Naya Rivera
Familia de la actriz Naya Rivera logró un acuerdo en demanda tras su muerte.

Poco antes del fatídico desenlace que terminó con la vida de Naya Rivera en la tarde del 8 de julio de 2020, cuando decidió nadar en las aguas del lago Piru, en las afueras de Los Ángeles, mientras se encontraba en un bote de alquiler junto a su hijo Josey, la actriz mantuvo una última conversación con su padre que éste define hoy como «desgarradora».

En una entrevista exclusiva con la revista People, George Rivera, de 64 años de edad, recuerda cómo fueron aquellas horas de angustia previas al incidente.

«Ella quería ir a nadar con Josey en medio del lago», dijo, y cuando su hija mayor le informó por videollamada que la embarcación no tenía ancla, su padre, que estaba tomando un descanso de la remodelación de su casa en Knoxville, Tennessee, se dio cuenta instantáneamente de que zambullirse en el lago para nadar era una mala idea.

«Pude ver que soplaba el viento y mi estómago se encogía», recuerda George, que es además un experimentado navegante. «No dejaba de decirle: ‘¡No salgas del bote! ¡No salgas del bote! Se alejará cuando estés en el agua».

Después de unos tres minutos, la llamada se cortó. «Fue simplemente desgarrador», dice George, quien se quedó mirando la captura de pantalla que tomó de su hija con gafas de sol y una gorra de béisbol sonriendo bajo un cielo azul brillante.

Naya Rivera

«Tenía un mal presentimiento que me estaba matando», recuerda. A las pocas horas de aquella última comunicación, el mal presagio se hizo realidad. A Josey, que tenía 4 años en ese momento, lo encontraron dormido en el bote alquilado mientras flotaba y Naya, quien saltó a la fama interpretando a Santana López en la serie Glee, había desaparecido.

El cuerpo de la actriz de 33 años fue descubierto flotando en una sección remota del lago cinco días después por buzos de búsqueda y rescate del condado de Ventura. Más tarde se confirmó que Rivera había muerto por ahogamiento accidental.


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