bachata dominicana
Foto Archivo

La bachata dominicana superó la discriminación y el silencio impuesto por décadas de dictadura. Con letras que se pasean entre el romance y el desamor, se consagró el miércoles como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

«Es una música muy ligada a la alegría no solamente de un pueblo como el dominicano sino de toda una región que así lo asimiló con su apoyo», dijo el delegado de República Dominicana tras el anuncio del comité de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

La declaración se dio luego de un álgido debate entre los delegados, varios de los cuales no consideraron que el ritmo cumpliera con algunos criterios para ser Patrimonio de la Humanidad.

Algunos cuestionaron que alrededor del género no hay suficiente participación de la comunidad y alertaron de su sobrecomercialización.

La bachata acompaña así en el prestigioso listado a su hermano, el universal merengue, presente desde 2016.

«Durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961), la bachata era reprimida y relegada a los estratos más bajos. Mientras que con la muerte de Trujillo, su popularidad se acrecentó y comenzó a escucharse abiertamente en diferentes entornos públicos», dijo Xiomarita Pérez, consultora folclórica y especialista en bailes.

La bachata es un ritmo que evoca la sensualidad en el baile, logrando su particular cadencia con instrumentos de percusión y cuerdas. Destacan la guitarra, la güira, el bongó y el bajo.

Evolución

El barítono José Manuel Calderón  es uno de los precursores de la bachata y grabó sus dos primeros temas, «Borracho de amor» y «Condena» en 1962, tras la muerte del dictador.

Se le conoce como «Rey de la bachata» por las letras de sus canciones y su inigualable voz. Entre sus éxitos se encuentran «Luna y «Sálvame».

Rafael Encarnación, muerto en un accidente de tránsito en 1964, también es reconocido como otro de los pioneros. «Muero contigo» y «Pena de hombre» se contaron entre sus éxitos.

Pérez explicó que fue hacia finales de los años 80 cuando se reconoció la alta calidad musical y rítmica de la bachata, logrando traspasar las fronteras de la isla caribeña.

La expansión del género es mérito de artistas como Juan Luis Guerra, quien puso a millones a tararear canciones como «Burbujas de amor», «Estrellitas y duendes» y «Bachata rosa”».

«Juan Luis Guerra la internacionaliza, comercializándola, y eso fue un boom», agregó Pérez, refiriéndose al artista dominicano ganador de numerosos premios, entre ellos 21 Grammy Latinos.

Nuevas generaciones

«Ahora, muchos cantantes y compositores la recrean con un sonido más rápido, lo que cambia la forma de bailarse; mientras artistas como Romeo Santos y Prince Royce cantan bachatas más suaves y sensuales», indicó Pérez.

Las mujeres también se apoderan del género. Muestra de ello es el trabajo de Leslie Grace, de padres dominicanos. La influencia del género puede apreciarse, por ejemplo, en su tema «Cómo duele el silencio».

La Unesco recibe anualmente cientos de candidaturas de los 178 Estados que ratificaron la convención, pero acepta considerar menos de 50.

Si bien el ingreso en esta lista les da un sello distintivo, la declaratoria es solo la parte más visible del proceso, cuyo objetivo es la protección de la diversidad cultural frente a la globalización.


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