Una Handycam, Indiana Jones y un anhelo. Así comenzaría a trazarse la historia de un pequeño Nuno Gomes que, con apenas 9 años, pretendía dirigir a su grupo de amigos del colegio en su primer largometraje. El patio de su edificio, un set de película, según él, auguraba que los malabares y las aventuras del legendario arqueólogo interpretado por Harrison Ford fueran imitados con altura. Con nivel.
¿Quién diría que, dos décadas después de aquellos recuerdos, había logrado todo lo que inconscientemente manifestó entre juegos?
Más de 315 videos musicales, nominaciones al Grammy, cientos de reconocimientos, 2 series de televisión en Disney y planes de hacer cine en Hollywood, de esto último muy pronto, están escritos en su hoja de vida. Pero más aún lo está su visión de permanencia. Perpetuidad. De devolverle a una Venezuela que le ha dado todo lo que ha aprendido entre grandes fracasos y lecciones. De exaltar el talento y construir un legado, algo que consiguió gracias al encuentro de Dirección y Producción Audiovisual, realizado en la UCAB en febrero de 2024 y cuyo producto final fue descrito como un hito.
Nuno Gomes, gracias a un equipo valioso de aliados y en medio de 700 estudiantes, hizo un videoclip en 3 horas, que incluyó un plano secuencia de un minuto y medio filmado en hora y media. Algo nunca antes hecho en la historia de la música de Latinoamérica, dice.
Llamada «Camila», la canción fue compuesta por una joven artista valenciana llamada Cinthia Daniela quien, en medio de un centenar de talentos criollos, cautivó al director venezolano gracias a la simpleza de las cuerdas de una guitarrita, una voz un tanto quebrantada y un audio casi imperceptible que se hizo desde un dispositivo con más años que la misma autora. El impacto fue tan profundo, tan suficiente, que este 10 de marzo se hará oficial el lanzamiento del tema.
El hacedor de éxitos
El que alguna vez pensó que dirigir video musicales era para hippies y que jamás haría sino uno, el de su amigo Víctor Drija por allá por 2013, ya no es el mismo.
Hoy, con un gran número a cuestas que no paró después de la realización del primero, está de regreso en el país. «Pasaron 6 años y también muchas cosas. El venezolano ha cambiado y su espíritu de lucha es aún más loable del que recuerdo», señaló. «Me sigue conmoviendo la capacidad que tiene de echarle bolas, sin miedo».
Miami ha sido su realidad desde que salió de Caracas por motivos en los que prefiere no indagar. No obstante, el reencuentro con la capital le sirvió para afianzar su más reciente objetivo: capacitar, entrenar y educar a quienes estén dispuestos a aprender el oficio de las artes audiovisuales en el país.
«Aprendí todo en la UNDC», subraya, deletreando a la inexistente Universidad de la Calle. Y explica los desaires a los que les hizo cara siendo un adolescente de ojos azules a los que sus pares creían un «palanqueado».
Gran parte de sus primeros años, indica, se bandeó entre ser pasante de producción, runner (o asistente de producción), productor de campo y productor (ambos distintos), saltar al departamento de arte, ser utilero y luego director de arte; escribir, revisar sonidos y dirigir, y más. Con esto, explica que todo lo que ha hecho en estos 20 años de experiencia profesional se compactó en un taller que impartió para 700 personas que sueñan con dirigir, como lo está haciendo él, pero no tienen los recursos económicos y tampoco cuentan con el material necesario para su formación. Algo a lo que, paradójicamente, Nuno tampoco tuvo acceso en su momento.
Este 2024, entonces, fue la sexta vez que Gomes colaboró con las plataformas Amo ir al Cine y Pabilo Digital Agency para darle cabida a la enseñanza de su obra. Ocho horas académicas en las que se abordaron temas como la conceptualización de un video musical y la producción de comerciales, sus etapas y modismos, y presenciar en vivo el rodaje de un videoclip en el set.
Para esto último, de hecho, hicieron una convocatoria a nivel nacional llamada Ponme el tema y yo pongo el video. De esta manera, regalarían un videoclip gracias a la masterclass. 120 personas alrededor del país, con diferentes géneros musicales y talentos, se postularon. «Aquí hay demasiado talento. Es impresionante», reiteró tras la experiencia Gomes.
Y a pesar de lo difícil que fue escoger al ganador, Cinthia Daniela, con su tema «Camila», se robó el corazón de Nuno y su equipo. Víctor Drija se involucraría después, así como sonidistas, arreglistas y editores musicales de renombre quienes querían formar parte de la experiencia.
«Debíamos rendirle tributo a la artista y cumplir nuestra promesa». Y lo consiguieron.
Camila se hizo un lugar en la historia
El 24 de febrero sucedió la magia. Dejó atrás a quienes quisieron cobrarle entre 15 y 20 mil dólares por prestarle un espacio; a aquellos que pretendían hacer negocios en vez de enfocarse en el altruismo; a los no creyeron que sería lo que fue. Consiguieron, así, «un gentío –entre marcas, amigos y expertos– que se sumó desde el corazón sin buscar nada a cambio. Fue conmovedor porque gran parte de lo recaudado fue a beneficio de la Fundación Amigos del Niño con Cáncer en su 40 aniversario», comentó.
Lo que coronó el día fue la creación de un video musical que exaltase el trasfondo de «Camila» el tema de Cinthia. «Ahí mismo decidimos entonces hacer un plano secuencia en vivo. Estaba dando clases y conseguimos un producto que hoy día no existe en más ningún otro lado, sino en Venezuela. Es el primer video en Latinoamérica con estas características y que, además, terminó siendo editado ahí mismo», afirmó el director.
Lo que se vivió luego de aquel acontecimiento, entre aplausos, lágrimas y sonrisas, fue –cataloga Nuno– el mejor momento de su vida después de su boda.
Este miércoles 10 de marzo, en las salas de Cinex, revivieron el momento en un encuentro para lanzar oficialmente el fruto que resultó de aquel 24 de febrero cuando decidieron hacerle frente a las adversidades. Junto a Drija, quien colaboró en la canción y la misma Cinthia, darán inicio a una nueva carrera y pondrán en la palestra lo que ocurre «cuando el amor por el gremio audiovisual se junta».
Nuno Gomes: videos no. Cine sí
Lo logró. Nuno Gomes consiguió la oportunidad de los huevos de oro. Al fin. «Siempre quise hacer el crossover de los videos musicales a la ficción», relató, y pronto, más de lo que se cree, podría verse su nombre en la secuencia de director en la pantalla grande. Así como uno de los ídolos, David Fincher o su gran inspiración, Steven Spielberg.
No deja de darle gracias a Papa Dios, como lo llama con cariño, porque gracias a la cantidad exorbitante de videos musicales que realizó los últimos 6 años de su vida, su futuro se cimentó.
En el camino, no obstante, cerró su compañía, Compostela Films and Arts. Habiendo colocado el nombre de Venezuela fuera del mapa y ganando tantos reconocimientos, ya había cumplido el cometido que se prometió a los 14, estando en el colegio, cuando la fundó para contar historias. Hoy, tanto él como su exsocia, caminan senderos distintos.
El de él, reitera, es hacer ficción. Además, en el ínterin y entre tantos cambios, se casó con Fabiola. Momento que llegó a su vida como una bendición sin haberlo buscado y que, según cuenta, le sirve de inspiración para no perder el rumbo.
Actualmente, freeelanceando como director, está tocando puertas, evaluando opciones y cuidando su salud mental, algo que no le había pasado factura sino hasta hace algunos meses cuando un ataque de pánico le quitó la respiración. Creyó que moriría in situ.
El crecimiento que le dejó ese acontecimiento fue el empujón definitivo para ir directamente a lo que siempre fue su norte: la pantalla grande.
“Tengo muchas cosas guardadas en el corazón desde hace mucho tiempo y es el momento de convertirlas en un largometraje”
El cine, desde siempre, ha sido todo para él. Desde que ganó la beca en el Instituto de Cine y TV de Venezuela. O cuando su cortometraje Con sabor a helado ganó en 2008 el Kodak Film School Competition Venezuela. O se hizo acreedor del Premio Cine Átomo del Festival de Cine de Mérida con Pasos.
«Nunca quise ser catalogado solamente como un director de videoclips y hoy estoy caminando el sendero de poder filmar lo que quiero filmar. Es una bendición», señala Gomes.
A pesar de esto, manifiesta que por muchos años llegó a pensar que los zapatos de director de cine le quedarían muy grandes. «No pensé estar preparado. Siempre me ganaba la partida el síndrome de impostor. Me creía un tonto porque solo estaba dedicándome a hacer videos de reguetón. Ese era mi destino, según yo».
«Pero con todo lo que he vivido, las conversaciones que he mantenido y el llanto que he llorado, tengo la verdadera oportunidad de poder verdaderamente expresar quién es Nuno Gomes como artista», dijo.
La letra chiquita
Por temas de confidencialidad no puede decir abiertamente con quién está conversando, pero su entrada a Hollywood, se está cocinando desde hace tiempo.
«Estamos evaluando tiempos, oportunidades y cuáles son los beneficios en este momento de mi carrera», dice. «Ofertas siempre habrá para todos nosotros, pero hay que contemplar qué es lo que te hará bien verdaderamente: cuál realmente quieres y cuál realmente necesitas. Uno quiere muchas cosas, ¿pero realmente son las que necesitas para llegar a donde sueñas llegar? Esa es la cuestión», explicó.
Está, entonces, quitando un poco de corazón de la ecuación y apostándole más al pragmatismo. Y sigue, además, evaluando cómo aprovechar esta oportunidad pues «si la primera sale mal, te juzgarán toda la vida por ello».
«Como no he hecho mi primera película, no quiero dar un paso en falso. Por eso me ha tomado tanto tiempo subirme a la palestra. La emoción de Hollywood es real, pero cegadora. Todo tiene cláusulas en este proceso. Conozco muchos casos de talentos increíbles, que están jodidos por no prestar atención», relata.
La gente lo confunde con soberbia o lentitud, enfatiza. «Tal vez, hasta con estupidez, pero me tomo muy enserio en lo que hago y lo que me ha costado llegar hasta aquí. El norte no es una carrera de 100 metros planos; es un maratón, es ver quién aguanta más hacia la recta final. Y en eso estamos».
Recordó, también, que «todo tiene un precio en la vida que depende de lo que estés dispuesto a ceder para poder ganar». En cada contrato «hay una letra chiquita» a la que se le debe prestar atención. «¿Qué tanto estás dispuesto a no ganar sabiendo que no vas a ceder para no dejar de ser quien eres? Toda mi vida me han ofrecido shortcuts y nunca los he tomado; lo que me ha tomado es tiempo decir estas palabras».
¿Se acabaron los videos musicales para Nuno Gomes?
Un no rotundo se asoma ante la posibilidad. «Siempre han sido parte de mi ADN, es el mejor drenaje artístico que puedo tener. Son proyectos cortos, precisos, directos. Donde logro explorar géneros audiovisuales que no había podido tocar. Son un músculo narrativo importante que siempre estoy ejecutando«, confesó.
Pero por ahora, también está tratando de tomar la decisión de hacerlos en base a lo que beneficie su tiempo a nivel emocional.
«Acabo de hacer un proyecto (el taller) que me alimentó el alma. En un transcurso de dos años he venido haciendo eso. En vez de pensar en el ego, en el bolsillo, el prestigio y la fama, me nutre mucho más que me alimenten la vena artística, que lo que me ayudan a nivel financiero», declara. Sin embargo, sabe que hay que mantenerse, ser relevante y, por supuesto, pagar las cuentas.
En este momento de su vida entiende que llega el momento de que surfear la ola tanto tiempo, no es lo ideal; sobre todo si llegan otros que, como él pero mucho más jóvenes y disruptivos, aportan nuevas visiones. «La generación de relevo ahorita es increíble y tengo claro que mi estilo es muy distinto a la realidad. Hay que ceder la batuta», recalcó.
«Hay nuevas voces que debemos escuchar. Tenemos que ver, disfrutar y compartir»
Quiere que le quiten el trabajo, enseña a las nuevas generaciones a ser mejor que él por eso. «Quiero que sean merecedores del éxito por meritocracia, no por palanca, amiguismo, chanchullo. Trato en serio de inspirar una competencia sana. Gracias a Dios mi padre y mi madre criaron a un buen muchacho«.
Se siente feliz de esa manera. «Ya viví ese momento de cúspide de los videos musicales. No estoy diciendo que no los haré o que me siento obsoleto; para nada, tengo muchas historias aún por contar y muchos colaboradores con las que hacer cosas grandes. Pero quiero comerme ahora el mundo a través del cine«.
Nuno Gomes sueña inmenso: Marvel, Star Wars o Bond, esta última, su franquicia favorita. «Mataría por hacerla y convertirme en el primer latino en dirigirla. Espero que se me cumpla».