodeterminación lejos de las expectativas que puede tener el entorno. Digamos que Bromelia es el reto de atravesar ese proceso y lo que veremos en la película es si lo logra o no y cómo lo hace”, afirma Charalambidis.

Casting de las flores

Irabé Seguias hizo un casting para el primer cortometraje de Charalambidis, El chancecito (2002),  reconocido  con el Premio New Line Cinema a la Mejor Dirección. Desde entonces, surgió una bonita amistad entre ambas. Aunque cuando escribió la historia de Bromelia no necesariamente estaba pensando en la protagonista, a la directora sí le vino a la mente su imagen como el personaje.

“Cuando finalmente consolidé el guion, después de mucho pensarlo, se lo llevé y le propuse el papel. Ella, muy emocionada, aceptó. Los demás actores los conocí y llegaron al proyecto luego de invitarlos a participar en el casting, audiciones y presentaciones que hicimos a través de la directora de casting Juliana Cuervos”, cuenta.

Que buena broma Bromelia
María Cristina Lozada como rosario | Foto cortesía

A los demás actores del elenco los conoció en el casting, en el cual Irabé Seguias participó y tuvo un importante peso la relación que surgió entre ella y los candidatos. Además de esto, la directora se enfocó en qué tan bien los actores captaban la esencia de los personajes que, en el caso de las hermanas de Bromelia y la mamá, están inspirados también en flores.

“Empecé a ponerles nombres a las hermanas de Bromelia pensando en las flores que me gustan y basándome en la personalidad de los personajes. Me venía a la mente el nombre de la flor y el color, eso me sirvió de punto de partida para componer al personaje. Por ejemplo, Rosario que es la mamá, es la rosa y flor por excelencia. Un ramo de rosas nunca es rechazado. Es la flor clásica, la flor reina. Margarita, una de mis flores preferidas, tiene dulzura y delicadeza, es una flor que puede ser la flor de las niñas, tiene inocencia. Luego pensé en Violeta, que es más sobria, formal y elegante”, comenta.

Margarita una de las hermanas de Bromelia | Foto Cortesía
Violeta, la otra hermana de Bromelia | Foto Cortesía

Y agrega: “Y Bromelia es muy particular, es una planta que da flor y tiene sus propios procesos y temperamentos. Cuando da flor es una explosión maravillosa. No es la típica flor que regalan. Me gustó mucho para el personaje principal, es una flor incomprendida. Las bromelias son hermosas, pero tienen sus dificultades y no gustan a todo el mundo, como la protagonista”.

Hubo otros castings que, para Charalambidis y el resto del elenco, fueron muy especiales como el de Matías Mejías para el personaje de Benito, el hijo con síndrome de Down de Bromelia y el de Petunia, la perrita. “Fueron un proceso aparte. A Petunia, que se llama Aria en la vida real, la conseguimos en la escuela de obediencia canina ABC Brenda Razzeto, que nos mostró la foto y quedamos enamorados de ella”, revela.

Petunia, la perrita de Bromelia en Qué buena broma, Bromelia | Foto Cortesía

Cine venezolano en pandemia

Qué buena broma, Bromelia, terminó de filmarse en 2018. Sin embargo, no fue sino hasta este 2022 que la cinta llegó a las salas. Comenta Charalambidis que una película venezolana normalmente tarda, en promedio, 2 años en estrenarse porque en el país no hay el aparataje que tienen otras industrias. “Cuando yo rodé en 2018 preveía que en un año y medio estaría lista la cinta. Se nos prolongó el tiempo por el tema económico, luego tuvimos que enfrentar la realidad un poco difícil de Venezuela. Estábamos listos para 2020 cuando surgió la pandemia”, explica.

La pandemia llegó después de superar lo más difícil del rodaje: los recursos económicos. Ya para 2018, cuenta la directora, había una hiperinflación fuerte en el país. El rodaje fue una carrera constante para rendir el dinero de la manera más efectiva y al mismo tiempo solventar baches económicos. “En ningún momento paramos de rodar. Eso fue una de las cosas más difíciles, pero siento que fluyó de una manera muy hermosa. Fue muy placentero y armónico. Estoy muy agradecida por esa experiencia, porque para mí fue de mucho disfrute y nos dejó a todos con una sensación de mucho agradecimiento”.

Que buena broma Bromelia
Bromelia, Pedro y Rosario en Qué buena broma, Bromelia | Foto Cortesía

Al reto económico que supuso filmar la cinta, uno de los aspectos más difíciles del rodaje, la producción de la película se tuvo que enfrentar a la cuarentena por covid-19. “Tuve que mandar archivos para la banda sonora desde la distancia. No podíamos vernos en el estudio, estábamos limitados. Tuvimos que esperar. Todo eso hizo que se retrasara y después tuvimos que esperar el mejor momento para estrenar en cines, que estaban a penas reabriendo y tenían películas pendientes. Finalmente, llegó el estreno en el que creo es un buen momento, seguimos con la pandemia, pero estamos más maduros con el tema del virus”, opina.

¿Industria en Venezuela?

Aunque a  Charalambidis, quien tiene un máster en Artes Cinematográficas de la Universidad de Columbia, en Nueva York, no le parece correcto hablar de una industria del cine en Venezuela; considera que en el país se puede hablar de una producción nacional. La industria del cine es una expectativa creada al comparar las producciones cinematográficas del país con la de otros países que tienen mayor tradición.

“Hemos tenido producciones nacionales que no son para nada despreciables, incluso se han vuelto íconos en el cine mundial. Yo creo que es un buen momento para pensar en estos 125 años del cine. Somos los que damos fe de que el cine no muere en Venezuela. Aunque no tengamos las misma capacidades que en el pasado, siento que las instituciones nunca han dejado de apoyar. Creo que podemos lograr seguir adelante”.

Bromelia con Petunia | Foto Cortesía

La cineasta, quien actualmente trabaja en otros proyectos de largometraje de ficción que giran en torno a temas de familia, considera que el venezolano está deseoso de ver su propia historia en la pantalla. “Sé que el venezolano quiere ver historias contadas por nosotros y para nosotros con talento venezolano, cine hecho y rodado en Venezuela, en sitios emblemáticos de Caracas. Qué buena broma, Bromelia es así, es una historia  hablada en nuestro lenguaje,  con nuestro acento y con personajes con los que el público se sentirá identificado”, comenta.

Y concluye: “Mi historia no es una imposición. Pero los invito a verla porque tiene un abordaje que va a hacer reflexionar al espectador sobre temas que nos incumben como sociedad en general. Se habla de la mujer y su deseo de realizarse; hablamos de la otredad y de la aceptación del otro; hablamos del respeto a los animales, hablamos de temas que nos incumben y preocupan. Siento que es una película que dejará algo más que un simple drama, dejarán una reflexión y un debate sobre esos temas”.


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