Malanga volvió. Luego de ocho años separada, una de las bandas de trayectoria en el país se reencuentra en «Tal vez», tema que marca el regreso de la agrupación a la escena nacional y con el que aspira a conquistar mercados internacionales, como lo hizo en décadas pasadas.

La idea del reencuentro surgió en 2019, cuando David «Chapis» Lasca  y Arístides «Ari» Barbella se presentaron en un concierto de Desorden Público. A partir de entonces  las llamadas de personas preguntando por un posible reencuentro no pararon.

“Eso me impactó mucho porque no sabía que había tanta gente pendiente de Malanga, y ver la expresión de la gente fue un shock. Por eso me comuniqué con los muchachos para contarles que me llamaba mucha gente preguntando si nos íbamos a reunir. Así empecé, de alguna manera, a animar el reencuentro”, dice Lasca.

Pero fue en el Festival Cúsica de 2019 cuando todo se materializó. Los jóvenes que asistieron al festival comenzaron a cantar el repertorio de Malanga, aunque para muchos era una banda nueva. En ese momento, cuenta Chapis, entendieron que su música había alcanzado a otra generación. “No habíamos hecho la conexión de que esos chamos estaban pequeños cuando el éxito de Malanga y les quedó el repertorio. Quedó en su memoria y eso no lo pudimos palpar hasta el Cúsica, donde todos cantaban nuestras canciones. Nos convertimos en algo transgeneracional y nos ha costado asimilarlo. Por eso tenemos ganas de seguir haciendo música”, asegura.

Malanga ha grabado cuatro álbumes y ha logrado las primeras posiciones de las carteleras musicales del país con muchos de sus temas. También ha logrado proyección internacional, sobre todo en España, sus canciones han formado parte del soundtrack de telenovelas y series que se transmiten en varios países, como Aquí no hay quien viva.

 —¿Por qué un reencuentro?

—Es importante dejar claro que nunca nos disolvimos. Aunque fue necesaria esta pausa, nunca fue por problemas de banda. Todo fue por circunstancias, por la situación del país. Nos vimos obligados a parar. Luego de que cada uno se estableció en distintos países, hicimos un show en 2017 en Miami, pero no estaban dadas todas las condiciones. El regreso se da el año pasado, cuando nos unimos a un concierto de Desorden Público. Arístides dio una entrevista al día siguiente, antes de regresar a Panamá; luego de eso mi teléfono no dejó de sonar de gente preguntando si Malanga volvía.

—¿Luego de ese concierto fue que hablaron de lanzar «Tal vez»? ¿En qué momento llega su participación en el Cúsica Fest?

—Hice un par de conciertos acústicos con Arístides hasta que nos invitaron al Cúsica porque querían a Malanga en el cartel. Empezamos a mover las piezas y ahí se nos abrieron los ojos. Sentimos que Malanga no había quedado en el olvido, sino que alcanzó otra generación y estaba vigente el repertorio. Eso nos impactó mucho. Siento que eso fue lo que nos terminó de animar para tomar la decisión de reencontrarnos; ya teníamos la idea de sacar una canción, que es «Tal vez».

—La decisión coincidió con la pandemia… ¿No se plantearon retrasar el lanzamiento hasta 2021?

—El tema lo teníamos listo un poquito antes de que empezara la pandemia. Y dentro de todo, nos planteamos el peor escenario y entendimos que si pasaba lo peor queríamos estar haciendo música con nuestros amigos. Además esto no solo era una motivación para nosotros, sino que había mucha gente esperando este momento.

—¿De qué trata “Tal vez”?

—»Tal vez» trata de un primer encuentro, una separación y luego un reencuentro. Tiene que ver mucho con lo que vivimos en la actualidad, todo esto nos ha ido llevando a temas distintos sobre los que hablar. Si bien Malanga se caracterizó por canciones de relaciones y juerga, siempre estuvo conectado con las realidades y más ahora que nunca lo hacemos.

—¿Qué ha sido lo más difícil de todo este proceso?

—Ha sido una misión titánica porque nos ha tocado adaptarnos de nuevo, a pesar de que no le perdimos los pasos a Malanga, pero es difícil hacerle seguimiento a todas las cosas que quedan allí. Nosotros siempre fuimos amigos, pero no estábamos dedicados a la banda y por ello era una tarea completa reorganizarnos de cero. Pero hemos logrado poner en orden todo. El plantear hacer música nueva era un superreto e implicaba reinventarnos nosotros mismos y a distancia. Pero ha sido toda una aventura y la motivación está en lo que hemos recibido del público.

—Muchas cosas han cambiado en estos ocho años, algunos ya no están en el país, otros ya son padres, ¿cómo describiría esta etapa de Malanga?

—Nosotros pasamos por muchas etapas creativas y personales. Y aunque para muchos Malanga pudo ser una banda frívola, en realidad fuimos demasiado honestos y en cada etapa de nosotros se notó lo que estábamos viviendo. Reencontrarnos tenía sentido si hacíamos música nueva y la idea fue hacer algo que sonara más Malanga, estamos hablando de lo que somos de verdad. A pesar de que en algún momento teníamos demasiadas expectativas, no era sencillo regresar después de haber hecho Latin Lover, siempre fue difícil mantenernos fieles a lo que somos. Pero ahora más que nunca prevalece eso: la honestidad. Ya de alguna manera esa presión se nos quitó de encima, también por la madurez que hemos ido adquiriendo. Todos hemos crecido mucho en lo profesional y musical.

—La migración les ha tocado de cerca como a más de 5 millones de venezolanos que salieron de Venezuela en búsqueda de un mejor futuro. ¿Cómo la afrontaron?

—Al comienzo fue un proceso muy duro para todos, tanto para los que se fueron como para los que nos quedamos. En mi caso, me tocó comenzar desde cero. De 2 grupos en los que tocaba, éramos 15 personas, de repente me quedé solo en Venezuela. Me estaba convirtiendo en papá y tuve que cambiar un poco de rubro. Pero ha sido duro para cada uno.

El desprenderse de ese nombre al que nos vimos muy asociados y aprender a vivir un tiempo sin eso, nos costó. Pero también es bonito ver cómo cada uno ha logrado superarse en su área; por ejemplo, Arístides se mantiene en la música en Panamá, pero está ejerciendo también su profesión de arquitecto. Y Juan, el baterista, está en Miami y como tantos venezolanos ha tenido que reinventarse y está dando clases de batería. De alguna manera, a cada uno le ha tocado reinventarse, pero al final todo esto nos está llevando a conseguir un Malanga maduro que permitirá a cada uno seguir con su vida, pero sin dejar de crear contenido, que es lo que nos mantiene vivos y haciendo lo que nos gusta.

—Para nadie es un secreto que no solo tuvieron éxito en Venezuela. Sus temas llegaron a series de televisión en Europa y también sonaron mucho en Estados Unidos y otros países de la región. ¿Es un reto para ustedes recuperar público internacional?

—Y también a los venezolanos que ahora están en esos países. Pero nos gustaría volver a conectar con esos lugares en los que tuvimos público. Pienso que podemos hacer un trabajo de recuperar mercado más allá de los venezolanos, en Alemania por ejemplo, volver a Estados Unidos. Tenemos muchos planes y estamos hablando de visitar varios países de la región y dar una vuelta por Europa, esperemos que en 2021 se puedan reactivar algunos conciertos.

—¿Qué más puede esperar el público de Malanga? ¿Qué planes tienen?

—Estamos fajados haciendo canciones, tenemos gran parte del disco hecho y vamos a ir lanzando sencillos. Lo que más nos ha costado es el tema de la producción porque las ideas están fluyendo bastante bien y tenemos ya todo casi listo para ir lanzando. En enero esperamos tener el segundo tema.


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