Mohammad Rasoulof
Sameer Al-Doumy / AFP

El director iraní Mohammad Rasoulof conmocionó al festival de Cannes este viernes con su película en competición The seed of the sacred fig, un homenaje a la resistencia del pueblo iraní y en especial a sus mujeres.

Fue uno de los estrenos con más suspense que se recuerden en el festival de la Croisette, con la presencia en la sala Lumière del propio cineasta, de 51 años, que huyó a pie de su país, donde había sido condenado a cárcel y a recibir latigazos.

El estreno supone un vuelco en las apuestas por la Palma de Oro, que hasta ahora lideraba, según buena parte de los críticos, Emilia Pérez, un musical en español ambientado en México, rodado por el francés Jacques Audiard.

Mohammad Rasoulof
Foto AFP

Escenario más conocido por su desfile diario de estrellas y frivolidades, Cannes sabe sin embargo convertirse en una plataforma política mundial cuando las circunstancias lo requieren.

The seed of the sacred fig (La semilla del higo sagrado en su título provisional) fue rodada en Irán de forma clandestina, con actores y un equipo que en gran parte se quedó en el país y que ahora corre serio peligro, alertó el propio director.

Narra la historia de un recién ascendido juez de los tribunales revolucionarios islámicos, los más temidos del país, y de su esposa y dos hijas.

La película, que Rasoulof acabó de montar hace muy poco, se inserta desde el primer momento en la realidad actual de Irán.

Desde la muerte en septiembre de 2022 de la joven Mahsa Amini, de 22 años, detenida por presunto desacato de las estrictas normas de vestimenta de la República Islámica, el país vivió multitudinarias manifestaciones duramente reprimidas, con un saldo de centenares de muertos y miles de detenidos.

Mohammad Rasoulof
Foto AFP

La película utiliza ese telón de fondo para desplegar, en 2 horas y 45 minutos, la angustiante historia de este juez, Imán, atenazado por las exigencias represivas del régimen y la progresiva toma de conciencia de sus dos hijas ante lo que está sucediendo en las calles.

Cuando el arma que utiliza el juez para su protección personal desaparece, el drama se precipita.

Rasoulof es un director que ha abordado en numerosas ocasiones los temas controvertidos de la sociedad iraní, como la pena de muerte o la condición de las mujeres.

El director recurre a las imágenes brutales que circulan desde hace dos años en las redes sociales iraníes, de manifestaciones, palizas policiales y detenciones masivas, hasta convertir la película en un vibrante homenaje a la valentía de los manifestantes.

El cineasta decidió abandonar su país poco después de ser condenado a ocho años de cárcel, de los cuales cinco en firme, y a recibir latigazos por «colusión para atentar contra la seguridad del Estado».


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!