Globo de Oro

Dos semanas después del final de la temporada de premios de Hollywood más extraña de la que se tenga memoria, el centro de la industria del cine está en plena revolución. Y lo que se viene podría ser el fin de una de sus celebraciones más tradicionales: los premios Globo de Oro.

Por primera vez en sus 77 años de existencia, los galardones que entrega la Asociación de Periodistas Extranjeros de Hollywood (HFPA), ya no cuentan con el apoyo de la industria y la fiesta que solía inaugurar la temporada de alfombras rojas en Los Ángeles corre peligro. En los últimos días los responsables de Netflix y Amazon Prime Video, estrellas como Scarlett Johansson, Mark Ruffalo y Reese Witherspoon además de realizadoras como Ava DuVernay y Shonda Rhimes dieron a conocer su rechazo a las prácticas de la Asociación y sus insuficientes promesas de reformas e intimaron a sus representantes a poner en acción cambios mucho más sustanciales en relación con la diversidad e idoneidad de sus miembros de los que la HFPA anunció a fines de la semana pasada.

“Es una organización que fue legitimada por gente como Harvey Weinstein en un intento por ganar fuerza para conseguir una nominación al Oscar. En el pasado participé de sus conferencias de prensa, lo que suponía enfrentarme a preguntas sexistas y a comentarios que bordeaban el acoso sexual. Es por eso que hace mucho dejé de asistir a sus conferencias”, explicó Johansson, cinco veces nominada a los Globo de Oro, en un comunicado que se dio a conocer el domingo. Unas horas antes su compañero de elenco en Avengers, Mark Ruffalo, había escrito un comentario en Twitter en el que explicaba su decepción con la organización integrada por 89 de periodistas.

“Honestamente, como ganador reciente de un Globo de Oro no me puedo sentir contento ni orgulloso de haberlo recibido. Es decepcionante ver a la asociación, que se benefició siempre de sus vínculos con realizadores y actores, resistirse a los cambios que se le están pidiendo de los grupos que siempre fueron ignorados por ellos y a dejar atrás su cultura construida a partir del secreto y la exclusión”, escribió Ruffalo, ganador del premio a mejor actor de miniserie por su trabajo en A Know This Much Is Truth, de HBO.

Claro que el golpe de gracia para los premios fueron las declaraciones de Ted Sarandos, mandamás de Netflix, que horas después de que la asociación diera a conocer su plan para promover la diversidad en sus filas y reorganizar sus cuentas internas además de transparentar el modo en que suma integrantes, declaró que le parecía insuficiente y poco claro y por ende advirtió que desde ahora la plataforma dejaría de participar de las actividades de la HFPA.

Está claro que sin los talentos de Netflix, la usina de contenidos más nominada y premiada en los Globo de Oro en los últimos años, los premios tienen pocas posibilidades de seguir adelante. El boicot de la plataforma se suma ahora al que ya habían anunciado más de 100 agencias de representación de artistas de Hollywood.

Sin las estrellas, el futuro inmediato de la Asociación y sus premios es incierto. Y el riesgo es inminente porque aunque para el público la temporada de premios 2022 parece estar muy lejos, para la industria ya comenzó. Las funciones de exhibición de potenciales películas y series en competencia y la organización del show televisivo de los premios Globo de Oro ya debería estar en marcha para llegar a tiempo a la fiesta de principios del año que viene.


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