Marco Castillo fue uno de los artistas fundadores del grupo de creación artística cubano Los Carpinteros (1992-2018). Este colectivo de creación tuvo un papel protagónico en la escena artística cubana de los años 1990 y 2000, y se le identificó por la subversión irónica de la funcionalidad de objetos procedentes del diseño ambiental o doméstico.
Independiente a su participación en Los Carpinteros, Marco Castillo ha tenido la posibilidad de explorar y profundizar otros caminos creativos a partir de la búsqueda de soluciones morfo-conceptuales más personales y distintivas de sus propias inquietudes estéticas.
La exploración en la historia ha sido instrumental para el desarrollo de una obra que vincula y redimensiona conceptos dimanados del diseño y la arquitectura en su producción artística. Le otorga así un particular espacio al proyecto de modernidad desarrollado en Cuba en las décadas de 1960 y los 1970 desde una perspectiva revisionista.
En el caso de la pieza aquí ilustrada, la interacción constructiva se hace patente, toda vez que la obra surge de la superposición manual de decenas de planchas de cartón recortadas estratégicamente a partir de patrones geométricos.
En la superposición cuidadosa de los múltiples planos se conforma una suerte de tallado bajorrelieve, creando un efecto visual de movimiento. A su vez, en este trabajo se pueden apreciar ciertos elementos característicos de la iconografía visual de Marco Castillo, tales como el desarrollo de estructuras radiales.
La simetría, el balance y la profundidad en la obra ilustran acertadamente el diálogo con el tallado escultórico citado en el propio título de la pieza, y en especial con las estructuras limpias -en líneas y ángulos del movimiento modernista internacional- en la arquitectura y el diseño.
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