Ricardo Montaner afirmó que después de que Venezuela fuera uno de los principales exportadores de música en los años ochenta, ahora tristemente dejó de producir porque la gente está enfocada en otros problemas. “Venezuela está preocupada por comer, entonces es muy difícil encontrar a alguien que te haga música cuando tienes el estómago vacío”, dijo.

Recordó que durante los años ochenta Venezuela se había convertido en el país latinoamericano que más música exportaba, pero empezó a cambiar a finales de los noventa. Ya a mediados de esa década, mencionó, era tal la piratería que la industria nacional empezó a decrecer. Aseguró que el problema de la industria musical se agravó con los cambios políticos. 

“En los noventa el proceso político que vivió el país, el proceso social, empezó a dar menos paso a la expresión musical popular y hoy literalmente es nula, salvo los artistas venezolanos que se fueron a trabajar a otros países, que están tratando de hacer cosas. Hay muy buenos compositores que están radicados en Miami, por ejemplo”, señaló.

En la oleada reguetonera 

Con la misma esencia musical que siempre lo ha caracterizado, Montaner experimenta con su disco Montaner en una nueva faceta como es el género urbano, con invitados especiales como Farruko, J. Balvin y Nicky Jam.

El cantautor convierte el género urbano en poesía, al contrario de cómo lo hacen varios de sus colegas, que prefieren decir las cosas de manera directa en una canción.

«Sigo escribiendo tal como lo he hecho siempre, con las mismas líneas poéticas, no he variado para nada en mis canciones de este álbum… no peco ni de directo ni de audaz, aunque yo sí considero que mis letras en su momento fueron audaces…”, indicó. Y como ejemplo puso la canción “Bésame”: “Si la lees entre líneas, te das cuenta de que es una canción muy erótica, pero hay formas de decirlo que a la persona le suena agradable, que lejos de ahuyentarla la acepte”.

Considera que al final hay para todos los gustos, y él solo está proponiendo su propio estilo, que habrá gente a la que le agrade y otra a la que no: “Cada quien dice las cosas como quiere, yo propongo unas letras para que un enamorado se las diga a su pareja, pero siempre hay el que prefiere ir al grano y ser directo, quizás a su enamorada le guste eso… o no”.


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