Los Amigos Invisibles

Desde que terminaron, El paradise (2017), su anterior disco, Los Amigos Invisibles comenzaron a trabajar en el siguiente. Sin prisa pero sin pausa, se tomaron el proceso con calma. Tenían algunos temas guardados a los que, poco a poco, se sumaron nuevos. Cuando todo parecía avanzar y tomar forma, llegó la pandemia, pero la banda no se detuvo. Continuó trabajando en los temas que hoy son parte de Cool Love, la nueva producción de la agrupación que hoy integran Julio Briceño, José Rafael Torres y Juan Manuel Roura.

Aunque la banda no se detuvo, el camino no fue sencillo. Estuvo lleno de mucha incertidumbre. El trío continuó trabajando en las canciones a distancia, cada uno desde su casa, hasta que decidieron tomarse un descanso. No querían seguir dándole forma a un disco que no sabían si iban a publicar; las circunstancias no eran las mejores. “No sabíamos qué iba a pasar con esa canciones porque sacar un disco es un proceso costoso”, dice Julio Briceño. Cautelosos, prefirieron esperar que  la industria musical se normalizara y se presentara la oportunidad para terminar y lanzar el álbum.

En enero de este año llegó, sin buscarla, la oportunidad. Una nueva distribuidora de Warner, 140 dB, los contactó para saber en qué andaban Los Amigos Invisibles y, de inmediato, se interesaron por las nuevas canciones. “Una de las cosas más bonitas del cuento fue que cuando les ofrecimos escuchar lo que teníamos nos dijeron: ‘No, ya sabemos cómo trabajan y nos encanta lo qué hacen. Sigan con el disco. Aquí tienen el financiamiento’. Es de esas cosas que no te esperabas”, cuenta el cantante. Así nació Cool Love, el más reciente álbum con el que la banda quiere decirle al mundo: «Bájenle dos la odio».

«Cool Love = bájale dos. Sentimos que estamos en un mundo muy convulsionado por las redes sociales, donde las personas suelen ser odiosas. Entonces, quisimos decirlo así, cool love, un mensaje bonito», dice Briceño.

Los Amigos Invisibles

El disco está cargado, de principio a fin, de mensajes positivos a través de las 13 canciones y los 4 interludios que le dan forma. Al principio, estos no eran parte del álbum pero su manager los convenció de incluirlos. «Nos dijo, echando broma, que fuimos visionarios sin querer porque hoy en día se busca mucho los plays y mientras más canciones publicadas tengas, más plays vas a tener. Fue como una excusa para incluirlo. A diferencia de otros, estos interludios en vez de cómicos son esperanzadores o motivacionales», dice el cantante.

Aunque Cool Love está disponible desde el pasado 26 de agosto, la banda publicó algunos de los temas mucho antes, caso de «Eh Eh Oh Oh«, que salió el año pasado y es una de las canciones que no entraron en el disco anterior. «Cuando la terminamos dijimos ‘vamos a sacar algo para que la gente vea que seguimos trabajando, que seguimos activos”.

Un disco, además, cargado de colaboraciones significativas como las de Betsayda Machado, Ferraz, Rafael El Pollo Brito y Álvaro Paiva Bimbo, entre otros. Cada una surgió de forma orgánica, del jamming, como “Solo los dos” o “Canción ecológica”. “Hay muchos invitados, gente querida y admirada con la que la colaboración se dio de forma natural”, dice Julio. Hay dos que llaman la atención: la de Mauricio Arcas y Cheo Pardo, que fungieron como productores de «Envidia» y «Malpensada”.

Para Los Amigos Invisibles volver a trabajar con sus excompañeros de banda fue especial, sobre todo porque era para hacer música para la banda. “Una de las cosas más bonitas de volver a trabajar con Cheo y Mauri es que fue sin drama. Tal vez no seremos los mejores amigos que nos llamábamos como antes, pero sabemos que estamos ahí y que hay un nexo que nunca se va a romper porque han sido más de 20 años juntos como banda”.

 

Briceño asegura que ambos recibieron con entusiasmo la propuesta de la banda. “Aunque no están en la banda, siempre serán parte de ella. Aprendimos mucho de Maurimix, es un gran salsero y por eso terminó arreglando “Envidia”. Con “Mal pensada” pensamos en Cheo porque es bien afro house y él: ‘claro, me gusta, qué tal si le metemos saxofones y trombones’. Nosotros encantados de trabajar con Cheo”.

Sobre los demás invitados, había varios con los que querían trabajar desde hace algunos años, como es el caso de Betsayda Machado. La banda coincidió con la cantante en Miami hace cuatro años y tuvieron la oportunidad de cantar juntos. “Hace tiempo, su manager, Juan Souki, me preguntó si queríamos cantar juntos y le dije: ‘Dile que se aprenda ‘Viviré para ti’. En lo que Betsayda comenzó a cantar pensé: ‘Hay que hacerle un disco de house o disco music’, que increíble suena. Ahí se nos quedó grabada su voz y dijimos que en el próximo la íbamos a invitar y por eso está en ‘Antes de dormir’”.

Aunque Los Amigos aprovecharon el tiempo de la pandemia para trabajar en su música, también lo hicieron para descansar del ritmo al que estaban acostumbrados, reflexionar y hasta replantearse presente y futuro. Para Julio este tiempo representó un momento particularmente difícil en su vida. “Cuando cerramos el estudio yo fui uno de los que dijo: ‘Pana, no puedo seguir entregándome al arte sin saber para dónde va esto. Me estoy volviendo loco’. En Miami, donde vivo, casi no pararon las cosas, solo los bares y discotecas, el resto seguía casi como si nada y eso me afectaba”, dice.

Para sobrellevar la situación, buscó DJ sets al aire libre y produjo un par de canciones, pero con el tiempo sus ahorros mermaron y decidió, como una forma de tener un ingreso extra y no pensar en su faceta como músico, trabajar en un almacén de un amigo y hacer Uber. “Fue mi mejor terapia hasta que volvieron los conciertos. Fue un momento bonito para apreciar lo que tenía, porque pude volver a vivir ese día a día que no vivía desde antes de dedicarme a la banda, cuando trabajaba en una disco tienda. Entendí lo frágil que es la carrera de los músicos”, reflexiona.

Afortunadamente, la pausa duró poco. A mediados del año pasado Los Amigos Invisibles regresó a los escenarios. De nuevo, empezaron a girar por Estados Unidos y México. “Nunca perdimos contacto con los promotores y cuando ya se podía volver a los escenarios, ellos sabían que estábamos listos”.

Los Amigos Invisibles

Aunque la banda está de gira desde el año pasado, apenas hace poco se presentó en Latinoamérica, donde la emoción del público se siente especial, dice Julio. “Hace poco estuvimos en Lima y la gente estaba súper feliz, muchos nos escribieron que era uno de los primeros conciertos a los que iban después de la pandemia. Se siente una energía especial, aunque suene trillado o romántico, porque muchos de ellos están volviendo a ver un show en vivo tras dos años”. Briceño dice que desde la reactivación de conciertos en Venezuela han recibido varias ofertas, pero no pueden regresar al país hasta que renueven sus pasaportes. “Cuando tengamos todo, iremos con mucho cariño”.

Luego de más de tres décadas de carrera el objetivo de Los Amigos Invisibles sigue siendo el mismo: hacer bailar, cantar y gozar. “Nuestros shows en vivo siguen siendo un DJ set con todas las canciones pegadas sin tiempo para que las personas respiren. A veces me pasa por la cabeza ‘Bueno, chamo, y si no lo haces tan arriba y relajas un pelo’. Al final digo, ‘No pana, son 90 minutos lo que dura un show’”, dice entre risas.

Sobre cómo se adaptan a los cambios en la industria, Julio dice que “ven los toros desde la barrera” y deciden cuáles seguir. Para el grupo, más allá de las nuevas tendencias en la industria, siempre lo más importante será tener un buen performance. “Le prestamos atención al mercado para ver qué nos puede favorecer, pero con el tiempo te das cuenta que tu en vivo es lo más importante porque es algo que la gente disfruta y es lo que los hace volver a verte. Entonces, más allá de si sacas singles o discos, lo más importante es tener buenas canciones y un en vivo poderoso. Eso no creo que cambie jamás”, asegura Briceño.

Para la banda, pese a los años, no existen límites en la música. “A veces puedes sentir que alcanzaste tu máximo, pero no te quedes ahí. Como dice mamá ‘el techo te lo pones tú mismo’. Acabamos de sacar un disco pero quién quita que lleguen los Rolling Stones y nos inviten a cantar, que Mick Jagger nos escuche y diga ¿quiénes son estos panas? Quiero que nos abran un concierto, ese es otro techo”.

Aunque Julio Briceño no está seguro sobre qué le depara el futuro a Los Amigos Invisibles, le gustaría que sean muchos años más de conciertos y gozadera. “No sé si estaremos juntos en los próximos diez años, ojalá sí. Yo feliz de seguir trabajando en esto, pero la vida da muchas vueltas. Ojalá sigamos haciendo música por muchos años más”, finaliza el cantante.


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