Desde niña la vida la ha ido llevando a los escenarios, como pianista, cuentacuentos, luego como modelo y ahora como animadora. Cuando se convirtió en Miss International, en el 2018, Mariem Velazco no imaginó que haría carrera en los medios de comunicación.

A pesar de que muchas cosas han cambiado en estos tres años, asegura que aún es la Mariem que a veces es muy tímida detrás de cámaras, pero la que cuando está en el escenario entra en un personaje que, sin intenciones de creerse alguien más, se llena de confianza.

«Soy una chica tímida, aunque me considero una persona bastante abierta; soy muy seria, muy parca, muy tranquila, pero cuando llego a un escenario hay algo que me hace sentirme con la confianza de pararme y dar lo mejor de mí», dice la joven de 22 años de edad.

Además, reconoce que mientras crecía en el Tigre, estado Anzoátegui, nunca pensó en participar en el Miss Venezuela. Por el contrario, fue una joven que estuvo muy cerca del deporte porque su papá era deportista, y muchas veces era su entrenador. En ese época, recuerda, fue feliz.

«También estuve muy cerca de las artes, como cuentacuentos y como estudiante de música. Eso hizo de mi infancia una muy feliz. Creo que la vida me ha ido llevando poco a poco a esto, pero de alguna manera me lo demostró cuando era pequeña. He estado en escenarios como pianista, como solista, como cuentacuentos, actuando, y me gustaba la sensación que generan los escenarios, los nervios, la emoción de ver al público. Cuando tenía 15 años el mundo de los concursos de belleza y el modelaje empezó a llamarme la atención, y ahí fue cuando incursioné en esto. Entonces sí; yo creo que la vida poco a poco me ha llevado a esto, y he descubierto facetas de mí que desconocía, que realmente disfruto, y de las que me encanta aprender».

Al hablar de su infancia y su familia, Mariem expresa admiración por sus padres. Lamenta que su papá no pueda ver todo lo que ha ido logrando. Murió por covid-19 en diciembre de 2020, un tema del que todavía le cuesta hablar. Pero la motiva y mantiene de pie saber que él está orgulloso del trabajo que hace.

Un acontecimiento que también le ha hecho meditar. Su vida, sus planes cambiaron. «¿Quién soy?, ¿quién era?, ¿adónde voy?. Más o menos esas han sido mis preguntas durante el año, sobre todo después de haber perdido a mi papá. Me ha tocado replantearme mi vida; no porque él ya no esté, sino porque empiezas a ver la vida distinta».

Entre esos nuevos proyectos, Mariem Velazco tiene ahora la oportunidad de ser la animadora oficial del Miss Venezuela. Y aunque cuenta con grandes referentes como Maite Delgado o Carmen Victoria Pérez, espera mostrarle a los venezolanos su propia esencia. Para ello, asegura, se ha preparado con el fin de hacer un buen trabajo.

«La noticia me contentó muchísimo. Fue una sorpresa. Como ya había participado en dos ediciones, de alguna manera esperaba con ilusión que eso se diera. No tenía ni una pequeña pista de que eso iba a pasar, hasta que me llamaron», expresó Velazco. «Estoy muy agradecida por la oportunidad, para mí el show del Miss Venezuela es parte de la historia de los venezolanos, y formar parte de sus filas de animadoras después de grandes figuras como Carmen Victoria Pérez y Maite Delgado me hace una ilusión increíble y me siento muy orgullosa de poder estar ahí».

Es una mujer exigente, pero entiende que la perfección no existe. Tiene claro que se puede intentar ser perfecto, aunque en el camino habrá muchas equivocaciones que le dejarán enseñanzas. «Las veces que me he equivocado me han ayudado a corregir. Es parte del proceso entender que tanto las equivocaciones como los aciertos te hacen quien eres. Creo que soy alguien que sabe aprender de sus aciertos y de sus errores».

—Después de grandes figuras como Carmen Victoria Pérez y Maite Delgado, ¿qué sientes en este momento al saber que estarás al nivel de ellas?. ¿Es un compromiso?

—Sí, sin duda. Siempre he sido una persona bastante autoexigente. En casi todas las cosas que he hecho en mi vida me he exigido un poquito, otro poquito, y un poquito más. En este caso yo las tomo a ellas como ejemplo para ver sus grandes participaciones, mas no para querer ser como ellas, porque cada quien tiene su esencia. Creo que esta edición me sirve para continuar buscando la mía como animadora y encontrarme, aunque ya estoy bastante clara de quién soy. Es un camino que se aprende con la práctica y con la experiencia. Esta es mi tercera vez; y aunque voy a seguir siendo yo misma, seguiré aprendiendo de estas grandes figuras.

—¿Sientes que queda algo de la Mariem que fue Miss International? ¿Durante estos años has cambiado? ¿Qué queda de aquella Mariem en esta nueva presentadora?

—Me gusta la pregunta, porque me pusiste a pensar (risas). Creo que sí, queda mucho. Queda la Mariem que a veces es muy tímida detrás de cámaras, pero que cuando está en el escenario entra en un personaje que, sin intenciones de creerse alguien más, se llena de confianza y una presencia que a veces siente que no tiene en el día a día. Eso es algo que descubrí de mí cuando participé en el Miss Venezuela y en el Miss International. A pesar de ser una chica tímida, aunque me considero una persona bastante abierta, soy muy seria, muy parca, muy tranquila; pero cuando llego a un escenario hay algo que me hace sentirme con la confianza de pararme y dar lo mejor de mí. A veces hace mucha falta estar allí para recordarlo, y creo que este 28 de octubre será una buena oportunidad para hacerlo.

—¿Cómo pasas de estudiar Ingeniería Geofísica a Estudios Liberales, y ahora a ser animadora? ¿Cómo logras combinar esas tres facetas de tu vida?

—Creo que tienen mucho que ver. Cuando comencé con Ingeniería Geofísica era una niña que no estaba tan segura de lo que quería hacer, a pesar que toda la vida pensé que estaba muy clara hacia dónde iba. De adolescente estaba clarísima que lo mío era estudiar música. Luego, gracias a un test de aptitud académica, descubrí que mis habilidades matemáticas eran muy buenas. Por eso quise estudiar en la Universidad Simón Bolívar; así fue como quedé en Ingeniería Geofísica.

Pero en ese transcurso, llegó la oportunidad de participar en el Miss Venezuela. Entonces pausé mi carrera por dos años. En esos dos años descubrí que mi pasión es realmente la historia, las ciencias sociales, la diplomacia. Todo fue gracias a las oportunidades que me dio el Miss International. Muchas de las actividades eran visitar a ministros y de relaciones públicas. Siempre estuve clara de lo que quería. Pero no había conocido la carrera que me atrapara y que englobara completamente todas las cosas que me gustan.

Alguien me comentó sobre Estudios Liberales. Ahí fue que decidí que realmente esto era para mí. Además, la animación me da la destreza que necesitaré para exponer todos los temas, cuando en algún momento me dedique a ejercer mi carrera.

—¿Cómo era Mariem de niña? ¿Fuiste feliz en tu niñez?

—Nací en San Tomé, una pequeña ciudad petrolera a las afueras de El Tigre, en el estado Anzoátegui, pero me crié y viví en El Tigre. De pequeña estuve muy cerca de los deportes porque mi papá era deportista, y muchas veces él era como mi entrenador. También estuve muy cerca de las artes, como cuentacuentos y como estudiante de música. Eso hizo de mi infancia una infancia muy feliz. Recuerdo perfectamente el amor que siento por Venezuela gracias a mis padres y a los viajes que hicimos por todo el país. Era tímida y tenía ciertos complejos por mi estatura y mi delgadez, pero fui una niña que siempre soñó en grande, y siempre supo que había algo preparado para ella por lo que debía luchar y trabajar.

—Perdiste a tu papá durante la pandemia. ¿Cómo has afrontado estas noticias sin tenerlo? ¿Qué te ha enseñado este tiempo?

—El duelo es un proceso que tiene sus altos y sus bajos. Todos los días son distintos. A veces me culpo por sentirme feliz o por querer bailar, o por querer reír, porque dentro de mí hay una tristeza muy grande. Después de la noticia del Miss Venezuela me di cuenta de que la vida es eso. Que la vida está llena de momentos que duelen mucho y al mismo tiempo tiene momentos que te llenan de felicidad y de orgullo, y que, sin duda, una cosa compensa la otra. En parte estoy segura de que animar el Miss Venezuela y todo lo que haré de ahora en adelante siempre será honrando a mi papá. Estoy segura de que donde quiera que él esté, está sumamente orgulloso de que después de haber pasado algo tan duro como familia, poco a poco las cosas han vuelto a tomar su rumbo. Que algo tan bonito como la noticia de animar el Miss Venezuela haya surgido después de algo tan duro, creo que es una bonita oportunidad para demostrarle a quienes están en la misma situación que yo, que la vida siempre volverá a su curso. Solamente hay que ser fuertes y creer.

—¿Ahora cuáles son tus planes? ¿Cómo se visualiza Mariem Velazco?

—Creo que a muchos la pandemia nos ha puesto a plantearnos ¿quién soy?, ¿quién era?, ¿adónde voy? Más o menos esas han sido mis preguntas durante todo el año, sobre todo después de haber perdido a mi papá. Me ha tocado replantearme nuevamente mi vida; no porque él ya no esté, sino porque empiezas a ver la vida distinta, y empiezas a hacerte preguntas que antes no te hacías, y me ha tocado luchar con esa crisis existencial. Pero sin duda me veo emprendiendo con mi propia marca, materializando mi propio sueño. Estoy trabajando en algo muy bonito que me tiene muy ilusionada, y espero que más pronto que tarde esté listo para que el mundo entero lo conozca. Además, también he aprendido que Dios ya tiene un plan para nosotros.

—¿Qué mensaje le envías a los jóvenes que te ven y que dicen: “En algún momento quiero ser el animador o animadora del Miss Venezuela»? 

—Diría que la base de los sueños está en la preparación, en formarse, en estudiar, y en encontrar lo que nos define; encontrar lo que somos, nuestra esencia, potenciar nuestra identidad personal. Demostrarle al mundo que somos personas únicas, sin que exista comparación alguna con alguien más, porque una cosa es querer soñar con estar allí y otra es trabajar por estar allí. Todo se logra con trabajo, con buenos sentimientos, con perseverancia, expresándonos al mundo tal como somos.


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